40 años escuchando a Madonna
“Sé que no soy la que mejor canta ni la que mejor baila. Pero no estoy interesada en eso, sino en provocar al público y despertar su conciencia política”
Papa don’t preach, I’m in trouble deep
Papa don’t preach, I’ve been losing sleep
“Nunca habría llegado a ser quien soy si no hubiera tenido todas esas normas anticuadas contra las que rebelarme”.
Like a virgin
Touched for the very first time
“Creo que todo el mundo debería casarse al menos una vez en la vida para que vieran lo estúpida y antigua que es esa institución”.
Hey Mister DJ
Put a record on
I wanna dance with my baby
«El poder es que alguien te diga que no te quiere y que eso no te deje destrozada».
All of nature wild and free
This is where I long to be
La isla bonita
“Todavía hay un campo en el que siendo mujer la gente puede discriminarte sin que pase nada: la edad. En ese aspecto, todavía vivimos en una sociedad totalmente sexista”.
Ta-da-da-da, da-da, da-da, da-da-da-da-da
beautiful stranger.
“A los escépticos y detractores y a todos los que me molestaron y dijeron que no podía, que no lo haría o que no debía: su resistencia me hizo más fuerte, me hizo esforzarme más y me convirtió en la luchadora que soy hoy. Me hizo la mujer que soy hoy. Así que gracias.»
Hace 4 décadas, Madonna Louise Veronica Ciccone lanzaba su primer LP, y su voz comenzaba su destino: resonar a través del tiempo y del espacio, como un torbellino de ideas, reflexiones, canciones, música; interpelar a la sociedad, hacerla bailar, escuchar, pensar, transgredir.
Hace 4 décadas, la voz de Madonna comenzaba su destino artístico y activista aportando herramientas para que una generación de chicas, y chicos, también pudieran cambiar el suyo.
“De virgen a puta, de princesita a macarra, Madonna menea los extremos de los arquetipos femeninos y, entre que va y que viene, genera un espectro intermedio que antes de su paso no existía”, señalan las musicólogas Laura Viñuela y Mar Álvarez, en el imperdible libro “Bitch She’s Madonna», en donde se aborda la figura de la artista desde distintos puntos de vista, para destacarla en sus múltiples roles de compositora, cantante, transgresora sexual, creadora de tendencias, mujer de negocios, diva musical, feminista, icono gay.
El aporte de Madonna, como el de otras artistas y activistas, lo hicieron: nosotras, las de entonces, ya no somos las mismas.
«Burning up»
De aquel primer LP titulado “Madonna”, que fue lanzado en 1983, un álbum con canciones que sonaron fuerte como “Borderline”, “Everybody”, y «Lucky Star”, “Burning up” fue enteramente producida por Madonna. El disco está atravesado por los sonidos de las calles y discotecas que Madonna sabía registrar y trasladar a su propuesta musical, con el baile como un vehículo de expresión y encuentro entre jóvenes atravesados por la crisis económica.
Madonna llevaba su música a la discoteca, lugar donde testeaba las reacciones y caminaba las calles que le abrían sus puertas a nuevos descubrimientos sonoros, y que ella llevaba al estudio de grabación, en un sistema de retroalimentación productiva permanente.
“La primera vez que vine a Nueva York fue la primera vez que me subí a un avión. También la primera vez que me tomé en un taxi. Fue la primera vez de todo. Y llegué sin conocer a nadie y con solo 35 dólares en el bolsillo. Eso es lo más atrevido que he hecho en la vida”.
Esto decía Madonna de aquella joven que había llegado a la gran manzana y que ahora se lanzaba a otra gran aventura, una de las tantas que le deparaba el destino: su primera producción discográfica, un álbum que reflejaba con fidelidad el espíritu de su época.
«Like a Virgin»
En el escenario de los MTV Video Music Awards, Madonna se revuelca blanca y radiante enfundada en su vestido de novia mientras canta “Like a virgin” («Como una virgen»). Nos conquistó.
“A través de la televisión mete en las casas una alternativa a la feminidad estipulada y propone otras formas de ser mujer, de interpretar esa feminidad”, señalan las musicólogas Mar Álvarez y Laura Viñuela. Su disco superó las 21millones de copias vendidas y se convirtió en uno de los más exitosos de todos los tiempos.
La letra de la canción despertó variadas interpretaciones y la reacción de distintas asociaciones en defensa de la moral y las buenas costumbres en el país del norte que consideraban que la canción incitaba a tener sexo antes de contraer matrimonio; la polémica llegó a trasladarse incluso a la pantalla grande: fue parte de la escena inicial de Perros de la calle, de Quentin Tarantino, donde varios hombres, sentados a una mesa, intercambiaban teorías al respecto. Las hipótesis iban de la candidez al lenguaje explícito.
La cantante reveló durante una entrevista de qué se trataba, al menos para ella. “Cuando hice la canción, para mí, estaba cantando sobre cómo algo me hacía sentir de algún modo, nueva y fresca, y todos los demás lo interpretaron como ‘ya no quiero ser más virgen’. Eso no es lo que canté en absoluto”.
«Material girl»
¿Cuántas veces la llamaron a Madonna “la chica material” en referencia a aquella canción?
