‘No solo no le creo, sino que además es un cobarde’
«Quiero mostrar lo que nos pasó como pueblo cuando dejamos que el discurso de odio nos convenza»
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La nieta restituida Victoria Donda afirmó que su tío biológico, Adolfo Miguel Donda Tigel, es un «cobarde» tras las declaraciones del represor en el juicio donde está acusado por su apropiación; uno de los hechos que la extitular del Inadi retoma en el libro que acaba de lanzar «Cuando el amor vence al odio», que -según dijo- escribió como «una respuesta a los discursos de odio».
«Habiendo sido uno de los jefes de inteligencia del aparato criminal que salió a cazar y a secuestrar a más de 30 mil personas, tiene que creer que somos muy tontos para que le creamos que durante más de 40 años no pudo encontrarme a mí. No solo no le creo, sino que además creo realmente que es un cobarde», sostuvo Victoria en una entrevista con Télam.
La actual subsecretaria de Análisis y Seguimiento Político Estratégico de la provincia de Buenos Aires se refirió así a los dichos de su tío biológico en la última audiencia llevada a cabo el lunes pasado en el juicio en el que se investiga la responsabilidad del exmarino en la apropiación.
«Solo un cobarde puede terminar toda su alocución hablando de la Sagrada Familia cuando no hizo nada por su hermano, por su cuñada y por encontrarme»
Adolfo Donda era uno de los responsables de inteligencia del grupo de tareas 3.3.2 de la Armada y testigos lo ubicaron en la Escuela de Mecánica de la Armada (Esma) en el momento del secuestro de su cuñada, María Hilda «Cori» Pérez.
En su declaración del último lunes, Victoria le pidió a su tío, que se encontraba conectado por zoom, que le dijera su fecha de nacimiento y dónde se encontraban los restos de su padre desparecido y hermano menor del represor, José María Laureano Donda.
«Solo un cobarde puede terminar toda su alocución hablando de la Sagrada Familia cuando no hizo nada por su hermano, por su cuñada y por encontrarme», enfatizó en diálogo con Télam.
La entrevista se realizó en el monumento a las víctimas del terrorismo de Estado del Parque de la Memoria ubicado en la costanera norte de la ciudad de Buenos Aires, donde entre los miles de nombres de víctimas que exhiben las paredes de hormigón hay dos placas identificatorias que recuerdan a su mamá y su papá.
Consultada por esta agencia sobre sus expectativas en el juicio, la funcionaria confió en que «la única forma de que el dolor se transforme en una cicatriz» y así «cerrar un ciclo» consiste en que «se termine el juicio» y que Adolfo Donda, resaltó, «sea declarado culpable».
«Me parece que se tienen que terminar los juicios, que seguir exponiendo a las víctimas y a los testigos a testificar permanentemente es terrible», planteó la nieta restituida número 78.
«Una respuesta a los discursos de odio»
En el libro que publicó a inicios de marzo, Victoria retrata la historia de su apropiación a través de las «relaciones de amor» que fue construyendo a lo largo de su vida.
La edición cuenta con una carta dirigida a la autora por el premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel mientras que el prólogo fue escrito por la Defensora del Público y sobreviviente de la Esma, Miriam Lewin.
La exinterventora del Inadi describió su libro como «una respuesta a los discursos de odio» y añadió que ese tipo de mensajes suelen tener como blanco las «minorías» a las que se pretende «sojuzgar», aunque también se los usa -dijo- contra «cualquier persona que tenga un rol importante en conducir al pueblo a discutir la redistribución de la riqueza».
«Quiero también mostrar lo que nos pasó como pueblo cuando dejamos que el discurso de odio nos convenza, de que algunos estaban desapareciendo porque ‘algo habrán hecho’«, subrayó Victoria.
Además, advirtió que «los discursos de odio son siempre un arma cargada» y planteó que «esa arma fue apuntada contra la Vicepresidenta» al recordar el intento de magnicidio de Cristina Fernández de Kirchner del 1º de septiembre último.
A la vez, exhortó a «dar la cara» como «única forma de enfrentar esos discursos de odio y esas mentiras».
En ese sentido, explicó que la publicación es además «una excusa para poder hablar con la gente y contarles» su «verdad», tras haber sido ella misma blanco de varias ‘fake news’.
En el primer capítulo del libro, Victoria relata la serie de hechos que en el año 2004 la llevaron a realizarse el estudio de ADN para saber si era hija de desaparecidos, un proceso que, dijo, «no fue magia».
Al ser consultada por la elección de esa frase y la del título, Cuando el amor vence al odio, confirmó que ambas expresiones «sin lugar a dudas son alusivas» a Cristina Fernández de Kirchner, por ser «una de las mujeres que marca nuestro tiempo».
«El amor vence al odio es porque yo estoy convencida que quienes trabajamos desde el amor, en definitiva, somos quienes le podemos aportar lo mejor a esta sociedad», remarcó.
