“Improvisar es como un meteoro que avanza sin saber adónde va a caer”
La cantante y compositora Juana Molina que se presenta este sábado a las 20 en el Festival “Parador Konex” en conversación con Télam Radio adelantó que en diez día viaja a Córdoba para grabar su octavo trabajo discográfico de estudio y explicó: “Mis canciones son cada vez más abstractas, tiendo a improvisar porque me inspira esa adrenalina que es única, canto sin decir nada o en realidad digo: música. No sé que pasará en mi nuevo disco, espero salga a fin de año o en 2024”.
“Vengo de una gira por Estados Unidos y de un show del CCKirchner donde improvisé y fue muy divertido fue como tirarse sin saber a dónde. Es muy vivo y presente. La improvisación es como un meteoro que avanza sin saber adonde va a caer”.
Sobre el concierto en el barrio porteño del Abasto junto al baterista y percusionista Diego López Arcaute dijo “Nunca es igual por eso no se puede espoilear. Cada show tiene sus momentos bastante distintos depende el clima que se arme y cómo viene la mano, hay días que uno está más inspirado que otros. Hay una estructura en los temas pero la duración es incierta, según lo que se me ocurra en ese momento ya sea algunas voces, arreglos, percusiones, guitarras, las hago y al cabezazo vamos a la siguiente parte. Espero que la luna llena nos acompañe, nos ilumine y nos inspire”, auguró.
La artista argentina al recordar su decisión de dejar de actuar y abocarse a la música, en los años noventa, contó “tuve que remar en dulce de leche contra los medios que no me autorizaban a cambiar de carrera. Eso hizo que me fuera muy difícil poder afianzarme sin sentir que me estaba exponiendo en un zoológico y estaba siendo examinada como un bicho raro que decidió dejar su estrellato para hacer esa cosa que hacía en ese momento o que hago ahora”.
Juana Molina confesó: “Por otra lado el dulce de leche fue mi propio juicio acerca de lo que los demás iban a pensar y esa expectativa de no querer defraudar a mi público que me iba a ver pero que no tenía idea de lo que hacía. A mucha gente no le gustaba y se iba, y era ahí donde se armaba el clima necesario para tener una noche amena”.
El primer álbum solista de Juana Molina llamado “Rara”, producido por Gustavo Santaolalla en 1996, tuvo una edición limitada que hoy no figura en plataformas digitales y del que hay pocos ejemplares físicos, la música develó a Télam el motivo: “Durante muchísimos años en Argentina no se me reconoció en absoluto, este disco se cajoneó por razones ajenas al contenido del disco sino más bien una pelea de estrellas de las compañías discográficas. Se decidió guardar y por eso es muy raro de encontrarlo, yo me quedé con algunas copias que pude recuperar, las que se vendieron fueron las que teníamos nosotros”.
En esta nueva etapa Molina rompe barreras generacionales acercándose a las músicas Candelaria Zamar, Lucy Patané y Carola Zelaschi y celebra el nacimiento de su sello discográfico “Sonamos”, creado junto a Mario Agustín González y Federico Mayol, que ya lanzó en edición vinilo su disco: “Segundo”, publicado en el 2000, y una reedición de “Musicasión 4 1/2”, de la escena musical uruguaya de los 70.
Molina expresó que “Jamas se me hubiese ocurrido tener un sello sino hubiese trabajado con Mario que dedica su vida a escuchar música y ahora a producirla. Ya estamos en preproducción de los próximos lanzamientos, recién empezamos y con cada disco aprendemos algo nuevo, es una locura hermosa y arriesgada. Queremos ser un sello muy querido porque lo que hacemos es con muchísima dedicación”.