El curioso devenir del ‘Tata’ Martino
A despecho de que al frente de la Selección Argentina sumó casi el 74 por ciento de los puntos y llegó a dos finales de la Copa América, el rosarino Gerardo Martino jamás se dio el gusto de dirigir a la casaca «albiceleste» en un Mundial y en cambio sí lo hizo para Paraguay en Sudáfrica 2010 y lo hará para México en Qatar 2022.
Raras son las derivas de la vida en general y raras son las derivas del fútbol en particular: salvadas las distancias de próceres del tipo de Carlos Salvador Bilardo y César Luis Menotti, incluso de prestigiosos exponentes como Marcelo Bielsa, el Toto Lorenzo o Carlos Timoteo Griguol, por ejemplo, no son tantos los directores técnicos que gozan del palmarés del que sí goza el «Tata».
Nacido el 20 de noviembre de 1962, antes que otra cosa Martino fue un mediocampista cerebral, entendedor y de pases aterciopelados. En una palabra: fino.
Debutó en la Primera de Newell’s a los 17 años, es el jugador que más veces vistió la casaca rojinegra (505 veces con 35 goles), defendió al equipo argentino en el Mundial Juvenil de Australia 1981 (junto a celebridades del tipo de Néstor Clausen, Claudio García, Sergio Goycochea, Oscar Ruggeri, Carlos Tapia y Jorge Burruchaga) y tuvo un fugaz paso en los albores del ciclo de Bilardo.
También, por cierto, vistió las camisetas de Lanús, Tenerife de España, O’Higgins de Chile y Barcelona de Guayaquil.
Lanzado a las arenas de la dirección técnica, hizo sus primeras armas en Almirante Brown de Arrecifes, Platense, Instituto de Córdoba, Colón de Santa Fe, hasta que coronó en su muy querido Newell´s y después labró una gran carrera en el exterior.
Primero dejó una indeleble huella en Paraguay, donde resultó campeón dos veces en Libertad y una en Cerro Porteño, con estadísticas definitivas de enorme valía: un total de 112 partidos con el 70 por ciento de los puntos de los disputados.
En el Barcelona de Lionel Messi y cía. no le fue nada bien, eso es inobjetable, aunque de todos modos ganó la Supercopa de España de 2013.
Así y todo, al tiempo volvió a gestar una vuelta olímpica en un cuarto país, Estados Unidos, donde lideró la coronación del Atlanta United en la MLS Cup 2018.
Pero ahí no termina, ni mucho menos, la brillante travesía del Tata Martino, puesto que supo dejar su marca en el orillo en Paraguay y Argentina y se propone perseverar en idéntica o superior tendencia en la conducción de «El Tri»: la selección de México.
En Paraguay, donde fue condecorado con la «Medalla de Honor» por el entonces presidente Fernando Lugo, llegó a cuartos de final de la Copa América de 2007 y a la final de la Copa América 2010 y en el interregno encabezó un meritorio Mundial de Sudáfrica 2010.
Por saber: en la primera fase clasificó primero en el Grupo F tras empatar con Italia y 0-0 con Nueva Zelanda y derrotar por 2-0 a Eslovaquia, para luego eliminar por penales a Japón en octavos de final y quedar eliminado en cuartos, de forma ajustada, 1-0 por la poderosa España, a la sazón campeona tras vencer a Países Bajos.
Su ciclo en la selección guaraní constó de 71 partidos con un palmarés de 24-24-23.
Después sobrevino su polémico y a la vez encomiable paso por la Selección Nacional, una etapa que los crueles recuerdan con acritud a guisa de las dos finales de la Copa América perdidas frente a Chile por la vía de los penales.
Sin embargo, a lo largo de 29 encuentros Martino inspiró unos cuantos partidos lucidos, una identidad más o menos reconocible por su tendencia a un pulcro tratamiento de la pelota, con posesiones ora cuidadas, ora largas, y al cabo la suma del 74 por ciento de los puntos derivados de 19 triunfos, siete empates, apenas tres derrota, con 66 goles a favor y 18 en contra.
Hoy el Tata Martino es el entrenador que separa las aguas entre los aficionados aztecas, tal vez por el desenlace aciago de sendas finales perdidas versus Estados Unidos en la Liga de las Naciones 2019/2020 y en la Copa de Oro de Concacaf 2020/2021.
Pero en todo caso es el mismo Martino que ganó la Copa de Oro de Concacaf de 2019, que encaminó la clasificación al Mundial de Qatar y que a la hora de ser escritas estas líneas atesora una foja de 40 victorias, 11 empates y 10 derrotas.
Consultado por Télam, así lo analizó el prestigioso periodista mexicano Jaime Gallardo: «El Tata llegó a la selección mexicana por aclamación luego del agridulce proceso del colombiano Juan Carlos Osorio. Rápidamente logró funcionamiento y confianza. Durante un tiempo hubo una luna de miel plena entre él, los jugadores, la prensa y la afición».
«Pero también marcó límites. Cerró las puertas de los entrenamientos y gestionó dos giras por Europa: algo excepcional. Además marcó límites en lo disciplinario. Así borró del plantel a Salcedo, Layún y Hernández. Y además excluyó a Chicharito. Desde entonces el Tata atraviesa un campo minado de críticas, en un medio, como el mexicano, sin términos medios, sin grises».
En Qatar, la selección azteca debutará dos días después de que el Tata cumpla 60 años; esto es, el 22 de noviembre frente a Polonia en el Estadio 974 de Doha, mientras que cuatro días después se medirá con la Argentina y cerrará su participación en el Grupo C el 30 de noviembre con Arabia Saudita.