La Policía de la ciudad alemana de Múnich anunció el arresto de un joven de 19 años que realizó el saludo nazi ante una delegación de atletas israelíes que participan en el Campeonato Europeo de Atletismo.
El incidente ocurrió justo cuando los atletas iban a visitar un monumento erigido en memoria de las víctimas del atentado perpetrado en 1972 por la organización palestina «Septiembre Negro» en los Juegos Olímpicos de Múnich.
La Policía de Múnich dijo en un comunicado que el hecho ocurrió en un puente que conecta el estadio con la antigua villa olímpica, ahora habitada por particulares, y que fue observado por los propios agentes que escoltaban a los atletas.
El saludo nazi o el uso de signos como la esvástica están tipificados por la ley y pueden ser sancionados con multas o penas de hasta tres años de prisión
«El grupo no se dio cuenta» del gesto del joven, empleado como guardia de seguridad y con domicilio en Berlín, precisó la policía en un comunicado, informó la agencia de noticias AFP.
El sujeto fue detenido inmediatamente por las fuerzas del orden, que lo dejó en libertad tras presentar una denuncia en su contra.
En Alemania, el saludo nazi o el uso de signos como la esvástica están tipificados por la ley y pueden ser sancionados con multas o penas de hasta tres años de prisión.
El ataque en Munich
El incidente se produce cuando Alemania se prepara para conmemorar, en un clima tenso, el 50 aniversario del ataque del 5 de septiembre de 1972 en Múnich, que costó la vida a 11 miembros de la delegación israelí.
De hecho, familiares de las víctimas declinaron la invitación para asistir al homenaje y exigieron a las autoridades alemanas «disculpas públicas» por «todos sus errores» y sus «mentiras» en este asunto y «abrir todos» sus archivos, así como una «justa compensación económica».
Las autoridades alemanas fueron consideradas en parte responsables del sangriento desenlace de la toma de rehenes, que terminó en la base militar de Fürstenfeldbruck, a unos treinta kilómetros de Múnich.
También murió un policía de la entonces Alemania Occidental, al igual que cinco de los ocho atacantes.
El martes, durante una rueda de prensa junto con el canciller alemán, Olaf Scholz, en Berlín, el presidente palestino Mahmud Abbas se negó a responder una pregunta sobre el atentado de Múnich, comparando en cambio los crímenes cometidos contra los palestinos con un Holocausto, comentarios que fueron criticados en Israel.
