Las autoridades de China levantaron parcialmente las restricciones contra el coronavirus en varias zonas de las ciudades de Cantón y Zhengzhou, a pesar del alto número de contagios y tras las fuertes protestas registradas en diversos puntos del país contra la política de «Covid cero» del Gobierno.
En las últimas 24 horas, el gigante asiático reportó más de 37.600 contagios, con la provincia de Cantón como una de las más afectadas del país, pero los ciudadanos siguen saliendo a la calle para protestar por los estrictos controles y exigir una mayor libertad.
El Gobierno de China comenzó a relajar las restricciones ante las crecientes protestas que se extendieron la semana pasada, luego de que murieran diez personas en un incendio en la región de Xinjiang, en el noroeste del país, ante la tardía intervención de los bomberos debido a las medidas de control sanitario.
En la ciudad de Cantón, ubicada en el sur de China, algunos distritos se podrán beneficiar del levantamiento de las medidas más restrictivas contra la Covid-19, comunicaron las autoridades locales.
«Los confinamientos, en caso de establecerse, deben ser levantados rápidamente y deben llegar a su fin cuando sea necesario para minimizar los inconvenientes ocasionados para la población»Zhang Yi, subdirectora de la Comisión de Sanidad de Cantón
«Los confinamientos, en caso de establecerse, deben ser levantados rápidamente y deben llegar a su fin cuando sea necesario para minimizar los inconvenientes ocasionados para la población», detalló la subdirectora de la Comisión de Sanidad de Cantón, Zhang Yi, en declaraciones al diario South China Morning Post, informó la agencia de noticias Europa Press.
A medida que avanzan las protestas contra la política de «Covid cero», la ciudad, que cuenta con 19 millones de habitantes, solo hará testeos a personas que hayan estado en contacto estrecho con un contagiado y dejará de realizar pruebas en masa.
De todas formas, las autoridades locales instaron a los habitantes a utilizar tapabocas y evitar aglomeraciones y reuniones.
En tanto, en la ciudad suroriental de Zhengzhou, aislada hace un mes y que fue escenario de un fuerte enfrentamiento entre trabajadores de una fábrica de iPhone y la policía la semana pasada, las autoridades también anunciaron el retiro de parte de las medidas establecidas.
Las autoridades locales suspendieron el confinamiento urbano total que se había aplicado el pasado 2 de noviembre por el empeoramiento de la situación epidemiológica.
La cuarentena en principio debía regir durante siete días, pero la medida fue prorrogada en varias ocasiones.
Una «burbuja» cerca del aeropuerto
A partir del jueves, se permitirán libremente los desplazamientos por la zona económica del aeropuerto de Zhengzhou, donde se ubica la fábrica de la compañía taiwanesa Foxconn, que produce iPhones, pero será obligatorio usar tapabocas y llevar un test PCR negativo de las últimas 48 horas, comunicó la administración de esta zona económica en la red social WeChat.
Las compañías, supermercados, polideportivos, cafeterías y restaurantes reabrirán, acatando estrictamente las reglas epidemiológicas, informó la agencia de noticias Sputnik.
Foxconn, que a mediados de octubre creó en su entorno la llamada «burbuja», prohibiendo al personal abandonar el recinto de la empresa, no precisó hasta el momento cuál será el régimen que funcionará en la fábrica.
Sin embargo, existe la probabilidad de que la «burbuja» se mantenga al menos hasta finales de año, dado que anteriormente se había dicho que los trabajadores podían contar con un premio de 417 dólares si pasaban 26 días en diciembre en ese espacio cerrado.
En octubre pasado, en redes sociales se publicaron muchas quejas sobre la escasez de la comida y los fármacos dentro de la «burbuja»; según algunos usuarios, en esa zona se contagiaron al menos 20.000 personas, pero la compañía refutó esa información.
Miles de personas empezaron a abandonar Foxconn por temor a contagiarse o quedar en cuarentena entre los infectados; según la prensa local, actualmente hay unos 10.000 puestos sin cubrir.
En esta situación, la fábrica intensificó la contratación de trabajadores, aumentó el pago por unidad de tiempo y empezó a ofrecer bonos a los que se quedaron, volvieron o trajeron a nuevas personas.
La compañía taiwanesa Foxconn Technology Group es uno de los más importantes suministradores mundiales de componentes electrónicos y el parque tecnológico de Zhengzhou es el mayor del mundo fabricante de iPhones.