La propia artista dijo, en la biografía “Madonna: An Intimate Biography”, que no podría renegar de esa canción y su video, “pero habla de que los medios se aferran a una frase y malinterpretan la maldita cuestión, también. Yo no escribí esa canción y el video era sobre cómo la chica rechazaba los diamantes y el dinero. Pero Dios no permita que la ironía se entienda. Así que cuando tenga noventa, seguiré siendo la chica material”.
En el video de «Material Girl», Madonna interpretaba a una estrella queriendo ser comprada por varios hombres a través de regalos caros. En su camerino, decía por teléfono: “Sí, sigue atrás mío. Acaba de regalarme un collar. No lo sé, creo que es de diamantes. Sí, cree que puede impresionarme dándome regalos caros”.
“Los chicos pueden ir y venir /Y está bien que sea así/La experiencia me hizo rica/Y ahora van tras de mí”.
Al final del video, vemos cómo la estrella elige un hombre que no la insulta queriendo ponerle precio. «Me siento afortunada de poder pagar un cuadro de Frida Kahlo o vivir en una linda casa, pero sé que puedo vivir sin eso”, confiesa. “Soy ingeniosa, y si terminara en una cabaña de troncos en medio del bosque, eso también funcionaría. Estas cosas no son indispensables para mi felicidad”.
En la cultura del Sugar Daddy, que ofrecía como progreso económico para la mujer el matrimonio con un hombre que la mantuviera, Madonna, una vez más, lo cuestionaba todo.
«Live to Tell»
La musicóloga feminista Susan McClary, en su libro “Femenine Endings. Gender, Music and Sexuality” analiza de qué manera se comporta la tonalidad en la música occidental en tanto relato. Así como sucede en la literatura tradicional, según plantea la lectura feminista de Teresa de Lurentis, donde el protagonista masculino debe reestablecer el orden mediante la resolución de un obstáculo, estipulado como lo femenino, existe también en la narrativa tonal una secuencia de orden-caos-orden, es decir, una estructura narrativa musical marcada por la tonalidad inicial que debe ser la misma que la de cierre para que nos devuelva a ese “orden”, ese equilibrio perdido por la aparición de la tonalidad secundaria, que representa la alteridad, es decir, lo femenino en el medio de la pieza musical.
Según McClary, la música tonal constituye una estructura narrativa, que obedece al pensamiento patriarcal y que participa de su sistema de valores.
En el análisis de “Live to Tell”, demuestra cómo Madonna rompe con los estereotipos de género a través de sus composiciones, saliéndose de las estructuras y la rigidez propias del sistema tonal occidental. El comportamiento de la armonía de esa canción plantea una estructura ambigua que oscila del Re menor al Fa mayor sin que ninguna tonalidad predomine o se instale de manera clara en una cadencia, ni siquiera sobre el final, que, además, se resuelve con un fade out.
Madonna compone y descompone los estereotipos de género, también desde lo musical. Otra forma más de romper con lo establecido.
«Like a Prayer»
“Like a Prayer” formó parte de un álbum que llegó a vender más de 15 millones de copias en todo el mundo. En ocasión del trigésimo aniversario de su lanzamiento, Madonna posteó en sus redes: “¡Hace 30 años hoy lancé ‘Like a Prayer’ e hice un video que causó tanta controversia porque besé a un santo negro y bailé frente a cruces en llamas! También hice un comercial con Pepsi que fue prohibido porque mi video fue visto como inapropiado. ¡Feliz cumpleaños a mí y a la controversia!».
En efecto, el video que acompañó la canción «Like a Prayer» generó una controversia de altísimo impacto a escala global, que también repercutió en una relación comercial.
Un mes antes del lanzamiento del video, Madonna había negociado un acuerdo con Pepsi por 5 millones de dólares a cambio de que la canción «Like a Prayer», fuera lanzada por primera vez al mercado dentro de un comercial de Pepsi y que la marca fuera el espónsor de su próxima gira mundial. El comercial hizo su debut la noche de entrega de los premios Grammy frente a 250 millones de espectadores.
Un mes después, con el debut mundial del video musical, llegaba la polémica: las imágenes mostraban cómo jóvenes blancos atacaban a una chica negra, un afroamericano inocente era detenido y encarcelado, cruces en llamas y a una Madonna a los besos con un santo negro: San Martín de Porres. Racismo, religión y erotismo. Todo junto en un solo video.
El Vaticano y varias asociaciones religiosas pusieron el grito en el cielo ante semejante herejía. Pepsi dio de baja el contrato de forma unilateral y Madonna se quedó con los 5 millones de dólares.
Por muchos años más
“Al final de cuentas, ¿van a pensar en cómo aparecí desnuda en los periódicos o se van a acordar de Live to Tell? Creo que finalmente, la gente recuerda la autenticidad. Recuerdan lo que es verdad, y el resto se queda en el camino. Recordarán lo que sale del corazón de alguien”.
Salidos del suyo, atesoramos himnos como “Papa Don’t Preach”, ‘Justify my Love’, “Express yourself”, “Erotica”, “Human Nature”, “La isla bonita”, “Take a Bow”, “Hung Up”, “Into the Groove”, “Give it 2 Me”, “Deeper and Deeper”, “Dress you Up” y tantas, tantas otras.
Que sigan saliendo canciones del corazón de Madonna, y la sigamos escuchando por muchos años más.