Espectáculos

‘Algo que pasó en Año Nuevo’, cuando el drama y la comedia se retroalimentan con suspenso

Foto: Alejandro Santa Cruz

«Algo que pasó en Año Nuevo», ópera prima del afamado youtuber Jorge Pinarello, presenta en varias salas del país una historia que apela al drama y a la comedia para adentrarse en el suspenso que genera una visita de fin de año que esconde pedidos, ofrecimientos y estilos que de vida que interpelan más allá de la pantalla.

«Lo mejor era que la historia transcurra en una sola locación y con pocos personajes. Ahí junté a estos cuatro personajes en una casa y empecé a escribir haciéndolos interactuar. En el medio le fui metiendo temáticas que me interesaban: sectas, lavado de cerebro, maternidad y paternidad», contó a Télam el también actor Pinarello, creador del muy popular canal «Te lo resumo así nomás» (con más de 7 millones de suscriptores), en el que aborda con humor el universo de cine y series.

Para darle forma a los personajes, Pinarello acudió a lo conocido: un matrimonio fue inspirado en el de sus padres, mientras que el otro tuvo como musa «la vida misma».

«Creo que la peli -acotó Natalia Maldini, protagonista del filme en la piel de María, pareja y socia de Pinarello en numerosos proyectos- presenta ese dilema con matices, grises y contradicciones y eso hace interesante a los personajes. Podés estar de acuerdo con algunas cosas que dice Ana pero, a la vez, su soberbia resulta desagradable. Podés llegar a sentir angustia por María y hasta empatizar por momentos, pero no estar de acuerdo con su discurso. Siempre nos interesaron los personajes tridimensionales, que incomodan».

La cinta muestra un fin de año poco deseado entre el matrimonio de Manuel y María, quienes visitan a Ana y Julio en su lujosa casa quinta. Lo que debería ser un encuentro festivo oculta, en realidad, las necesidades económicas de los visitantes y un no muy claro deseo oculto por parte de los anfitriones. Detrás de «las buenas vibras», yace un secreto oscuro en el que proliferan los suicidios, el lavado de cerebro y la cuasi esclavitud de un grupo de mancebos.

«No hay buenos y malos, villanos o heroínas… y en lo personal, me interesan esas historias que te mantienen en tensión, sin saber como espectadora hasta dónde bancar u odiar su accionar», agregó Maldini, quien también cosecha su éxito en las redes y el canal de YouTube que lleva su propio nombre, en el que también habla de cine y series.

La película se estrenó en el Festival de Mar del Plata y ya tuvo visionados en varias ciudades del país. Además de poderse ver en el Cine Gaumont de CABA, también se proyecta en Lobos, Concordia, Santa Fe, Palpapá y Caseros (PBA).

Foto Alejandro Santa Cruz
Foto: Alejandro Santa Cruz

– Tal como lo plantea la película, ¿cuánto hay de presión social y cuánto de deseo en la maternidad/paternidad?
– Natalia Maldini: Somos una generación que pone en crisis ese mandato social y los personajes representan dos posturas extremas. Por un lado, tenemos a María y Manuel, que recorren su vida «en piloto automático» llenos de frustraciones y «el hijo» vendría a «salvar esa relación». En oposición, Ana plantea un discurso antihijos con todos los cuestionamientos que también están presentes y que son contemporáneos a nuestra generación. Sin embargo, creo que la película no baja línea hacia una «verdad absoluta» porque también la forma en que este personaje problematiza resuena violento.

– En ese sentido, la película plantea una relación de presión intrafamiliar. Ya sea para evitar tener un hijo (caso hermana y pareja), como para tener (en menor medida, la propia pareja protagonista).
– Jorge Pinarello: Hace 12 años que estoy en pareja y hace 12 años que me hacen la misma pregunta… «¿para cuándo los hijos?» Esa pregunta da la sensación de que es algo que sí o sí tiene que pasar, el casillero que le sigue a la convivencia o al casamiento. Nunca la pregunta fue «¿tienen ganas?». No, siempre fue «¿para cuándo?». En la película quise plantear el por qué de tener un hijo, qué es lo que te impulsa a traer una persona al mundo y si hay algún motivo más allá de la presión social de que es el casillero que le sigue.

– Natalia, ¿cómo pensaste enriquecer este personaje que tiene que fluctuar entre la comedia y el drama extremo?
– NM: María es una bola de nervios, está continuamente reprimiendo la ira. Ella odia su vida y está llena de frustración y resentimiento. El resto de los personajes son más impunes y tienen la posibilidad de volar y jugar un poco más con el registro. María está siempre a tierra. Y más allá de que la comedia está presente, mi personaje está conectado al dolor y la angustia. No nos burlamos de los personajes ni entramos en el registro de la parodia, tratamos con mucho respeto cada construcción. Entiendo que por oposición pueda funcionar la comedia. El guion y el tono de la película generan estructuras rítmicas, preguntas y respuestas rápidas que son graciosas y funcionan casi por métrica y tonos de actuación. Eso es algo muy argentino: tonada o cantito ríoplatense medio tano que tenemos para decirnos las cosas. «Esperando la Carroza» fue nuestra gran inspiración.

Foto Alejandro Santa Cruz
Foto: Alejandro Santa Cruz

– ¿Por qué creen que la comedia y el suspenso son géneros que se pueden combinar para contar esta historia?
– JP: Para mí la comedia se puede mezclar con cualquier género, porque como dijo Dolina: «La comedia es poner una cosa donde no va». En el caso particular de esta película, el humor surge de poner a una pareja con un estilo de vida en el mundo de otra pareja con un estilo de vida opuesto. Ese choque es lo que genera risas, pero cuando el impacto se vuelve más violento empieza a generar incomodidad. El suspenso entra cuando no sabés hasta donde puede llegar una pareja para imponer su modo de vivir.

– Tienen canales de YouTube muy exitosos. ¿En qué creen que les aportan, desde lo creativo, para abordar su propio cine?
– NM: Tenemos un recorrido de muchos años en la autogestión y el teatro independiente. Comenzamos muy chicos a trabajar juntos con nuestro grupo de amigos, con muchos de los cuales compartimos este proyecto. Creo que las herramientas que fui adquiriendo en la gestión cultural como en el desarrollo de mi canal de YouTube tienen mucho en común: gestionar y administrar recursos, organizar equipos de personas, proponer reuniones, el diálogo y el trabajo colectivo son las bases de todo lo que hago. Todo lo que fuimos haciendo en los últimos 20 años, desde producir un podcast, pasando por escribir obras de teatro, gestionar un centro cultural (El Escudo de La Plata) hacer un corto o serie web formaron parte de un largo proceso de aprendizaje que devino en una película. YouTube nos permitió un contacto directo con la gente y que las comunidades virtuales se sientan parte de todo ese proceso. Muchas de las cosas para la película las conseguimos gracias a la ayuda de nuestros seguidores, desde la locación principal hasta la distribución de la peli que también es muy particular.

Fuente: Telam

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