Denise Sciammarella, la mujer que revoluciona las matemáticas al ritmo del 2×4
Inquieta. Denise Sciammarella es inquieta y curiosa. Cree que la intuición, la creatividad y el talento pueden llevarla un poco más allá. Impulsarla a atravesar los límites de lo “posible”. Tanto en la ciencia como en el arte. Por eso se atreve a pensar en una nueva matemáticas partiendo de la topología del caos, desde donde comprender sistemas a priori complejos y azarosos. Por eso apuesta a recuperar “el patrimonio musical perdido” con una orquesta de tango integrada por mujeres y extranjeras, condición disrupitiva para un género “varonil” y “argentino”.
Sciammarella es doctora en Física (UBA), está diplomada en la Universidad Paris-Saclay y es investigadora del Centre National de la Recherche Scientifique, el Conicet de Francia, país en el que vivió y desarrolló buena parte de su labor científica. El avence de sus investigaciones sobre el caos, realizadas junto a su colega Gisela Charó, acaban de ser publicadas por la revista especializada “Chaos”, que la destacó en su portada.
Su trabajo en dinámica no lineal y mecánica de fluidos puede aportar soluciones a una amplia gama de problemas tan complejos como concretos, desde brindar herramientas para batallar contra el cambio climático hasta combatir tumores y pronosticar ciclos solares. “Viendo la topología ves el tipo de comportamiento de tu sistema, una suerte de coreografía que hace la naturaleza o el sistema que estés estudiando”, asegura la experta en diálogo con Télam.
Pero en Sciammarella las formas y probalidades se cruzan con la música. Específicamente con el tango y el rescate de piezas olvidadas. Sciammarella Tango fue declarada de interés cultural por la Legislatura porteña, después de una trayectoria de diez años y tres discos: “Sciammarella Tango” (2015), “Tangos Franco Argentinos” (2018) y “A Villoldo” (2020). Además, acaba de publicar un sencillo con Juan Falú dedicado a Aurora Bernárdez, escritora y albacea de Julio Cortázar.
La revista “Chaos: An Interdisciplinary Journal of Nonlinear Science” seleccionó como destacado el artículo publicado por Gisela D. Charó, C. Letellier y D. Sciamarella: “Templex: A bridge between homologies and templates for chaotic attractors”. pic.twitter.com/7OTdd7Sp06
— Centro de Investigaciones del Mar y la Atmósfera (@CIMA_Science) August 10, 2022
De-formar
La topología es una rama de las matemáticas a la que le dicen “la geometría de la plastilina”, ya que “vale deformar”, explica Sciamarella a Télam. “Vos podés deformar libremente y el objeto no cambia su naturaleza”. Esto resulta fundamental en la física porque “en cualquier sistema que estés mirando y donde no haya azar, la topología no cambia”.
“Viendo la topología ves el tipo de comportamiento de tu sistema. Se clasifican formas de evolución, una suerte de coreografía que hace la naturaleza o el sistema que estés estudiando”, agrega la investigadora.
Este enfoque tiene múltiples aplicaciones, desde el canto (Sciamarella estudió “el aire como un fluido biológico que participa de la producción vocal”) hasta problemas planteados por la economía, la salud y el medio ambiente.
Junto a su colega Gisela Charó, estudió desde la topología del caos el fluido del aire que pasa por las cuerdas vocales, trabajo para el que desarrolló el termino “templex”, que colocó a la investigación en la tapa de la revista científica estadounidense “Chaos”.
El canto, la física, la forma
La música popular acompaña a Denise Sciammarella desde la niñez, como también la física y las matemáticas. Nacida en Mar del Plata, donde su padre trabajaba como bancario, pasó sin embargo casi toda su infancia en el barrio porteño de Balvanera.
Desarrolló su pasión por el canto y la ciencia desde muy pequeña. Estudió canto con Hernando Iraola, barítono del grupo vocal Opus 4, y se presentó en el Salón Dorado del Teatro Colón con solo 16 años. También estudió literatura y filosofía en la Universidad de Buenos Aires.
