Piden crear un polo para rescatar un barrio porteño de la inseguridad y recuperar la calle
Vecinas y vecinos de Balvanera presentaron en la Legislatura porteña un proyecto para crear un polo que fomente la instalación de comercios e instituciones que desarrollen actividades culturales, educativas y deportivas con el objetivo de poder «recuperar la calle» y rescatar un barrio tomado por problemas de inseguridad, prostitución y drogas.
La iniciativa fue elaborada por el grupo barrial y distribuida entre las diputadas y los diputados para que acompañen la creación del «Distrito Cultural, Educativo y Deportivo», dentro del polígono delimitado por las avenidas Belgrano, Jujuy, Rivadavia y la calle Sánchez de Loria.
El proyecto es el segundo que impulsan desde Balvanera y tiene como antecedente la propuesta conocida como «Manzana 66», a través de la cual lograron impedir la construcción de un microestadio en una de las cuadras del barrio y, en cambio, consiguieron la sanción de una ley que determinó la instalación de una plaza.
En este caso, la idea es facilitar la radicación de actividades educativas, deportivas y culturales, sean con o sin fines de lucro, a través de eximiciones impositivas en un esquema similar a que se implementó en los restantes Distritos que funcionan en la Ciudad, como el Tecnológico y el Audiovisual.
Para ello, contempla el beneficio para «personas humanas y personas jurídicas» de la exención del pago de los impuesto sobre los Impuestos Brutos; así como el de Sellos, el Inmobiliario y del tasa de Alumbrado, Barrido y Limpieza hasta 2029.
También, estipula la adopción por parte del Banco de la Ciudad de Buenos Aires de medidas para «implementar líneas de crédito preferenciales» para promover la radicación de los nuevos emprendimientos y para auxilio en la compra de «inmuebles, realización de construcciones, mudanzas, reciclado y acondicionamiento de edificios y equipamiento».
«Necesitamos que el vecino vuelva a recuperar la calle, que se pueda andar tranquilo a toda hora, que las propiedades vacías vuelvan a ser habitadas por familias, que la gran cantidad de comercios cerrados por la degradación de la zona vuelvan a abrirse, entre otras cosas», manifestaron desde el colectivo de Balvanera al definir la situación que atraviesa el barrio.
Contaron que «tan instalada es esta realidad» que el perímetro elegido, en rigor, es conocido como el «polo falopero».
«Por eso trajimos una nueva propuesta a esta Legislatura que esperamos sea tratada y aprobada por el conjunto de nuestros representantes. Estamos convencidos de que Balvanera debe recuperar su esplendor y con ello revalorizar mucho de su patrimonio y de sus actividades culturales», dijeron.
De acuerdo al relevamiento efectuado por los vecinos, en el polígono comprendido en el proyecto hay siete escuelas, la sede de la Facultad de Psicología de la Universidad de Buenos Aires y de la Universidad Nacional de las Artes, la Editorial Oficial para Ciegos, los teatros Luisa Vehil y La Otra Orilla y el Edificio del Ejército de Salvación.
En declaraciones a Télam, Alberto Aguilera, que forma parte del movimiento vecinal, afirmó que «buscamos que los locales que están abandonados desde hace décadas se vuelvan a alquilar para centros culturales, gimnasios, librerías y ateliers, porque esta es una zona muy cultural, pero que se volvió complicada».
Silvia Collin, presidenta de la Junta Comunal 3, que abarca al barrio de Balvanera, respaldó la iniciativa al considerar que «es un proyecto bueno y atendible», no obstante sostuvo que serán los legisladores los encargados que convertirlo en realidad a través del voto de la ley.
«Es una zona con una serie de dificultades en cuanto a la seguridad y a la infraestructura», admitió, por lo cual destacó que «hay que trabajar para mejorar esa situación con una actitud proactiva que ayude a la convivencia urbana».
Rubén Hernández Miranda, presidente del Teatro Luisa Vehil, contó a Télam que la sala fue el lugar de encuentro de vecinas y vecinos para gestar la propuesta «frente a la necesidad que teníamos de mejorar el barrio y transformarlo para que la gente lo transite tranquila y aproveche de las ofertas culturales».
En ese sentido, reveló que, de concretarse, la iniciativa beneficiaría también al teatro dado que los propietarios actuales tienen la intención de vender el inmueble, frente a lo cual los integrantes de la asociación civil que gestiona la sala tienen la intención de comprarlo para poder continuar con la actividad cultural en el barrio.
«Decidimos entre todos hacer una campaña para comprar el teatro y que quede para el barrio», explicó y adelantó que el próximo 31 de julio harán un festival en la puerta del espacio situado en Hipólito Yrigoyen 3131 para recaudar y así «luchar hasta el último instante» en su defensa.