‘De quién es el mar’, la obra sobre un territorio que antes fue un océano
«De quién es el mar» es la obra escrita por Carola Di Nardo Montalvo, dirigida por Astrid Urban e interpretada por Bárbara Maldonado que hace hincapié en la busca de una identidad y acaba de estrenarse en el Teatro Español de Santa Rosa, La Pampa, dentro del proyecto «El Cervantes produce», con el que el TNC apoya a las escenas provinciales.
La puesta ubica a su público en el mismísimo escenario, prescindiendo de la platea de ese hermoso teatro a la italiana que data de marzo de 1908, dejándola en sombras, tal vez en el intento de intimar adecuadamente con un grupo de personas a quienes se le cuenta una historia personal. Así no hay lugar para la dispersión.
De entrada, la protagonista anuncia que allí se contará una versión particular de la homérica «La Odisea» en la que Odiseo (o Ulises) atraviesa una conversión trans de hombre a mujer, bajo la advocación al dios Zeus que tiene raíces en lo griego pero donde lo barrial se desliza cada tanto.
El personaje, de los suburbios de la ciudad de Santa Rosa, es conducido por su abuela dentro de los cánones católicos, toma la comunión y asiste rigurosamente a misas y otros oficios, hasta que durante unos Carnavales es seducido por unas figuras dionisíacas, de enorme hermosura, que debajo de sus mínimas vestimentas doradas y sus plumas esconden una identidad secreta.
Es su propia identidad, a la que la ahora asumida como Odisea siente como natural, nueva y liberadora, y en la que se cruzará con personajes como la bruja Circe o el adivino ciego Tiresias, quien fue dentro de una misma vida mujer y hombre y a partir de ello aparece en varias historias del mito heleno.
«De quién es el mar» esconde significado locales referidos al extenso territorio pampeano, que alguna vez albergó un océano y luego fue un desierto, y más que un relato es un hecho poético que Di Nardo Montalvo, Maldonado y la directora Urban lanzan con gran sensibilidad sobre la audiencia.
El mito es aquí una forma de confesar lo íntimo y de animar la identificación con lo otro, con aquello que atemoriza pero que servirá para escapar del closet y obtener una identidad como forma de emancipación.
En el fondo, Majo Leiva, con un atuendo que remite a las magas medievales sin tiempo que abundan en Netflix, manipula una consola de música electrónica que percute durante todo el relato y se transforma en aliada y a veces antagonista, entre luces que viajan de lo alucinógeno a la frialdad y no dejan de romper la cuarta pared, interpelando a la platea con haces LED que invocan y provocan al mismo tiempo.
Es un ritual en el que la actriz Maldonado y la música y sonidista Leiva, más la coreógrafa Nala Valenzuela, escalan grados inesperados de expresividad, lo que reafirma la calidad del teatro que se ejerce en las provincias argentinas, razón de ser del proyecto «El Cervantes produce».
Si bien el espectáculo puede guardar puntos oscuros para algún espectador o espectadora sin mayor conocimiento sobre la mitología griega, Maldonado deja su cuerpo y su sensibilidad en escena para contar la historia, ya que lo suyo no es la quietud sino todo lo contrario.
Cambia de ánimos y puede pasar de lo sensible a lo agresivo del mismo modo que cambia de vestuario -muy a tono con lo «dance», gracias a Agustina Bergonzi– y recorre los escalones de la pirámide concebida por Agustina Blanc, a veces luminosa, a veces depósito de algún espejo que efectúa refleja la transición.
Otros rubros que intervienen en «De quién es el mar» son la realización de escenografía de Diego Gómez, las luces y el vestuario de Agustina Banc, el vestuario realizado por Agustina Bergonzi, maquillaje y peinado de Victoria Castillo, la asistencia de dirección de Carolina Vergara y la producción local de Sol Riscossa.
Durante 2023 el proyecto federal abarca siete puestas en distintos puntos del territorio argentino, que se completan con «Mientras los filósofos duermen», de Paco Giménez (Córdoba, en junio), «Otilia Buenaventura», de Luis Serradori (Monte Caseros, Corrientes, en julio), «Hedda Gabler», de Henrik Ibsen en versión de Edgardo Dib (Santa Fe, en agosto), «Los establos de Su Majestad», de Víctor Arroyo (Las Heras, Mendoza, en septiembre), «Los lugares cambian», de Rodolfo Pacheco (Jujuy, en octubre) y «Deus ex Machina», de Ezequiel de Almeida (Mar Azul, Buenos Aires, en noviembre).
«De quién es el mar» se ofrece en el Teatro Español (Hilario Lagos 44) de Santa Rosa, La Pampa, los viernes a las 21 y los domingos a las 20 hasta el 30 de junio, con entradas gratuitas que pueden retirarse con anticipación en la sala.