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“Todavía debo hacer muchas cosas en esta vida antes de partir”

Por Mariano Nieva

Sobre su nuevo disco: «si bien me encantaría fabricarlo en formato físico, no sé si eso será posible por los altos costos» / Foto archivo: Ramiro Gómez.

Claudia Puyó cantante, compositora y poseedora de una de las voces más personales del rock argentino, se expresó en esta nota entre otros temas, acerca de «Cazadora de cielos», su nuevo álbum doble pronto a editarse. Concebido y atravesado por el clima denso y desolador de la pandemia y sobre todo por la muerte de su madre: “El período de confinamiento fue muy duro para mí por varias razones. Por no poder salir a tocar y porque además tuve que cuidar a mi mamá enferma, quien finalmente falleció. Aunque en medio de ese caos hubo como siempre, mucha música. Salieron varias canciones un poco oscuras obviamente por el contexto, pero que terminaron integrando un nuevo disco”.

Luego, la artista que grabó en Gulp! (Tubal – 1985) álbum debut de Los Redonditos de Ricota y acompañó a Fito Páez en la etapa de El amor después del amor (Wea -1992) la placa más vendida del rock nacional, explicó que a pesar de todo lo vivido en el proceso está muy conforme con su nuevo material: “Si bien este conjunto de 28 canciones, la mayoría mías y otras versiones de artistas como Luis Alberto Spinetta, Charly García, Ulises Butrón, Elton Jhon y Oasis, fueron compuestas en un momento muy duro de mi vida, me gustan mucho por la fuerza que tienen”.

”Por otra parte, estoy viendo cómo hacer para subirlo a las redes y plataformas. Todas cuestiones que para mí, que soy de otra generación, son nuevas. El disco está terminado hace un montón, hasta la gráfica está hecha. Y si bien me encantaría poder fabricarlo en formato físico, no sé si eso será posible por los altos costos que se manejan”, analizó Puyó.

– ¿Cuánto hay en tu formación musical de aquellas  largas zapadas a comienzos de los ‘80 en lugares como Bangladesh, junto a tantos músicos que orbitaban por Ramos Mejía?
–  Muchísima, porque yo nunca estudié música. En mi caso aprendí a cantar arriba de los discos y a tocar sola la guitarra al revés, sólo mirando a mi vecina que era derecha. Después empecé a “inventar” acordes porque me gusta investigar y explorar sobre sonidos nuevos. Allí en Bangladesh recuerdo que ni bien terminé el colegio secundario conocí a  Ricardo Mollo, Alambre González y Marcos Pusineri con quienes como bien decís, hacíamos largas improvisaciones sobre el escenario. Por eso me gusta decir que la música es lo único que necesito, me acompañó y me salvó a lo largo de la vida. Porque hubo momentos en que si no actuaba en algún lugar, no comía.

– ¿Es en esa circunstancia en la que vas a conocer a Tito Fargo y Juan “Piojo” Abalos, guitarrista y baterista de Los Redondos respectivamente, quienes serán los que te acerquen a la banda?
– Así fue. Gracias a ellos fue como llegué a grabar en Gulp!,(1985) primer disco de Los Redonditos de Ricota. Donde hice coros con Laura Hatton esposa de Rodolfo Gorosito, uno de los primeros guitarristas de la banda, y María Calzada compañera de Pipo Lernoud. En temas como “Humano, roto y mal parado”, “Superlógico” y “Criminal mambo” entre otros que grabamos en los estudios que la familia Vitale tenía en la localidad de Villa Adelina. Una época increíble de Los Redondos.

– Para esa misma época vas a editar Del Oeste, tu álbum debut como solista, para el cual vas a tener que pelear contra algunas imposiciones de la compañía discográfica.
– Exactamente, mi primer disco lo empecé a grabar el 7 de junio de 1984, lo recuerdo muy bien porque es el día de mi cumpleaños. Y como bien decís, fue muy difícil todo porque Oscar López que era el productor tenía una discográfica con Billy Bond que se llamaba Shazam Records. No quería que grabara mis canciones sino versiones de otros artistas, pero finalmente y luego de discutir mucho pude incluir 4 y elegir a Daniel Freiberg como productor y arreglador que conocía por haber hecho un gran trabajo con Alejandro Lerner. Por eso y gracias a que me sugirió agregarle cuerdas a algunas de mis composiciones, es que Del Oeste cuenta con la participación increíble de La Camerata Bariloche y con una hermosa versión en piano de “Creo que tengo que decirte algo”. Y la frutilla del postre fue que el mismísimo Luis Alberto Spinetta me regalara un tema propio que se llama “Viento del lugar” y que nunca grabó. Un flash, porque el Flaco siempre fue el músico que más admiré en toda mi vida.

–  ¿Que opinás con respecto a que un colectivo de mujeres músicas lograra imponer la ley de cupo femenino, que obliga a que en todos los festivales, cualquiera sea el género musical, haya un 30 % de chicas sobre los escenarios?
–  Mirá cuando empecé a tocar era una nena. Entonces para mí, ser artista hombre o mujer siempre fue lo mismo. Hoy veo que las chicas se ponen contentas porque les dan el 30% de cupo para eventos musicales: ¿Es una broma? La verdad es que no entiendo la alegría de ese logro. Aunque por otro lado, está bien que exista ese porcentaje de mujeres obligado para los festivales para desmentir lo que dijo alguna vez José Palazzo sobre que no hay suficientes minas rockeras y talentosas en Argentina. ¿Por qué no me lo dice a mí en la cara? No creo que tenga los huevos bien puestos para hacerlo.

–  Entiendo perfectamente y comparto en gran parte lo que decís. ¿Pero no crees que esto que sostenés te hace pagar un precio muy alto también?
–  Lo sé, por eso no tengo muchas ofertas para actuar. Tengo muy en claro que diciendo estas cosas no me van a llamar y menos de un festival como Cosquín Rock (risas). Los productores te van cerrando puertas y ellos son los que determinan quiénes van a las grillas y quiénes no. Por eso creo que si bien los músicos no nos parecemos y somos diferentes, tenemos que tener personalidad y ser libres para decidir sobre nuestras carreras. Entonces y tomando lo que vos decís tal vez el precio que pago por mi libertad sea la soledad.

Fuente: Telam

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