La presidenta de la Agencia Argentina de Cooperación Internacional y Asistencia Humanitaria-Cascos Blancos (ACIAH), Sabina Frederic, evaluó como «catastrófica» la situación que se vive en Haití, al regresar de la misión que realizó en ese país, y subrayó que todos los actores sociales coinciden en que «sin ayuda internacional no es posible una salida».
«La misión tenía como objetivo la evaluación de la situación en Haití y el pedido del canciller Santiago Cafiero fue conseguir información de primera mano para posicionarnos tanto desde Argentina como desde la presidencia de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) sobre la situación humanitaria gravísima que se está viviendo en ese país», relató Frederic en declaraciones a Télam.
Con ese objetivo, la exministra de Seguridad viajó junto a la directora nacional de Planificación y coordinación de Asistencia Humanitaria, Mariana Galvani, y el vicepresidente de la Comisión Cascos Blancos, Pablo Virasoro, a Puerto Príncipe, donde fueron recibidos por el embajador argentino, Pedro von Eyken,y el grupo de gendarmes a cargo de la seguridad de la embajada.
La comisión llegó el 21 de noviembre y terminó su misión el viernes 25, luego de mantener reuniones con empresarios, funcionarios de Naciones Unidas, sindicalistas, integrantes de la sociedad civil, del mundo de la producción agropecuaria, académicos y organismos de derechos humanos.
«La situación es catastrófica, no recuerdan un momento tan difícil, sobre todo por las consecuencias de la crisis política, social y económica. La gente está aterrorizada porque no puede salir por las bandas criminales. Como nos dijo un funcionario de la Naciones Unidas: toda la población haitiana está secuestrada», advirtió Frederic.
En este contexto, la funcionaria sostuvo que hay un consenso general en que «sin ayuda internacional no es posible una salida», pero que es necesario definir qué tipo de asistencia hay que enviar, especialmente teniendo en cuenta las dificultades para implementarla.
«Tienen una red de voluntarios, pero el problema es la accesibilidad. Nosotros tenemos capacidad de desplegar gente para colaborar y recursos para ayudar, pero estamos limitados. Hay múltiples formas de atenderlos pero es necesario que exista un mínimo consenso entre la oposición y el oficialismo», subrayó.
Según cálculos de las Naciones Unidas, actualmente en Haití se alcanzó una cifra récord de 4,7 millones de personas en situación de hambre extrema, que incluye a 1,8 millones en fase de emergencia y, por primera vez, 19.000 individuos en un nivel catalogado como catastrófico.
«Eso es consecuencia de los bloqueos en el puerto de los últimos dos meses, a cargo de bandas armadas que impidieron la distribución de combustible dejando sin acceso al agua potable e impidiendo la comercialización de productos», explicó Frederic.
Además, recién esta semana pudieron comenzar con las clases en las escuelas, cuando debieron haber iniciado en septiembre, algo que la funcionaria consideró «muy grave» ya que impidió la sociabilización de los chicos y chicas y se imposibilitó que puedan acceder a la alimentación que se brinda en esas instituciones.
El bloqueo en el puerto finalizó el pasado 4 de noviembre, después de dos meses y gracias a la ayuda ofrecida desde Canadá que envió «ocho vehículos blindados» para revertir este escenario.
«Ese bloqueo del puerto fue simultáneo al bloqueo en la circulación de las personas, sobre todo en los barrios más pobres de Puerto Príncipe, donde las bandas tienen control total. No dejaban entrar ni salir alimentos ni agua. Eso generó un brote de cólera que no había hace años y varios muertos de hambre», apuntó.
Los casos de cólera siguen extendiéndose por todo el país con rapidez y muchos casos sospechosos no pueden llegar a diagnósticos efectivos por la falta de accesibilidad en la atención.
«El país está en un 60% controlado por bandas criminales, la policía está debilitada y hay una ausencia del Estado. El presidente (Jovenel Moïse) fue asesinado hace un año y el primer ministro Ariel Henry es cuestionado por un sector amplio de la oposición y la sociedad civil porque no fue ratificado por el parlamento que no funciona hace dos años», explicó Frederic.
Durante la reunión que mantuvieron con Henry, el primer ministro «se mostró a favor de un acuerdo con los sectores opositores», pero la funcionaria argentina sostuvo que se trata de «una expresión de deseo» y que aun queda determinar cómo alcanzarlo.
«Se está trabajando en el dialogo. No es que está todo muerto, hay vitalidad y hay deseo de salir de la situación», añadió. En ese sentido, dijo que el dato «que da esperanza» son las sanciones que se aplicaron a varios ministros involucrados en hechos de corrupción o que participaron en el crimen organizado.
«Varios fueron sancionados con el congelamiento de sus cuentas bancarias y con la remoción de la visa. Eso estiman que va a tener algún efecto ordenador», remarcó. Sin embargo, la violencia en el país sigue en aumento y el sector público se encuentra en crisis.
Muchos ministerios no están trabajando o están operando fuera de sus edificios por estar ubicados en «zonas peligrosísimas», como la cartera de Salud que «actualmente está funcionando desde un hotel».
«Cuando estábamos saliendo de Puerto Príncipe nos avisaron que habían asesinado al director de la Policía de Haití. Dos personas lo acribillaron a balazos en la calle frente al edificio de capacitación policial. También mataron a un segundo jefe de una banda», contó.
En este marco de extrema violencia, Frederic sostuvo que no «corrió peligro» durante su visita gracias a que actualmente se vive «un momento de relativa estabilidad» y que Gendarmería los guió por zonas donde no había grupos criminales.
«Algunos creen que por el mundial hay cierta calma. Acá son muy fanáticos del fútbol, especialmente se encuentran las banderas de Argentina y de Brasil. Es una forma de entrar a la comunidad haitiana por este gusto y placer por el deporte. Por lo menos en esta primera semana no hubo ningún episodio de violencia vinculado con el fútbol», destacó.
La exministra ponderó el trabajo que realiza Cascos Blancos, que mantiene «muchísima actividad» en proyectos de cooperación internacional. Además de la colaboración que hace años mantiene en Haití, recientemente una misión de Cascos Blancos se desplegó en Honduras para asistir ante las «lluvias fuertísimas» que asolaron al país.
También trabaja en Parques Nacionales para volverlos «espacios de resiliencia» de acuerdo a la agenda 2030 y se desarrollan distintos proyectos de cooperación técnica para «propiciar el desarrollo en otros países», entre varias otras iniciativas.
«Tenemos políticas exitosas en Argentina. Trabajamos muchísimas temáticas, especialmente las orientadas a la producción agropecuaria en América Central y del Sur, en el Caribe, África y Asia, en Derechos Humanos y en salud. Es un universo enorme que lamentablemente tiene poca visibilidad», completó.