Con un filme sobre las ‘fake news’, comienza el Festival Internacional de Cine Político
Las noticias falsas, el poder de los medios y el llamado «Lawfare» (guerra jurídica), que se sirve del sistema judicial para perseguir a dirigentes políticos y sociales, son los temas que aborda La guerra permanente: fake news y manipulación de opinión pública, la película de Leandro M. Carvalho que abre este martes la 12va. edición del Festival Internacional de Cine Político que se prolongará hasta el 31 de mayo.
A través de numerosos testimonios de referentes políticos y sociales, el filme que este martes a las 18 se verá en porteño El Cultural San Martín, explora las campañas de noticias falsas a nivel global, que a través de los medios tradicionales y las redes sociales, no solo instalan todo tipo de falacias, sino que son el instrumento para condicionar gobiernos y hasta promover la condena y la cárcel a líderes populares, como fue el caso de Luiz Inácio Lula da Silva, que terminó preso y proscripto en Brasil.
«Empecé a investigar sobre la cuestión de la guerra psicológica y el frente comunicacional mediático, con el cual se destruyen las imágenes personales y de movimientos sociales masivos en todo el mundo», cuenta a Télam Leandro M. Carvalho sobre el origen del proyecto.
«Entendí que había mucha necesidad de comprender el fenómeno de las ‘fake news’, de la manipulación de la opinión pública en un sentido más amplio», agrega.
El festival, que este año tiene como tema «Democracia sin condicionamientos», presenta una competencia de largometrajes y cortometrajes internacionales y otra dedicada a producciones nacionales, además de una sección fuera de competencia y diferentes actividades especiales.
Esta edición del certamen que se integra al Proyecto Ballena, contará con 95 películas de 25 países que se proyectarán de manera libre y gratuita en el Cine Gaumont, El Cultural San Martín, el Auditorio de la Biblioteca del Congreso, el Centro Cultural Kirchner (CCK) y el Palacio El Victorial Auditorio Padre Mugica, también se verá en las plataformas CONT.ar y Cine.Ar.
– ¿Por qué te interesó hacer una película centrada en las Fake news?
– En primer lugar, forma parte de un set de guerras no convencionales que desde hace muchos años, no es nada novedoso. Ahora, el término «fake news» sí resulta novedoso, sobre todo desde la aparición de Internet, pero tiene características que son muy antiguas. Entonces después de haber hecho el documental sobre «Lawfare», «Guerra Judicial en Latinoamerica», empecé a investigar sobre la cuestión de la guerra psicológica y el frente comunicacional mediático con el cual se destruyen las imágenes personales y de movimientos sociales masivos en todo el mundo, en donde se corroe y se ataca los perfiles de estos liderazgos con la idea de decapitarlos, como en el caso de Lula que se ve en la película, en donde se ve claramente como termina en su segundo mandato con el 83% de imagen positiva y aún así, logran meterlo preso prácticamente dos años. Es una cosa realmente muy difícil de comprender para la ciudadanía promedio, entonces eso me motivó mucho para hacer el documental, porque entendí que había mucha necesidad de comprender el fenómeno de la fake news, de la manipulación de la opinión pública en un sentido más amplio. Pero es todo parte de lo mismo, tiene que ver con la desinformación, tiene que ver con lo que se denomina vulgarmente como «el lavado de cerebro», basado en un montón de técnicas comunicacionales como la programación neurolingüística, la semiótica y otras técnicas. Todo esto me pareció una evidencia muy masiva.
– La película tiene diferentes voces que dan su punto de vista sobre el fenómeno. ¿Cómo fue la elección de los entrevistados?
– Por un lado tuve acceso a encuentros internacionales a través de la Central de Trabajadores de la Argentina y de diferentes organizaciones, tanto en Venezuela como en Brasil con el Foro de Sao Paulo, también la Asamblea Nacional del Ecuador, y a partir de ahí fui conectándome con diferentes referentes que tienen que ver con lo jurídico, lo político y lo comunicacional, una mirada más amplia del abordaje de las cuestiones bélicas que no tienen que ver con guerras convencionales y su formato clásico, sino que trabajan más sutilmente. Además, están las referencias teóricas que parten del libro «Guerra sin restricciones», escrito por coroneles chinos, donde se reformulan estas cuestiones de las guerras no convencionales. Con todo esto, fui seleccionando diferentes perfiles de todas partes del mundo, para hallar una diversidad de voces que entiendo, enriquece mucho el contenido.
– En la puesta ubicaste a los entrevistados hablando en pantallas ubicadas en diferentes puntos masivos de la ciudad de Buenos Aires. ¿Qué buscaste con ese artificio?
