el primer equipo bicampeón en la historia del fútbol argentino
En una procesión imaginaria, la feligresía «cuerva» se congregará en el Gasómetro para celebrar con profunda unción los 50 años de la obtención del Torneo Metropolitano de 1972, una de las grandes conquistas que fue preámbulo de otra epopeya, la de erigirse como el primer bicampeón del fútbol argentino en el mismo año tras ganar también el Nacional.
Fue tanta la superioridad del cuadro de Juan Carlos «Toto» Lorenzo, que se consagró campeón cuatro fechas antes del final, con seis puntos de ventaja a Racing, que al igualar con Boca 1 a 1, el 3 de septiembre, se quedó sin chances matemáticas de alcanzar al «Ciclón».
La noche del viernes 1º, por la 29º fecha, San Lorenzo recibió a Atlanta en el Gasómetro con arbitraje de Oscar Veiró. San Lorenzo, que si ganaba era campeón, alineó a D’Alessandro; Glaría, Rezza, Heredia y Rosl; Espósito, Telch, Cocco y Chazarreta, Ayala y Sanfilippo, que fue reemplazado por Figueroa.
El partido terminó 1-1, con tantos de Telch a los 39 minutos del primer tiempo y de Horacio Ibáñez para el «Bohemio» a los 44 minutos del segundo, por lo que la gran cantidad de público «azulgrana» no pudo festejar esa noche.
En el comienzo de la campaña del Metropolitano, San Lorenzo tuvo que sortear escollos como la renuncia del técnico Andrés Prieto. La ausencia de Telch para disputar el primer encuentro también fue significativa, lo que motivó una suspensión por 90 días al jugador de parte de la Comisión Directiva, lo que finalmente quedó reducido a la mitad.
Las primeras cinco fechas las dirigió el técnico de la tercera división Miguel Ignomirielo. El debut se produjo ante Independiente en el Gasómetro de Avenida La Plata y fue victoria por 3 a 2 con dos goles del «Lobo» Rodolfo Fischer y uno de Carlos «Toti» Veglio.
Ese partido sirvió para la reaparición del eterno goleador José Francisco Sanfilippo con la camiseta «azulgrana», quien con 37 años volvió a la Institución a una década de su polémico pase a Boca en 1963.
El equipo se fue afirmó y en la undécima fecha alcanzó la punta, compartida dos fechas más tarde y exclusiva desde la 14ta. jornada.
En la segunda rueda, tras el empate en Avellaneda ante Independiente 1-1, llegaron triunfos ante Gimnasia 4 a 1, Argentinos 1 a 0 y Banfield 3 a 0, un empate con Chacarita 1-1 y dos victorias frente a Colón 2-1 y Ferro 1-0.
Después de empatar con Newell’s en Rosario, llegó el triunfo por 4 a 3 ante River en Boedo, el empate con Racing 1 a 1 en Avellaneda, la victoria 3 a 1 ante Estudiantes y el empate con Lanús 2 a 2, que fue la antesala del partido ante Atlanta.
Como indica la jerga turfistica, San Lorenzo ganó ese Metropolitano por varios cuerpos, ya que le sacó seis puntos a su escolta Racing, nueve a Huracán y River, y 10 a Vélez. Fue una verdadera «aplanadora».
El equipo era un violín ejecutado por el estratega y astuto «Toto» Lorenzo y fue triturando rivales fecha tras fecha , pese a vender al goleador Rodolfo Fischer en la 12º fecha y dos meses después al Antonio «Tano» García Ameijenda.
A la semana siguiente de la consagración, San Lorenzo se dio el gusto de dar la vuelta olímpica en cancha de su máximo rival, Huracán, donde el local se impuso (3-0) con el equipo que asomaba para ser un brillante campeón al año siguiente.
Lorenzo, que llegaba de dirigir a Lazio en Italia, asumió en marzo de 1972 y debutó con un empate frente a Colón en Boedo. «El Comendattore» fue modelando su proyecto con el apoyo del presidente Osvaldo Baliño, que fue complaciendo uno por uno los pedidos del flamante DT.
El máximo goleador de ese Metropolitano fue el santafesino Rubén Hugo Ayala, el «Ratón», con 14 goles, seguido por el misionero de Oberá, Rodolfo Fisher, con 11 y el «Nene» Sanfilippo con ocho.
En ese mismo plantel coincidieron tres de los cinco máximos goleadores de San Lorenzo en sus 114 años de vida: Sanfilippo (207), Rodolfo Fisher (143) y Héctor Scotta (140).
Para los amantes de las estadísticas, San Lorenzo ganó 18 encuentros, empató 13 y perdió 3.