La Joaqui lanza ‘Barbie Copiloto’, su viaje musical al corazón de las caravanas de motos
La Joaqui, capturando el ambiente y sirviéndose de su jerga, se sube con el traje de “Barbie Copiloto” -el nombre de su más reciente EP- a las caravanas y la cultura motoquera para representar el legado de su amigo El Noba y, desde ahí, declamar por los “invisibles” de la industria de la música y el “lado más marginal” de la sociedad.
Desde un género bien criollo como el RKT, donde se condensan ritmos tropicales argentinos con la base del reggaetón puertorriqueño de la vieja escuela, la rapera y cantante marplatense Joaquinha Lerena, pone al frente el aporte de los djs en toda esta historia y comparte el crédito de su viaje con el resto de la escena.
“A diferencia de otros géneros que son de los músicos y productores, el RKT es de los djs, otros personajes que son siempre invisibilizados. Era muy importante hacerlo con ellos que son los que más saben del género por hacer remixes para que suenen a RKT”, sostuvo la artista, quien armó un seleccionado de productores con Omar Varela, DJ Tao, Alan Gómez, Gusty DJ y DJ Alex, que rotan en la producción del material.
Por cuestión de tiempos, no pudo concretar una anhelada colaboración con Dj Kbz -uno de los padres del RKT junto a DJ Pirata y Toty Stylee-, pero honra a sus fundadores y su legado como creadores de este género argentino que hoy se expande hacia otras latitudes: «Sin ellos no hay base para que el artista cante y tampoco hay música en una fiesta, pero siempre fueron muy invisibilizados”, añadió en charla con Télam.
«A mí me parece muy loco cuando sale una artista nueva y dicen que no le llega ni a los talones a otra. ¿Y cómo le va a llegar a los talones si recién empieza? Hay pibas que se nota que graban en la casa con un micrófono de mierda, pero que si las ponés en un estudio profesional son unas re estrellas porque tienen mucho talento». La Joaqui
Afilada como sus rimas, La Joaqui desarma y responde ante cualquier tipo de discurso de odio que se cruza por su camino, como las miradas condenatorias que casi siempre están relacionadas con las “carencias” y la desigualdad: “A mí me pasa no sólo por hacer RKT, también por ser mujer, mamá, por no estar casada y hasta por la ropa que uso para la edad que tengo”, esgrimió.
“Siempre los prejuicios están vinculados con las carencias. Y, por más que sea ridículo, no juzgamos generalmente el vestido que se pone Kim Kardashian, y hasta pasa por ‘innovador’. El prejuicio se basa en pensar que hay un espacio de la sociedad, el lado más marginal, que no tiene derecho a ciertas cosas, deportes y actividades. A veces me llaman resentida social por hacer esta clase de comentarios, pero así es como lo vivo”, agregó.
-¿Por qué elegiste la cultura de las motos como tema principal de tu nuevo material? ¿Cuánto tuvo que ver tu relación con El Noba con esta pasión?
-Este disco está hecho y dedicado a la memoria de Lauti (Coronel), y en honor a todo lo que él nos compartió. Yo me metí en el mundo de las motos más o menos hace dos años atrás, cuando me llevó a mi primera caravana. Sentí lo mismo que cuando fui a una primera batalla de freestyle. Deslumbrada por ver a un niño de cinco años colgando su bici porque quería ser parte. Fue muy loco encontrarme con el «stunt», que es como se le dice a toda esta acrobacia fierrera como el «willy». Me parece increíble que no sea abordado como un deporte, cuando tiene la misma pasión que cualquier otro. Hay nenes chiquitos queriendo ser un día como Lauti, y no porque era El Noba, sino porque era por ser Lauti “el de las motos”.
-¿Pensás que habría que legalizar la actividad?
-Cuando se fue, hubo mucho amarillismo; hablaron de él como un pibe inconsciente que murió haciendo «willy». Y estaba haciéndolo, pero murió porque alguien lo chocó en una calle. ¿Qué hubiera pasado si ese pibe hubiera tenido un espacio público, como tiene cualquier otro deporte, para hacer esas piruetas? Un lugar en el que a los pibes los obligasen a tener registro y casco, y donde cualquiera pudiera empezar a practicar primero con una bicicleta. Con un lugar destinado a eso, tal vez hoy los pibes no estarían haciendo “stunt” en el medio de una autopista o teniendo que escapar de la policía, escondiéndose, y entonces tendríamos un deporte legal. Hay gente que con una buena situación económica puede bancar automovilismo o motocross, y que hasta son considerados deportistas de elite vinculados con la elegancia. No generalizo, porque es obvio que inconscientes hay en todos lados, pero es más que necesario que haya un espacio así; encima puede generar puestos de trabajo porque hay pibes muy capos con las motos que hasta podrían enseñarles a otros pibes métodos y maneras para no lastimarse o aprender a caer de la moto.