– Yo vengo de la Universidad de Popular Madres de Plaza de Mayo del cine documental y tengo una formación muy vinculada los ’70 y al cine ácrata contemporáneo, con una mirada más dinámica, un poco más agresiva y la utilización de recursos que no tiene el cine clásico. Por eso el caso de las pantallas públicas que aparecen en el documental, fue un recurso que llama al cuestionamiento o la mirada crítica respecto de la comunicación permanente y absoluta que se manifiesta en que cuando uno sale a la calle ve la publicidad de la hamburguesa o la gaseosa, permanentemente estamos bombardeados por mensajes al punto de que lo hemos naturalizado, por eso funciona también la publicidad en esta ciudad de consumo. Entonces quería jugar un poco con esta idea de que la gente sigue en su actividad cotidiana, como se puede ver en la película las terminales y los carteles públicos, pero con una intervención bastante burda, como para que se note realmente de que hay una manipulación intrínseca a la comunicación de masas.
– En las guerras convencionales, ante una ocupación, más temprano que tarde se produce una reacción de los pueblos sojuzgados. ¿Cuál podría y debería ser el antídoto frente a las noticias falsas que luego se imponen como verdades?
– Si te fijas en el final de la película, el exjuez de la Suprema Corte Eugenio Zaffaroni, que un poco lleva línea narrativa general del relato, dice lo más complicado para el ser humano es aceptar que es un boludo. Me parece muy acertado el concepto que tira de que realmente lo más difícil es aceptar el error propio y también agrega que es muy difícil cambiar cuando uno ya se enroló en una mirada. Y habla de colapso de la Argentina en particular, el colapso que produce que la llegue la crisis en cualquier aspecto, sea económico, comunicacional, político, o jurídico, llega a las clases medias. Él habla de que en ese momento en la Argentina cuando llega a las clases medias hay una explosión, que esto es histórico. Yo creo que es muy acertada la mirada de Zaffaroni y de que esto va a volver a pasar. Pareciera que permanentemente la derecha, los sectores de poder concentrado buscan llegar al límite y cuando eso sucede hay una explosión, hay una revolución. Esto es histórico, pasó en la revolución francesa y en la rusa, no es nada nuevo: Humildemente, lo que yo hago es profundizar en la cuestión y brindar un material que pueda servir para la concientización ciudadana.
«Democracia sin condicionamientos»
La 12va. edición del Festival Internacional de Cine Político, que se prolongará hasta el 31 de mayo, comenzará esta tarde y exhibirá 95 películas de 25 países con competencias de películas argentinas y una sección internacional con largometraje y cortos.
El festival, que comenzarán este martes a las 18 en El Cultural San Martín con «La guerra permanente: Fake news y manipulación de opinión pública» de Leandro Carvalho, tendrá, además de las competencias principales, una sección especial sobre Cuba, una competencia de desarrollo de proyectos, un panorama latino y programas con temáticas medioambientales, educativas, sindicales y sociales.
Esta edición del certamen, que tiene como tema «Democracia sin condicionamientos» y que se integra al Proyecto Ballena, contará con 95 películas de 25 países que se proyectarán de manera libre y gratuita en el Cine Gaumont, El Cultural San Martín, el Auditorio de la Biblioteca del Congreso, el Centro Cultural Kirchner (CCK) y el Palacio El Victorial Auditorio Padre Mugica, también se verá en las plataformas Cont.ar y Cine.Ar.
COMPETENCIA INTERNACIONAL DE LARGOMETRAJES
La competencia internacional de largometrajes tendrá a «La caja negra» de Enrique Álvarez (Cuba), «Los tiempos de impaciencia» de Aydin Orak (Turquia), «Los viejos soldados» de Jorge Sanjinés (Bolivia), «Nuestros hijos» de Maria de Medeiros (Brasil y Francia) y «Telma, el cine y el soldado» de Brenda Taubin (Argentina), y los documentales «Berta soy yo» de Katia Lara (Honduras), «Margalida» de Constança Amengual y Francesca Mas (España), «No vamos a callar, un filme por la libertad» de Clàudia Arribas, Violeta Octavio y Carlos Juan (España), «Sebastián Moro, el caminante» de Maria Laura Cali (Argentina) y «El Municipal Municipale» de Thomas Paulot (Francia).
COMPETENCIA DE LARGOMETRAJES ARGENTINOS
En cuanto a la competencia de largometrajes argentinos, se anotan «La bruja de Hitler» de Virna Molina y Ernesto Ardito, «La noche adentro» de Carina Piazza y Alejandro Alonso, «Lunáticos» de Martin Salinas y «Pájaros rojos» de Carlos Martínez, y los documentales «El káiser de la Atlántida» de Sebastián Alfie, «Galasso: Pensar en nacional» de Federico Sosa, «Laberintos personales» de Alejandra Perdomo, «Nuestra venganza es ser felices» de Malena Villarino, «Un hombre de cine» de Hernán Gaffet, «Una mirada honesta» de Roberto Persano y Santiago Nacif y «Varsavsky: El científico rebelde» de Rodolfo Petriz.