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¿Cuánto puede ganar un «influencer» por una sola publicación?

El crecimiento de las redes sociales y el aumento del consumo a través del comercio electrónico reorganizó al mercado de la publicidad. En el contexto de ese cambio llegaron los «influencers», con un formato publicitario diferente aunque muchas veces difícil para su monetización.

El «influencer» Fran Romero dijo que «dependiendo» del influyente, «el producto y la cantidad de seguidores que tenga, además del ‘engagement’, se cobra entre 10 mil pesos y 2 millones pesos por posteo. Aunque hay excepciones de jugadores internacionales de fútbol que rompen ese techo, lógicamente».

La cifra es tan desigual como los seguidores que puede tener una cuenta: el futbolista portugués Cristiano Ronaldo tiene una de las cuentas con más seguidores en Instagram: 446 millones. Sin necesidad de llegar a ese extremo, un influencer puede ser relevante con tan solo algunos miles de seguidores.

«Acá hay algo que está bueno que es que podés generar plata no solo acá en la Argentina sino que empresas de afuera también te llaman para hacer acciones y cuando cobrás en dólares es donde más rinde; pero un promedio es entre $60.000 a $100.000 uno normal. De ahí para arriba no hay techo», aseguró Romero.

Predomina el contenido auidovisual entre los influencers.

Predomina el contenido auidovisual entre los influencers.

Cómo ser influencer

No se trata sólo de famosos de la televisión que incursionan en la publicidad y no hay límites de edad: muchos jóvenes tienen cientos de miles de seguidores y ni siquiera cumplieron 18 años.. Romero comenzó a los 15 años. -hoy tiene 22- y en una red social que no era tan convencional ni masiva como Instagram.

«Comencé con Twitter y con el transcurrir de los años. me fui adaptando a las distintas tendencias, tan cambiantes por cierto. De Twitter migré a Instagram, que es en lo que me especialicé y en donde hoy transcurre la mayor parte del negocio digital», dijo.

Consultado sobre por qué comenzó en Twitter, Romero respondió que «los tweets que históricamente fueron virales y lo siguen siendo son los memes y frases. Cuando nos metíamos en los partidos de la Argentina, los tweets explotaban al burlarnos del equipo rival y por ése entonces yo tenía cierto talento para poder hacer tendencia cualquier tema».

«Facebook nunca me llamó la atención, sentí que Twitter era la red social, ya que no solo podés hablar de todo, sino que el ambiente en ese entonces era muy bueno y era terreno fértil para comercializarlo», agregó.

«Las claves hoy en día primero tener una buena audiencia, engagement, y cierta cantidad de seguidores que también influye después a base de tu nicho las marcas de van acercando a vos y agencia», recomendó.

No obstante, aclaró que «ser influencer no lo puede hacer cualquiera; se te tiene que dar. Innovando, teniendo carisma, hacer reír a la gente y después todo va llegando solo sin darte cuenta».

Hay influencers en una amplia gama de segmentos y actividades.

Hay influencers en una amplia gama de segmentos y actividades.

Cómo monetizan los influencers

Si bien los inicios de los influencers en muchos casos fueron en Twitter, hoy la masividad y monetización está en otra red social: «Instagram es la red más fuerte y que da de comer a mucha gente, ya que además de usarse como carta de presentación, también se usa para entretener y captar audiencia y esa permanencia y fidelización es lo que a las marcas les interesa y es por lo que pagan», argumentó Romero.

¿Qué actividades realiza Romero para monetizar? «Básicamente el crecimiento de cuentas, uno otros influencers con marcas de forma directa o a través de grandes agencias de publicidad y las asesoro con un servicio personalizado», respondió.

Fran Romero:

Fran Romero: «Ser influencer no lo puede hacer cualquiera; se te tiene que dar.»

De Lomas de Zamora al mundo

Romero era un adolescente más que, a los 14 años., iba al colegio en la ciudad de Lomas de Zamora, en el sur del Gran Buenos Aires, jugaba al fútbol con amigos y, en los ratos libre, se divertía en casa con videojuegos.

Aún no tenía clara su vocación ni sabía que estudiaría cuando finalizaría la secundaria. Arrancó entonces a interactuar, como cualquier chico, en redes sociales, en especial en Twitter, y se dio cuenta que tenía un talento para crear memes y generar posteos populares, que a la gente le causaran gracia o sorpresa.

Así fue, con su cuenta pasó los 100.000 seguidores y empezó a pensar que tal vez su futuro podría estar ahí. En su familia, admitió, no les gustó mucho que dedicará todo su tiempo a las redes. «Quería que siguiera una carrera más tradicional», reconoció.

Migró a Instagram porque comprobó una mejor plataforma para monetizar. Fiel a sus sentimientos, se convirtió en influencer y a la publicidad digital. Alentó a que cualquiera se anime, porque la monetización no sólo es para las grandes cuentas. «Los microinfluencers también tiene su lugar», sostuvo.

Fuente: iprofesional.com

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