-En “Butakera”, la canción con El Noba producida por Alan Gómez, hablás de ser una “alta segunda”.
-Cuando digo «soy alta segunda, no me importa ser primera» me refiero a que en el RKT hoy hay un montón de pibes que están «pegados» y que para ellos sí hay espacios. En cambio, cuando una mujer es buena en el RKT parece que fuera una sola y que se tiene que matar por un lugar. No sé si es el ejemplo perfecto, pero está la dualidad entre Lali y Tini. ¿Por qué si ellas se llevan bien, se respetan y hablan bien una de la otra? Sin embargo, hay quienes dicen que si escuchás a una no podés escuchar a la otra. ¿Por qué? Porque son dos estrellas del pop y la sociedad no está acostumbrada a que dos minas se destaquen. En la jerga barrial, “ser una segunda” es ser alta compañera, una persona que nunca te va a dejar morir y que está en todas. Si no soy primera porque piensan que otra es mejor, no me importa porque yo soy alta segunda, y si ella quiere la voy a acompañar.
-¿Es el mensaje que quisiste mandar cuando decidiste invitar en “38” a Kenzy y May Creizy, dos artistas emergentes del RKT?
LJ: Siempre estoy buscando pibas que estén haciendo RKT o mujeres que canten cumbia. No para ver quién compite conmigo, sino para ver a quién puedo sumar a mi proyecto. Si bien los pibes colegas me apoyan y acompañan, busco a compañeras que entiendan ciertas cosas que son muy mías y femeninas. Un día me encontré con un video de May Creizy y leí que en los comentarios le ponían “sí, muy lindo pero aguante la Kenzy”. Y en el de Kenzy ponían lo mismo pero al revés. Ahí pensé: «mirá cómo son, que pibes puede haber un montón, pero piba siempre tiene que ser una sola». Entonces las sumé a las dos.
-¿Está por encima la construcción colectiva que posicionarte como la ‘gran referente’ del género?
LJ: Sí, totalmente, pero no es sólo eso. También está la invisibilidad de los personajes secundarios. Porque siempre hay una estrella y el fanatismo por esa estrella termina por invisibilizar un montón de cosas. Yo misma muchas veces me sentí así. No me quiero hacer la madre Teresa de Calcuta, pero es un sentimiento que tuve siempre por sentir que como piba estaba teniendo la mirada de todo el mundo. A mí me parece muy loco cuando sale una artista nueva y dicen que no le llega ni a los talones a otra. ¿Y cómo le va a llegar a los talones si recién empieza? Hay pibas que se nota que graban en la casa con un micrófono de mierda, pero que si las ponés en un estudio profesional son unas re estrellas porque tienen mucho talento. Pasa que siempre se invisibilizan a los personajes secundarios: muchos ahora dicen «qué hermosa historia la de La Joaqui». Sí, una historia que conté mil veces pero que tal vez a nadie le había interesado antes.
«La cumbia es el rap de nuestro país»
La Joaqui aseguró que «el fenómeno de L-Gante demostró que con la jugada correcta» se puede «cantar con nuestra propia jerga y sonido», al conversar con Télam sobre la actualidad del RKT.
«Así como a nosotros nos llama la atención y nos encanta la jerga de los puertorriqueños, dueños de una música que me encanta, creo que a ellos también les va a encantar el ‘che, atorrante, ¿qué te pasa? sos re butaca’. A nosotros nos funcionó así, con esta jerga tan linda y nuestra», señaló.
En diálogo con Télam, añadió que esa fusión está sembrando argentinidad en otros territorios como México, Puerto Rico y Venezuela, donde ya hay productores experimentando con los ritmos del RKT.
Parte de esa identidad sonora hay que encontrarla en el mismísimo “underground” de la música popular argentina: “Así como en Estados Unidos el sonido del under es el rap; en nuestro país ese lugar lo ocupa la cumbia”.
“A mí me tocó sufrir un montón porque me decían que ‘me hacía la rapera, pero era cumbiera’. Amigo, la cumbia es el rap y el underground de nuestro país”, sostuvo.
Y así como el rap fue permeable a todo tipo de fusiones, el sonido del RKT se mezcla en «Barbie Copiloto», su nuevo EP de seis canciones, con el de la guaracha y la música electrónica en «Mañosa».
Producida por Omar Varela, esta fusión adornada por los sonidos argentinos retoma el camino del puertorriqueño Farruko con su hit mundial llamado «Pepas».
El productor argentino viene de ocupar las primeras posiciones en los charts de Italia y España con el remix de «Hace calor» que hizo para Kaleb Di Masi y donde sumó al italiano Sfera Sbbasta para posicionar el sonido del RKT argentino entre lo más escuchado del verano europeo.