Cristina Alberó vuelve con ‘La ternura’, un alegato en ‘tiempos de homogeneidad digital’
La actriz Cristina Alberó es la protagonista, junto a Antonio Grimau, de “La ternura”, exitosa obra española que se estrenó el fin de semana pasado en Cine Teatro El Plata, a la que describió como “una ingeniosa comedia con una puesta que remite a cierta mitología shakespereana: cambios de identidad, seres mágicos y desencuentros”.
Alberó nació y se crió en una familia de artistas, lleva más de 50 años de trayectoria en televisión, cine, radio y teatro y ahora regresa a las tablas con una pieza que marca su reencuentro con Grimau, junto a quien fue pareja de ficción en varias oportunidades.
La actriz expresó su agradecimiento por haber sido convocada para trabajar en “La ternura”, no sólo por la “calidad” del espectáculo, sino también “por la alegría que vamos a brindarle a una gran parte del público”.
“Para mí es muy agradable esta oportunidad de volver al Complejo Teatral de Buenos Aires, especialmente ir al Cine Teatro El Plata, en el barrio de Mataderos, es un lugar con una identidad muy fuerte, manifestada por sus vecinos, algo más que necesario en estos tiempos de homogeneidad digital”, destacó a Télam.
“La ternura” es una obra escrita por el español Alfredo Sanzol que se convirtió en una de las de mayor convocatoria en España (se estrenó en 2017) y ahora tiene su versión local en la sala ubicada en avenida Juan Bautista Alberdi 5765.
Adaptada y dirigida por Eduardo Gondell, la pieza cuenta con un elenco integrado también por Marcelo Mazzarello, Anita Martínez, Juan Cottet y Valen Podio.
“’La ternura’ llega precedida de gran éxito, un fenómeno teatral que ha girado por España y Europa con excelentes comentarios, ubicada en 1600, hasta tuvo una versión cinematográfica que aún no fue estrenada””, contó la actriz.
Plagada de referencias a William Shakespeare, la pieza hace eje en el deseo común de encontrar la ternura, habla de la fuerza y de la valentía para amar y puede verse los sábados y domingos a las 17.
María Cristina Alberici -su verdadero nombre- nació en Buenos Aires el 24 de mayo de 1946, es hija y sobrina de empresarios teatrales; cuando era niña estudió canto y piano con un profesor del Teatro Colón; y llegó a participar de “La escala musical», el entonces popular programa conducido por Jorge Beillard.
Comenzó una exitosa carrera como cantante, pero luego se inclinó hacia la actuación; su primer trabajo fue como protagonista de «Mini, el ángel del barrio», en Canal 11, junto al galán José María Langlais, labor que marcó el inicio de un largo camino que la llevó a actuar en telenovelas como “Andrea Celeste», “Trampa para un soñador” y “Quiero gritar tu nombre”, estas dos últimas integrando parejas memorables con Antonio Grimau.
En relación a la pieza, la actriz contó que “se desarrolla en tres duplas muy graciosas: Antonio y yo, Marcelo Mazzarello y Anita Martínez y también Juan Cottet y Valen Podio”.
-¿Cómo describirías a tu personaje?
-Hago de la Reina Esmeralda. Sojuzgada por los hombres. Ama a sus hijas y las educa para defenderse del poder de los hombres llena de artimañas, ambiciones, ansias. Estudia de la magia, que utiliza desde luego (sólo puede usar magia cuando se cree en ella). Para interpretarlo, hice lo que hago en general, recordar y bucear en cuáles características del personaje he visto en diferentes personas a lo largo de mi vida.
-Después de tantos años de recorrido, ¿cómo vivís este presente?
-Lo vivo tratando de aprender en todos los aspectos de mi vida, personal y profesional. O sea, creciendo.
-¿Cómo vivís este regreso al teatro?
-Feliz de este regreso después de haber hecho varias temporadas con “Casa Valentina”, “Derechas” y “La casa de Bernarda Alba”, todas con dirección de José María Muscari en teatros de la avenida Corrientes, en Mar de Plata y giras por todo el país.
-¿Cómo recibís el afecto del público que te acompañó y te acompaña a través de los años?
-Siempre agradecí el cariño que tiene el público hacia mí y mis trabajos. Quizás sea en gran medida porque todo lo que hice y hago es con respeto hacia mí y hacia ellos se trate del género que sea. En mi profesión no hay trabajos menores; todos requieren de esfuerzo, disciplina y dedicación. Así he procedido siempre en mi vida. Traté de trabajar con grandes figuras del teatro y pude aprender de cada una de ellas. Imposible recordarlas a todas. Nati Mistral, Ana María Campoy por mencionar algunas, y genios del humor como Juan Carlos Mesa y Darío Vittori y los uruguayos que hicieron grandes ciclos televisivos como «Telecataplum», «Hupumorpo», «Comicolor» e «Hiperhumor».