Uber intentó recaudar impuestos de sus conductores
Uber decidió afectar a sus conductores con la intención de contener una auditoría fiscal y evitar el escrutinio de su presencia en Bermudas
Por iProfesional
12/07/2022 – 09,39hs
«Nuestra estructura del impuesto de sociedades es, en términos puramente políticos europeos, el talón de Aquiles de la empresa», escribió Mark MacGann, el principal lobista de Uber en Europa, al jefe del departamento fiscal de la empresa a principios de 2015.
En ese momento, los reguladores europeos estrechaban el cerco sobre Apple, Amazon y Google, acusando a los titanes tecnológicos estadounidenses de competencia desleal y abuso de acuerdos fiscales ventajosos.
Los ejecutivos de Uber, la empresa que permite pedir un coche con conductor desde una aplicación, temían que ellos pudieran ser los siguientes. A medida que ampliaba su presencia en todo el mundo, el gigante del transporte automotor de pasajeros había ideado formas de ahorrar millones de dólares en impuestos.
La empresa canalizaba los beneficios a través de Bermudas y otras jurisdicciones de baja o nula presión fiscal. Según una estimación del Centro Internacional para el Impuesto de Sociedades, la Responsabilidad y la Investigación (CICTAR, por sus siglas en inglés), Uber evadió al menos 556 millones de dólares en impuestos a escala mundial en 2019.
En un correo electrónico enviado a otros directivos, MacGann declaraba que compartir información sobre los ingresos de los conductores podría «contener» las demandas de las autoridades fiscales. Al hacerlo, Uber podría «evitar la ampliación de la investigación a otros países y/u otros asuntos fiscales» corporativos, escribía.
Datos filtrados
Estos correos son parte de Uber Files, más de 124.000 documentos filtrados al diario británico The Guardian y compartidos con el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ, por sus siglas en inglés) y sus medios colaboradores.
Más de 180 periodistas de 44 medios han analizado los archivos, que abarcan de 2013 a 2017, fechas en las que Uber se estrenaba en decenas de ciudades pasando por encima del marco legal, sin permisos, evitando pagar impuestos, enfrentándose a la industria del taxi y exigiendo a conductores precarios y sin licencia facturaciones cada vez mayores para conseguir más beneficios.
Una estrategia osada
Según muestran los documentos filtrados, a medida que aumentaba el escrutinio, Uber ideó una osada estrategia para desviar la atención de sus responsabilidades fiscales: ayudar a las autoridades a recaudar impuestos de sus conductores.
Los ejecutivos instruyeron a los gerentes regionales sobre cómo adelantarse a las críticas del Gobierno hablando de «soluciones» que Uber había ideado para asegurarse de que sus conductores pagaran impuestos.
Una plataforma digital de declaración de impuestos probada en colaboración con las autoridades fiscales estonias fue una de las soluciones citadas en los correos. Los directivos de Uber sabían que la postura agresiva de la empresa atraería una atención no deseada, según muestran los documentos.
«Determinados temas, como (…) la fiscalidad de las empresas son muy sensibles y generan muchas críticas», escribía el directivo de Uber Pierre-Dimitri Gore-Coty en un memorando tras una llamada telefónica en noviembre de 2015 con el entonces consejero delegado Travis Kalanick.
«Lo de Bermudas o las Islas Caimán es lo que realmente cabrea a mucha gente en Europa», escribía Rachel Whetstone, entonces jefa de comunicación de Uber, en un correo. «Incluso el mero hecho de no estar en el Caribe nos situaría muy por delante de las empresas tecnológicas estadounidenses», remachaba Whetstone.
«De todos modos, que quede entre nosotros, ya que es el tema ‘que no debe ser nombrado», escribía, presumiblemente refiriéndose a la evasión de impuestos. La ejecutiva no ha hecho comentarios sobre la estrategia fiscal de Uber.