El adoctrinamiento a los medios y periodistas argentinos
El «Plan de Comunicación» de la Junta para el conflicto de Malvinas también incluía el adoctrinamiento de periodistas, editores y responsables de medios para que se sumaran a la «cohesión nacional» o se atuvieran a las consecuencias que podían ir de la amonestación a la clausura.
En el plan pergeñado por el contralmirante Salvio Olegario Menéndez -involucrado luego por la justicia en delitos de lesa humanidad cometidos en la ESMA-, tenía un apartado dedicado a los medios privados y varias recomendaciones para que los hombres de las fuerzas armadas hicieran cumplir.
«Toda información alarmista procedente del exterior, especialmente de Europa, apunta a fisurar la cohesión nacional, a fin de facilitar el logro de los objetivos del oponente», definía Menéndez desde su escritorio.
Ante una información «alarmista» -disponía Menéndez- el medio podía difundirla pero solo «en un contexto de información propia que le quite consistencia o la neutralice».
«Todos los mecanismos de seguridad del país se hallan en funcionamiento y es necesario por lo tanto que los medios de comunicación social privados ejerzan una responsabilidad informativa que tiene carácter de patriótica, por cuanto apunta a la tranquilidad pública», prescribían los militares.
En el punto «D» del inciso 4.1.4, titulado «Información sobre el conflicto en radios, diarios y TV privada», la directiva era «evitar comentarios negativos sobre el accionar de las Fuerzas Armadas en el conflicto».
«Si bien se emiten directivas que perjudican o desagradan a algunos sectores como el periodismo, las mismas se asumen en función del bien común», razonaba Menéndez siguiendo la falsa lógica de la Junta de que gestionaban una representación política que ninguna mayoría democrática les había concedido.
También pedía la Junta al conglomerado de medios privados «remarcar que el adversario no es el pueblo inglés o de Gran Bretaña, sino la actitud colonialista y de imperialismo trasnochado y obsolescente de su Gobierno».
En el apartado siguiente la Secretaría de Información Pública, a cargo del contralmirante Menéndez, propuso que toda información sobre «operaciones militares en el Archipiélago de Malvina, Georgias y Sandwich del Sur, serán dadas a la opinión pública a través de comunicados de la Junta Militar».
El primer comunicado fue difundido por cadena nacional el 2 de abril y en apenas dos minutos informaba que la Junta Militar, como «órgano supremo del Estado», había «recuperado» las Malvinas, Georgias y Sandwich del Sur «para el patrimonio nacional».
Como ocurrió con casi todos los comunicados de la Junta, el primero sobre Malvinas contenía una falsedad y una verdad a medias: las Georgias no se habían recuperado todavía –se lograría recién el 3 con altísimo costo en vidas para la Armada- y en las Sandwich del Sur la presencia argentina era solo científica y se remontaba a 1977.
El último punto del plan cambiaba el eje y pasaba de la censura a la contrainformación proponiendo que los medios públicos difundieran «programas» con contenidos sobre las Malvinas, en especial esta agencia.
La idea de Menéndez era que la Secretaría de Información Pública desarrollara estos programas, con «personalidades de la vida nacional con autoridad reconocida» en la materia, y que se difundieran estos contenidos por los medios públicos, y en especial Télam, por la «amplia repercusión» de su servicio informativo en todo el país.
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