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Por primera vez, venden vino chino premium en Argentina: precio

En 2019, iProfesional estuvo en China, más precisamente en la región de Ningxia, en el centro del gigante asiático y una de las más importantes para la industria vitivinícola de ese país. 

La historia más reciente de Ningxia arranca en 1984, cuando el gobierno comenzó a plantar viñedos de manera masiva, luego de diversos estudios llevados a cabo para encontrar las mejores zonas para este cultivo. 

Lo cierto es que Ningxia no es una zona para nada fácil. Es una región ultra árida, que tiene algunos puntos de contacto con Mendoza. Pero se respira un clima un poco más hostil: en general, durante la primavera y el verano, la zona de viñedos se caracteriza por los días claros y soleados, lo que garantiza una buena sanidad de las uvas. Pero, hablando de extremos, la temperatura puede superar los 32 grados en verano.

El problema se da durante el invierno, cuando desciende hasta los -30 grados centígrados. Este frío extremo genera la primera particularidad de los viñedos de la zona: todas las bodegas deben cubrir los viñedos con una capa de tierra de unos 60 centímetros, para evitar que se congelen.

En general, lo hacen con máquinas. Los viñedos, de hecho, están preparados para el trabajo mecanizado. Es un espectáculo que no se ve en ninguna zona de la Argentina: cuatro o cinco tractores, pasando a toda velocidad entre las filas, removiendo la tierra y arrojándola sobre los viñedos, hasta lograr el espesor necesario para evitar que las plantas mueran. Es, sin dudas, una vitivinicultura heróica. 

Este proceso lo inician en noviembre, antes de la llegada del crudo invierno. Justo en Chateau Moser, cuando iProfesional visitó la bodega, los operarios estaban en pleno proceso de cobertura de los viñedos.

Chateau Moser es la bodega con más renombre: por fuera luce como una representación de una suerte de palacio de aires europeos, si bien por dentro encierra un paseo luminoso y colorido, pensado para entretener a los visitantes de una manera muy particular

No es fortuito el uso de la palabra «chateau». La influencia francesa responde no solo a la presencia de flying winemakers que desde hace años asesoran a los productores locales. En ese país también existe una gran fascinación por el charme francés, por sus vinos y por su historia.

Las etiquetas de los grandes chateau franceses son ultra codiciados por los consumidores chinos de alto poder adquisitivo. Y ese aspiracional se respira en cada centímetro de la vitivinicultura china.

De hecho, de las casi 40.000 hectáreas que se trabajan en Ningxia, cerca del 50% está plantada con uvas Cabernet Sauvignon. Entre las variedades clave también figuran Merlot, Cabernet Franc, Syrah, Petit Verdot, Chardonnay y Sauvignon Blanc.

Chateau Moser, imponente por fuera, particular por dentro. 

Primer vino de alta gama chino vendido en Argentina

Chateau Moser es propiedad de Changyu Pioneer Wine Company, el mayor productor de vino de China y mayor distribución en el ámbito vinícola mundial  ocupando el primer puesto en ventas y valor de marca. La compañía, fundada a fines del siglo XIX y pionera en la industria vitivinícola del gigante asiático, posee hoy 14 chateau y 21 bodegas en diferentes zonas de Francia, España y Chile, además de China. 

Lo interesante es que Changyu Pioneer Wine Company hace 20 años tiene un vínculo comercial con bodega San Huberto en Argentina que, como parte de ese acuerdo, por primera vez venderá en la Argentina un vino de alta gama chino. 

«Hoy Changyu desembarca en Argentina, de la mano de Bodegas San Huberto, quien produce vinos en Argentina y los distribuye en ambos países. Su gran ejemplar Chateau Changyu Moser XV 2017, es un varietal de Cabernet Sauvignon, fiel reflejo de la cepa tinta más utilizada para la elaboración de vinos en China», destacaron desde la bodega Argentina. 

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El primer vino chino de alta gama que se vende en Argentina: cuesta $40.000 la botella

«Chateau Changyu Moser XV 2017, proviene de los viñedos ubicados en el piedemonte oriental de Helan en la región de Ningxia. Su cosecha es manual, con selección de granos. Fermenta en pequeños tanques de 20 toneladas y luego el 70-80% del volumen fermenta en barricas de roble de segundo uso por 18-24 meses. Su crianza es de 6 meses en botella», agregaron desde San Huberto sobre esta etiqueta que se comercializa en la Argentina a un precio sugerido de $40.000 la botella. 

Fuente: iprofesional.com

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