En la escuela secundaria disfurtaba de las ciencias exactas. Se doctoró en Física en la UBA. En su tesis, titulada “Estructura topológica de flujos caóticos”, sintetizó su pasión por la física, las matemáticas y el canto. Realizó un análisis de una señal de voz desde la topología.
Una nueva matemáticas
Dentro de las matemáticas la topología está muy desarrollada en las llamadas variedades continuas, como las superficies (círculo, cilindro, etc.), que no pueden vivir en tres dimensiones, explica la investigadora.
Pero también se puede utilizar la topología para entender el caos. “El caos es algo así como el orden que hay detrás del desorden, porque parece desordenado, parace azar, pero no lo es; cuando mirás la topología lo que ves es un desorden que tiene escondido un orden, un sistema complejo que tiene una ley, pero como entran a jugar muchísimos factores la señal que se observa parece aleatoria, aunque no lo es”, precisa.
Y puntualiza: “Si vos a ese caos lo miras con la lente de la topología descubrís un orden que está escondido; podés distinguir el ruido (el azar) de un sonido que tiene un patrón detrás y que es el que explica el funcionamiento del sistema”.
La pregunta es entonces qué propone la topología. Para Sciammarella “cuando uno quiere estudiar fenómenos caóticos que tienen un orden, la topología nos permite encontrar ese orden, entender el patrón”.
El reciente concierto en el CCK. (Fotos: Alejandro Santa Cruz)
Océano y caos
Aquello que termina encontrando la topología del caos “no son variedades continuas sino lo que se puede llamar variedades enramadas, que es como si fueran los cruces de varias autopistas; esta es la matemáticas que hay que hacer, porque aún no está hecha, para describir ese tipo de topolgía”.
“Fabricamos esta herramienta matemática que es el ‘templex’ para empezar a echar un poco luz en esa zona todavía oscura. El ‘templex’ no tiene restricción dimensional, esto siginifica que podés trabajar con el sistema que quieras el número de dimensiones que desees”.
Sciamarella se encuentra ahora investigando otros fluidos, como el océano y la atmósfera. Aplicando así la topología del caos al cambio climático. “Hoy no sabemos si se está por parar la corriente cálida del Golfo (corriente marina que transporta calor y masa), que mantiene al planeta en equilibrio. Si este equilibrio se frena el planeta se va al demonio”, advierte.
“El aumento constante de la temperatura de la Tierra puede romper el equilibrio y hacer que nuestro planeta sea inviable. Si se detiene esa corriente nos puede llevar a la extinsión”, explica la científica, quien realiza sus estudios en el Centro de Investigaciones para el Mar y la Atmósfera (CIMA), dependiente del Conicet, junto al Instituto Franco-Argentino para el Estudio del Clima y sus Impactos, del cual es directora.
«Luces de París» (Sciamarella Tango)
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Intuición y creatividad
La música y las matemáticas se cruzan en la vida de Sciammarella, en una relación construida a base de combinaciones rítimicas y aritméticas, pero también a partir de la creatividad y la intuición. “La música es hacer matemáticas con los sonidos. Quizás por trabajar en la topología, donde vale deformar, tengo una visión de las matemáticas mucho más flexible”, subraya la investigadora.
“Creo que la matemáticas es creación. Uno puede preguntarse, cómo que inventaron el ‘templex’ si la matemáticas ya están hechas. Y eso no es así. No sólo las matemáticas no están ‘ahí arriba’ sino que las hacemos los seres humanos”, agrega.
Para Sciammarella, “en las matemáticas para llegar a un resultado hay muchos caminos. Y el arte se juega en cómo, con nuestra intuición y talento, creamos algo nuevo. Y eso vale tanto para las matemáticas como para la música”.
Quinquela, lo que viene
El cuarto albúm de Sciamarella Tango será “Quinquela” y saldrá el año próximo. “El Museo Benito Quinquela Martín nos confió un montón de repertorio dedicado al artista que estaba conservado en biblioratos que nunca se tocaron. A partir de eso compuse un candombe, “Bien argentino”, que ya está circulando, y vamos a trabajar en la nueva placa”, cuenta Denis Sciamarella.