«Los discursos de odio son siempre un arma cargada. Esa arma fue apuntada contra la Vicepresidenta»
«Debemos luchar para vencer la proscripción de Cristina»
La nieta restituida Victoria Donda instó a «luchar para vencer la proscripción» de la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner y afirmó que la democracia en Argentina se encuentra «recortada» por el «partido judicial».
En diálogo con Télam, la actual subsecretaria de Análisis y Seguimiento Político Estratégico bonaerense se refirió a temas que aborda en su nueva publicación: la violencia que viven las mujeres en la política y también el trayecto de su militancia, que inició a fines de la década del 90 antes de conocer que era hija de desaparecidos.
«Puede gustarte o no, pero las críticas a Cristina son desmedidas. Y si hay algo que aprendí es que, en una sociedad patriarcal, es mucho más sencillo ser hombre en la política que ser mujer», dice Donda en uno de los capítulos de su nuevo título.
En ese sentido, en diálogo con esta agencia, advirtió que «los discursos de odio son un arma cargada» y señaló que «esa arma fue apuntada contra la vicepresidenta», en referencia al intento de magnicidio que vivió en septiembre último Cristina Fernández de Kirchner, a quien definió como «uno de los símbolos que marca el tiempo de las mujeres en la política argentina».
De cara a los comicios presidenciales, Donda llamó a «luchar para vencer la proscripción» de Fernández de Kirchner, ya que, consideró que además de ser «un problema que se proscriba» a quien le «genera al pueblo esperanza y emoción», a la vez se le «ata las manos a la democracia».
Así se refirió al fallo del Tribunal Oral Federal (TOF) 2 que condenó a la titular del Senado a seis años de prisión en la causa Vialidad y la inhabilitó a ejercer cargos públicos de por vida, y evaluó que tras la resolución «vivimos en una democracia recortada por el Poder Judicial».
«En parte hoy se transforma en un partido judicial, que decide quién puede participar y quién no» de las elecciones, agregó Donda.
Además, aseguró que si no es posible «generar las condiciones para que nuestra fundamental dirigenta pueda ser candidata, si es que quiere serlo, tampoco podemos hablar de una democracia plena».
La funcionaria advirtió que la democracia también se encuentra «recortada» por el Fondo Monetario Internacional (FMI) por «determinar todas las políticas económicas» de Argentina.
Sobre sus inicios en el Frente para la Victoria, su pasaje a la oposición y su posterior retorno al Frente de Todos (FdT) para las elecciones de 2019 -que reconstruye en uno de los capítulos de su libro- la funcionaria reflexionó que «una se va dando cuenta que hay momentos históricos donde hay que definir de qué lado claramente estás».
Con críticas a los partidos de izquierda volvió a reafirmar, como también sostiene en la publicación: «Yo quiero ser parte de esa cultura que sí puede hacer realidad aunque sea alguna de todas esas grandes banderas que tenemos».
En el libro, Victoria también indaga sobre la construcción del vínculo con su hermana biológica Daniela Donda -criada por su tío biológico- y su relación con su hermana de crianza y también nieta restituida Carla Ruiz Dameri.
Carla y Victoria fueron apropiadas por el exprefecto Juan Antonio Azic, quien se encuentra cumpliendo condena por su participación en el terrorismo de Estado.
«Puedo seguir viendo a quien se apropió de mí porque fui y soy parte de ese movimiento que luchó y consiguió justicia, que condenó a los genocidas», sostiene Victoria en un pasaje de su libro, al referirse a su decisión de seguir en contacto con Azic.
En la misma línea, contó a Télam que sigue pensando que aquellos que cometieron los delitos más cruentos que conoce la humanidad tienen que estar detenidos», para luego acotar: «Después, el vínculo personal uno lo puede seguir de otra forma».
En el último capítulo de su publicación, Victoria escribe una carta imaginaria a su padre y a su madre para ponerlos al tanto de los hitos políticos más importantes que vivió la Argentina desde sus desapariciones en 1977.
«Siempre me imaginé que si estuviesen vivos charlaríamos mucho de política», reveló Victoria, y explicó que utilizó a ese recurso al imaginarse «cómo hubiese sido contarles» lo sucedido en el país durante todo este tiempo, como si ambos «hubieran estado en algún lado».
En esa línea, Victoria manifestó que la obra «está dirigida a todos» pero sobre todo está pensada para «aquellos que nacieron en democracia y que no vivieron lo que pasó».
En el nuevo título, la funcionaria elige hablar de su hija Trilce, de 8 años, y agrega ilustraciones realizadas por Ignacio Minaverry con un estilo que apunta a las nuevas generaciones.
«Cuando mi hija, en Navidad, los quiso venir a saludar (a sus abuelos, María Hilda y José María Laureano, los padres de Victoria), la traje a este parque a dejarle una flor en el nombre», reveló la exlegisladora y flamante autora, para quien las desapareciones de sus pares no son «parte del pasado» sino que «el pasado es algo que siempre se construye en el presente».