Franco Luciani festeja 20 años de armónica y sigue soplando
Tras haber inaugurado el tramo argentino de la despedida de Joan Manuel Serrat en el Autódromo de Rosario, el músico y compositor Franco Luciani se apresta a encabezar los dos conciertos gratuitos -uno el martes en su ciudad y otro el jueves en Buenos Aires, donde reside- con los que celebrará 20 años de reconocida y profusa labor a partir de la armónica.
“La idea es celebrar dos décadas de mi encontronazo con la armónica y del Premio Revelación en el Festival de Cosquín porque si bien uno no busca los premios, puedo decir que tengo una fecha de nacimiento con la armónica que es gracias a un premio que definió un camino que meses antes no tenía pensado”, confiesa Luciani durante una entrevista con Télam.
Al repasar los albores de ese andar precipitado a partir de una distinción en el tradicional Festival Nacional de Folclore, el artista, de 40 años, apunta que “yo venía haciendo los Pre-Cosquín pero como percusionista y fue la armónica la que me dijo ´pibe, vení por acá’”.
Es que Luciani se formó en percusión sinfónica y batería en la Escuela Municipal de Música, en la Universidad Nacional de Rosario y en la Escuela Provincial de Música, pero fue con la armónica, en particular con la cromática, desde donde construyó a partir de 2002 un laureado tránsito sonoro que partió del folclore y el tango pero también incursionó en el jazz y en la música clásica compartiendo escenarios y discos con infinidad de colegas de diversos géneros y estilos, tanto del ámbito popular como académico.
Franco registró los álbumes “Armusa” (de tango y folklore, en 2002); “Armónica y Tango” (tango con Daniel Godfrid, en 2006); “Acuarelas de Bolsillo” (tango y folclore, en 2007); “Proyecto Sanluca” (con Raúl Carnota y Rodolfo Sánchez, en 2009); “Falsos Límites” (junto a Federico Lechner, en 2010); “Franco Luciani Tango” y “Franco Luciani Folklore” (ambos en 2012); “Anda en el Aire” (en 2018) y “Tango improvisado» (con José Colángelo, en 2020).
Pero, además, su personal sonido dialogó y dialoga con artistas de muy diferentes vertientes como Mercedes Sosa, Egberto Gismonti, Lila Downs, Eva Ayllón, Snarky Puppy, Gotan Project, Los Wawancó, Pedro Aznar y Guillermo Fernández, por citar apenas a una parte de los más reconocidos con quienes compartió conciertos y registros.
Algunas de esas celebridades de la música se sumarán a Leonardo Andersen (guitarra), Pablo Motta (contrabajo) y Bruno Resino (percusión) para el par de recitales celebratorios y gratuitos de este aniversario musical.
El festejo comenzará el martes a las 20.30 en la Sala Lavardén del centro de Rosario y continuará el jueves desde las 20 en el Auditorio Nacional del porteño Centro Cultural Kirchner.
«De alguna manera estoy entusiasmando con generar material que muestre esa presencia de la armónica en nuestra música que es mucho más importante de lo que se cree y que nos diferencia con la gran mayoría de los países y que interesa en muchos lados.»Franco Luciani
“La idea de estas presentaciones nace de la conciencia de un número tan redondo y de la posibilidad de hacer una especie de retrospectiva interna y luego se potenció por tratarse conciertos de envergadura que me permitirán convocar a una serie de invitados que quiero mucho”, avisa Franco.
Télam: ¿Este par de actuaciones también pueden verse como un tributo a la armónica y a su presencia en la música argentina?
Franco Luciani: De alguna manera estoy entusiasmando con generar material que muestre esa presencia de la armónica en nuestra música que es mucho más importante de lo que se cree y que nos diferencia con la gran mayoría de los países y que interesa en muchos lados.
T: En tu historia personal ¿Cómo pasás de la batería y la percusión a la armónica? ¿Cuál es el click para dar ese paso?
FL: Los propios profesores me decían que tenía facilidad como para abordar un instrumento melódico, pero por un lado me daba bronca que se menospreciara la labor del percusionista y por el otro no me llamaban la atención ni la flauta traversa, ni el cliarinete, ni el violín, que eran las opciones que más aparecían.
Por suerte cuando acompañaba a mi viejo a laburar, él sacaba de la guantera una armónica y así empecé a familiarizarme con el instrumento y a aplicar en él las técnicas aprendidas de la percusión trasladando lo que hacían las manos derecha e izquierda a lo que es el soplado y la aspiración.
T: En el caso específico del folclore y más allá de aquel premio Revelación ¿Por qué el Festival de Cosquín es un lugar fundamental en tu historia y el sitio donde volverás a tocar el domingo 29 en el cierre de su 63° edición?
FL: Porque además de los premios (fue Consagración en 2010) por tocar en la Peña de Los Coplanacu allí me escucharon y me invitaron a tocar con ellos tanto Pedro Aznar como Raúl Carnota y para mí fue muy fuerte eso.
T: ¿Qué significó haber compartido con Raúl Carnota y con Rodolfo Sánchez el Proyecto SanLuCa?
FL: Muchísimo. Primero por una cuestión casi familiar porque (el pianista) Eduardo Spinassi es prácticamente un tío para mí y tocó mucho con Raúl así que su obra siempre estuvo muy presente en mi casa y luego empezó a invitarme a algunas de sus presentaciones. Y en una de ellas, en un ciclo de retrospectiva que grabó y filmó en La Trastienda compartimos una versión de “Debajo de la morera” y me llamó para decirme “estoy fascinado con lo que salió” y me propuso armar un trío con Rodolfo y fue una experiencia increíble y muy rica para mí. Viajamos mucho, fuimos a Canadá, dos veces a Europa y hasta llegamos a Shanghai y nos hicimos amigos con alguien como Raúl que era un groso de verdad y con el que aprendí mucho.