Serán diez temas. Además del ya grabado “Bien argentino” (sobre la decisión de Quinquela de pintar su propio ataud y que éste lleve los colores de la bandera argentina en su interior), el album tendrá versiones propias de obras ya existentes y dedicadas al artista pero que hasta hora permanecían inéditas.
A toda orquesta
Sciamarella Tango, al igual que el ‘templex’, nació de la restricción y la creatividad. En un género que supo estar dominado por varones, y en cuya cultura el machismo aún tiene vigencia, la orquesta es toda una novedad: está integrada sólo por mujeres, es cosmopolita y recupera partituras olvidadas.
La agrupación nació en 2013, cuando la Academia Nacional del Tango le ofreció a Denise participar de un homenaje al compositor y pianista Rodolfo Sciamarella, al conmemorarse 40 años de su muerte. Por esos años la científica había realizado un trabajo de investigación sobre el músico, con el que guarda un parentesco lejano a través de su abuelo, y encontrado un puñado de temas inéditos.
En quince días se armó la orquesta con Sciammarella en voz; la chilena Cindy Harcha, en bandoneón y arreglos; la surcoreana Hanel Yeon, en bandoneón; la japonesa Shinona Ohnaga en piano; la ucraniana Mariana Atamás en violín; y las argentinas Cecilia García y Geraldina Carnicina en violín y contrabajo respectivamente.
“A la primera que convoqué fue a Cindy, que había venido a estudiar a la Argentina, y con ella fuimos armando la orquesta. No buscamos mujeres ni extranjeras, simplemente se fue dando así. Cindy recomendó a Hanel y está a Shinona, que era su co-inquilina; algo similar pasó con las demás. Nos juntamos a ensayar y no lo podíamos creer: éramos todas mujeres y de nacionalidades diferentes”, recuerda Sciamarella.
Y agrega: “Juntas descubrimos lo que es ser mujer en el tango y con una doble restricción, la de ser mujer y extranjera, en un género en el que se supone que se tiene que ser varón y argentino para poder entenderlo e interpretarlo como corresponde”.
Triple desafío
“Tenemos un triple desafío por ser mujeres, por tener mayoría de extranjeras y porque buena parte de nuestro repertorio esta compuesto por tangos que no estaban grabados en ningún lado. Por ejemplo, una versión de “El choclo” de 1912 que encontré en la Biblioteca Nacional de Francia, y que es muy anterior a la de 1947, que es la que conocemos todos”, sintetiza la cantante.
Sobre la “versión francesa” de “El Choclo”, Sciammarella cuenta que “habla de una chica que va a la milonga a pesar de estar embarazada, algo que está mal visto; y termina pariendo en medio de la milonga. Eso dice la letra de 1912 y es la que tomamos nosotras para hacer nuestra versión. Recreamos patrimonio musical perdido”.
La orquesta se nutre también de composiciones de la propia Sciamarella, con dedicatorias al colectivo 24 (que no venía cuando la bandoneonista iba a su casa) o a Benito Quinquela Martín, quien será el eje de “Quinquela”, cuatro disco de la agrupación.
«Salud, dinero y amor» (en francés)
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En la ciencia y en la música
¿Qué es más dificil para un mujer, ser reconocida en la ciencia o en la música? Sciamarella vacila, se deja invadir por el silencio y finalmente responde: “Creo que en la ciencia. Hubo mujeres admirables, y pioneras, como Marie Curie, pero a muchas de ellas las conocemos recién ahora gracias a gente que hace investigación para mostrar que existen”.
“Yo concibo con mucha más facilidad que alguien se interese por lo que hago con la orquesta que por mi labor científica; si bien a mi me ha ido muy bien, publicar siendo mujer y desde Argentina no es igual que publicar siendo varón y en Francia. Hay una deuda pendiente en el sistema científico con las mujeres”, concluye.
Denise Sciamarella se estira. Va hacia arriba y después hacia adelante. También a los costados. Se “deforma”. Al igual que los sistemas que trata de entender desde la topología del caos, sabe que no vale quebrarse, romperse. Que con talento y creatividad, desde las matemáticas hasta la música, se puede vivir mejor.