Espectáculos

Los autores más prestigiosos llevan sus historias del cine a las series

«Esterno Notte», de Marco Bellochio. (Netflix)

Si bien cineastas considerados por la crítica como “autores”, desde David Lynch hasta Jane Campion, incursionaron hace ya bastante tiempo en el mundo de las series, nunca como ahora los directores más celebrados del circuito de los grandes festivales han llevado sus historias al streaming.

El francés Olivier Assayas amplió en “Irma Vep” (HBO Max) la premisa de su película de 1996 a una estructura de ocho episodios; el danés Lars von Trier retomó en 2022 un proyecto como “The Kingdom Exodus” (MUBI), que había tenidos dos temporadas en 1994 y 1997; el italiano Marco Bellocchio reconstruyó en la extraordinaria “Esterno notte” el secuestro y asesinato de Aldo Moro por parte de las Brigadas Rojas; el también danés Nicolas Winding Refn acaba de estrenar en Netflix “Cowboy de Copenhague”, mientras que a esta misma plataforma llegó esta semana “Makanai: La cocinera de las maiko”, que tiene como creador al japonés Hirokazu Kore-eda.

Lo habitual al analizar el fenómeno de las series es ver quién es el showrunner de cada proyecto. Así, guionistas de prestigio como David Simon (“The Wire”), Matthew Weiner (“Mad Men”), David Chase (“Los Soprano”) o Vince Gilligan (“Breaking Bad”, “Better Call Saul”) fueron considerados -y efectivamente lo fueron- los creadores de varias de las historias más emblemáticas de la historia.

Sin embargo, esta tendencia es distinta: no se trata de artistas que se iniciaron como guionistas a sueldos para terceros y luego llegaron a liderar series propias sino de autores consagrados primero en festivales como Cannes, Venecia o Berlín que luego concibieron proyectos financiados por los gigantes del streaming.

“Makanai: La cocinera de las maiko”

De Hirokazu Kore-eda

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Makanai La cocinera de las maiko
«Makanai: La cocinera de las maiko»

El director de “De tal padre, tal hijo”, “Somos una familia” (ganadora de la Palma de Oro en Cannes) y “La verdad” tomó como punto de partida un manga de Aiko Koyama para narrar las desventuras de dos muchachas de 16 años que dejan el pueblo rural de Aomari para instalarse en la enorme y tradicional ciudad de Kioto y entrenarse como maiko (aprendiz de geiko o geisha).

Pero mientras Sumire (Natsuki Deguchi) demuestra ser una estudiante rápida, impresionando a sus maestros con su aplomo natural y tranquila determinación, Kiyo (Nana Mori) resulta mucho más torpe y menos entusiasta. Cuando está a punto de ser expulsada del programa, Kiyo encuentra una nueva vocación como makanai (cocinera tradicional), pasando a ser la responsable de alimentar a todas las maiko y las supervisoras del lugar.

Minimalista, melancólica, sensible y tierna, “Makanai” mantiene en sus 9 episodios el estilo y el sello de Hirokazu Kore-eda, más allá de que él comparta créditos en el proyecto con otros realizadores y guionistas.

“Cowboy de Copenhague”

De Nicolas Winding Refn

Cowboy de Copenhague Netflix
«Cowboy de Copenhague» (Netflix)

Auque con películas como “Pusher”, “Bronson” y “Valhalla Rising” se convirtió en un director de culto, la consagración masiva le llegó en 2011 con “Drive”. En 2019 incursionó en el universo de las series con “Too Old to Die Young” (Amazon Prime Video) y ahora, a los 52 años, el realizador danés saltó a Netflix con la historia de Miu (Angela Bundalovic), una joven de 18 años que llega a Copenhague desde Europa del Este y queda sin papeles a merced de una mafiosos albaneses dedicados a la explotación de mujeres para la prostitución.

Pero así de inexpresiva, dócil, débil e indefensa como en principio parece, la protagonista es en verdad un ser con poderes especiales capaz de sanar y de traer suerte a los demás, aunque en lo personal deba lidiar primero con los albaneses y luego con gánsteres chinos en medio de una guerra de pandillas. Y tendrá que disparar, luchar cuerpo a cuerpo, traficar, huir, negociar y apelar a todos sus recursos como para ir sorteando cada nuevo desafío y mantenerse con vida. Cinco horas trabajadas con la ya clásica estilización y el virtuosismo formal de un artista de la talla de Refn.

“Irma Vep”

De Olivier Assayas

Casi tres décadas después de la hoy ya mítica película que rodó con su pareja de entonces, Maggie Cheung, el director francés de “Los destinos sentimentales”, “Demonlover”, “Clean”, “Boarding Gate”, “Carlos”, “El otro lado del éxito”, “Las horas del verano”, “Personal Shopper” y “Doubles vies” recupera aquella historia en formato de serie de ocho episodios y -claro- con varios cambios (actualización y expansiones).

La Mira de Alicia Vikander (canta, baila y juega a ser diva) Y el René Vidal de Vincent Macaigne recrean ahora los papeles que antes hicieran la mencionada Cheung y Jean-Pierre Léaud en esta exploración de las miserias, egos y desafíos del mundillo del cine.

“The Kingdom Exodus”

De Lars von Trier

The Kingdon Exodus MUBI
«The Kingdon Exodus» (MUBI)

En 1994 y 1997 un joven Von Trier escribió y dirigió en Dinamarca las primeras dos temporadas de la serie “Riget” (“The Kingdom”), una combinación alocada de comedia negra y terror sobrenatural que con los años iría adquiriendo con toda justicia estatus de culto.

Veinticinco años después, el realizador de “Los idiotas”, “Contra viento y marea”, “Bailarina en la oscuridad”, “Dogville”, “Manderlay”, “Melancolía”, “Anticristo”, “Nymphomaniac” y La casa de Jack” asume el desafío de regresar con una tercera y última temporada de cinco episodios titulada “The Kingdom Exodus”, que transcurre en un hospital de Copenhague donde hay una oscura dimensión de espíritus, fantasmas, demonios y criaturas aberrantes.

“Esterno notte” / “Exterior noche”

De Marco Bellocchio

Al igual que “Irma Vep”, esta miniserie del genial director de “Vincere” (2009) y “El traidor” (2019) tuvo su estreno mundial en el último Festival de Cannes. El ya octogenario realizador se mete con (o mejor, regresa a) el secuestro y asesinato de Aldo Moro con una historia de cinco horas y media que primero tuvo un paso por los cines de Italia y luego se dio en la RAI y en plataformas de streaming como Filmin.

Lo de “regreso a” tiene que ver con que Bellocchio ya se había interesado en el caso de Moro en “Buongiorno, notte” (2003), pero aquí -con nuevos materiales que fueron surgiendo a la luz en los últimos años y con un despliegue de recursos y de tiempo mucho mayor- ofrece una mirada mucho más profunda, panorámica, provocadora e integral.

Fuente: Telam

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