Los riesgos de una moneda común entre Argentina y Brasil
El ministro de Economía argentino, Sergio Massa, planteó su preocupación por el delicado intercambio comercial entre las dos naciones más importantes de la región, durante el primer párrafo de la conferencia de prensa que ofreció junto a su par, Fernando Haddad, en Casa Rosada.
«Debemos recorrer un camino de recuperación de un comercio bilateral que en algún momento fue muy fuerte contra el tamaño del PBI entre Argentina y Brasil y que, a lo largo de los últimos años, ha ido decayendo. En los últimos 10 años se ha perdido casi un 40% del comercio bilateral» advirtió.
Si bien hay coincidencia en el diagnóstico comercial, entre las dos administraciones se difiere en la gradualidad de las soluciones.
Moneda común entre Brasil y Argentina: las disidencias entre gobiernos
Mientras que Argentina impulsa vehementemente una moneda común, «no única», como se preocupó por señalar Massa, para corregir las distorsiones, fomentar el comercio intra Mercosur y no depender de la divisa estadounidense, la gestión del dirigente de centro izquierda, Fernando Haddad, parece ser menos reformadora.
En declaraciones a la prensa, señaló, «el comercio está muy mal y el problema es precisamente la moneda extranjera, así que estamos tratando de encontrar una solución, algo en común que pueda hacer crecer el comercio».
Según indicó, el comercio de Argentina con Brasil se había resentido debido a la falta de dólares en nuestro país, donde una crisis económica ha dejado al gobierno del Frente de Todos luchando para reponer las reservas de divisas, con una tasa de inflación de casi el 100% durante el 2022.
Massa y Haddad conversaron sobre el proyecto de moneda común, aunque el argentino parece el máss apurado.
Haddad señaló que Argentina es un importante comprador de productos industriales brasileños y que se están barajando «varias posibilidades», para sortear sus problemas de divisas, aunque no se había tomado ninguna decisión.
En la previa al primer viaje oficial de Lula Da Silva al exterior se consultó a Haddad si podía dar más detalles sobre la cuestión de las divisas.
Brasil no prevé abandonar el real de su economía
Haddad, mano derecha de Lula, exgobernador de San Pablo, afín al pensamiento de centro izquierda en su país y uno de los que se perfilan como el sucesor de Lula en el poder, confirmó que aclararía el asunto en los próximos días, añadiendo irónicamente: «Sobre todo, porque hay quien dice que el real se va a acabar».
Para Fernando Haddad, el fin del real brasileño, no es una opción. No existirá una moneda única como el Euro.
El real tendrá larga vida para el establishment de Brasilia y de allí la aclaración a los periodistas de parte de Sergio Massa, para que no se hable de una moneda única entre las dos naciones a pesar que la intención de los presidentes Fernández y Da Silva sea la de transitar un camino que permita eliminar las barreras comerciales entre los dos países que gobiernan.
Por lo que la moneda única del Mercosur se está convirtiendo en un moderno quiliasmo, con el que soñaron figurar emblemáticas de la unión entre Argentina y Brasil como Juan Domingo Perón y Getulio Vargas, que nunca superó la oposición de la diplomacia de Itamaraty, que prefirió no entorpecer sus profundas relaciones con los Estados Unidos de posguerra para crear una unión aduanera con la Argentina durante el gobierno de Perón, o Raúl Alfonsín y José Sarney, que finalmente lograron crear el Mercosur y, ya más cerca en el tiempo, Roberto Lavagna, durante las gestiones de Alfonsín, primero, y de Néstor Kirchner, después, o inclusive, durante las gestiones de Mauricio Macri y Jair Bolsonaro.
Una moneda común entre Argentina y Brasil sería un fuerte impulso para ambos gobiernos, a nivel económico en la región.
Moneda común en el Mercosur: los antecedentes
Para el exdirector del Grupo Brasil y periodista especializado en temas del Mercosur, Ricardo Sarmiento, «la moneda común se menciona cada vez que un gobierno necesita fortalecer una alianza. Desde el inicio del Mercosur se habla de moneda común. En otros tiempos se hablaba del «gaucho» o «gaúcho» por la coincidencia en la denominación del hombre de Río Grande Do Sul y el hombre de campo argentino».
Curiosamente, en el momento en que se firmó el protocolo número 20 de la declaración de Viedma, del 17 de julio de 1.987 entre los funcionarios de Raúl Alfonsín y José Sarney, los apurados o necesitados para avanzar en una moneda común y en toda herramienta de integración posible, eran los brasileños.
La administración de José Sarney consideraba de vital importancia la integración con Argentina, incluso más que la gestión de Raúl Alfonsín. Brasil había comenzado a darle forma a su expansión regional.
El documento decía que los gobiernos de Argentina y Brasil «deciden crear una unidad monetaria común, denominada Gaucho, expresado su valor en los términos que de común acuerdo determinen los Bancos Centrales de los dos países a ser emitida y respaldada por reservas».
El equipo que trabajó en la creación del Gaucho lo integró el ministro de economía de Sarney, Dilson Funaro, el secretario de Relaciones Económicas Internacionales de Cancillería, Jorge Romero, y el secretario de Comercio e Industria, Roberto Lavagna para quien colaboraban Beatríz Nofal y Jorge Campbell.
La idea de una moneda común conocida como Gaucho nunca prosperó y en los ’90, convertibilidad argentina mediante, la idea desapareció de la agenda entre los dos países.
El ministro de Economía de Raúl Alfonsín también luchó por una moneda común en 1987.
La integración monetaria volvió a ser analizada durante la gestión de Roberto Lavagna como ministro de Economía de Néstor Kirchner pero, en esa ocasión, Lula decidió avanzar en un acuerdo con el FMI y el acuerdo quedó en el olvido.
Más cerca en el tiempo, Mauricio Macri y Jair Bolsonaro, que mostraron muchas coincidencias en materia política al igual que lo hacen Lula Da Silva y los Fernández, intentaron avanzar con la idea del peso real.
Sus ministros de economía, Nicolás Dujovne y Paulo Guedes, intercambiaron informes técnicos, pero ante los rumores de la creación de una moneda común, el Banco Central de Brasil decidió emitir un documento señalando que «… el Banco Central de Brasil no tiene proyectos o estudios en marcha para una unión monetaria con Argentina».
Apenas, unos años después, y ante la misma iniciativa reflotada bajo el nombre de «Sur», es el ministro de Economía brasileño, Fernando Haddad, el que pone en el freezer la iniciativa de un euro para la región.