‘Los discursos de odio ponen en crisis el consenso posdictadura’
Al recordar el 47° aniversario del golpe cívico militar con una actividad en el faro del Gianicolo de Roma, un punto habitual de reunión que utilizan los grupos de derechos humanos para recordar cada 24 de marzo, el embajador argentino en Italia, Roberto Carlés, alertó este viernes por los «discursos de odio» que ponen en crisis «el consenso posdictadura»,
Estuvimos esta tarde en el faro del Gianicolo (Faro degli italiani d’Argentina) para recordar, como cada 24 de marzo, a las víctimas del terrorismo de Estado de la última dictadura cívico-militar que padeció nuestro país. #24M #MemoriaVerdadYJusticia pic.twitter.com/RYxjJ117rT
— Roberto Carlés (@robertinocarles) March 24, 2023
«Este nuevo aniversario del golpe cívico-militar, en el año del cuadragésimo aniversario del retorno de la democracia a nuestro país, nos encuentra enfrentando fuertes desafíos a los consensos sociales gestados desde 1983«, planteó Carlés al participar del encendido del faro que se ubica en una de las principales colinas de la capital italiana junto a organizaciones de derechos humanos, representantes del Gobierno comunal y referentes sociales.
En ese marco, Carlés sostuvo que «circulan con fuerza discursos de odio que, como hemos visto con el atentado a la vida de la vicepresidenta, se traducen en acciones, poniendo en crisis los más elementales principios del consenso posdictadura, fundamentalmente el nunca más a la violencia».
«Por ello hoy es necesario, más que nunca, repudiar todos estos discursos de odio que terminan siendo instrumentalizados políticamente», convocó Carlés.
En los pies del faro de 1911 que la colectividad italiana en Argentina regaló a Roma, el embajador afirmó que «este nuevo aniversario es una oportunidad para que todos renovemos nuestro compromiso con el pacto democrático pero también para que reflexionemos acerca de las razones que han llevado al malestar que muchos argentinos sienten frente a las expectativas que no han podido satisfacerse en estos años y que implican un fuerte desafío para la representación política».
«Escuchar los reclamos y percibir más atentamente las inseguridades de nuestro pueblo tal vez sea la mejor forma de prevenir el avance de posiciones extremas e iliberales, como las que amenazan actualmente las democracias en distintas partes del mundo», animó en esa dirección.
