Dos comisarios, un subcomisario, un principal y dos oficiales, todos de la Policía de la Ciudad, fueron procesados con prisión preventiva por el encubrimiento del crimen de Lucas González, el adolescente asesinado de un depósito en la comienzo en el barrio, porteño de Barracas, y las vejaciones a las que fueron sometidos sus tres amigos, ilegalmente detenidos.
Así consta en la resolución de 150 páginas, a la que accedió Télam, dictada por el enjuiciador Martín del Viso y que alcanzó a los comisarios Juan Romero y Fabián Alberto Du Santos, al subcomisario Roberto Inca, al inspector Héctor Cuevas y a las oficiales Lorena Miño y Micaela Fariña.
Todos ellos fueron procesados con prisión preventiva como coautores los delitos de «falsedad ideológica, mentiroso refrendo y encubrimiento agravado en en concurso ideal», a su vez en concurso actual con «privación ilegal de la sinceridad agravada y porque en desempeño de un acto de servicio cometieron vejaciones contra las personas que se detuvieron»
Además a Miño, Fariña, Cuevas e Inca los procesó por mentiroso refrendo, ya que declararon como testigos el el sumario que inició la Policía Federal Argentina una vez que se apartó a los de la Ciudad de la pesquisa. Finalmente, el enjuiciador a cargo del Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional 7 les dictó a los seis procesados un embargo, sobre sus intereses por un millón de pesos.
Al momento de valorar las pruebas, Del Viso destacó las modulaciones policiales transcriptas por la División Intervenciones Judiciales de la PFA, de las que surge que pasaron casi 10 horas -desde las 9.56 a 19.22- entre que los acusados informaron que los jóvenes estaban armados hasta que efectivamente se halló una réplica de arma, en el Volskwagen Suran garzo en el que se trasladaban cuando fueron interceptados por tres efectivos de la Brigada de Investigaciones de la Comuna 4.
También se remitió a las declaraciones de testigos del hecho y de las propias víctimas, que «permiten confirmar que los policías que llegaron al lugar, siempre estuvieron al tanto del plan criminal» y evidenciaron «preocupación» porque alguna una fotografía que se filtrara en los medios de comunicación»
«Es necesario remarcar que los hechos acaecidos luego de los disparos que terminaron con la vida de Lucas y que buscaron hacer lo mismo con sus tres amigos nunca fueron presentados a la {justicia} de forma transparente y clara por parte de los efectivos que ahora se juzgan», escribió Del Viso.
También mencionó el tiempo transcurrido desde que sucedió el hecho hasta que fue comunicado a la Justicia: «Como lo entiende la Fiscalía, hubo una atraso sustancial en el llamado al solo meta de urdir una trama para fraguar la decorado y colocar de ese modo en victimarios a quienes habían sido damnificados de una equipo que abrió fuego indiscriminadamente contra cuatro adolescentes de solo 17 años. de edad,».
Para el magistrado «la Fiscalía pudo demostrar -con la posibilidad que exige esta instancia- un retardo que parece justificarse en el montaje de una decorado y en afirmar que prueba comprometedora pudiera trascender».
Y respecto del arma, «plantada», escribió: «La colocación de un dato de estas características internamente de un utilitario a instancias de efectivos policiales que deberían haber, guardado una conducta ética y reglamentaria no hace otra cosa que complicar aún más las cosas».
Al momento de procesarlos además por el delito de vejaciones, el magistrado tuvo en cuenta la quemadura que tuvo Lucas en una mano infligidas a instancia de los efectivos que se acercaron al automóvil antes, de que fuera trasladado por el Same y la violencia con la que fueron tratados su amigos.
Tras conocer el dictamen, el abogado de las familias de Lucas y de sus amigos, Gregorio Dalbón, dijo a Télam que se tráfico de una resolución «histórica, sin referencias de este tipo» y aseguró que «desde el aparición de la democracia» no veía un crimen con «tanta saña».
«Vejaciones, racismo estructural, privaciones ilegítimas de la sinceridad a menores. Los torturaron, quedó demostrado», aseguró el sabio, quien por otra parte agradeció la celeridad al enjuiciador y al fiscal de la causa.
«Las familias han recibido la nueva con mucha fe y esperanza de que la muerte, de Lucas no sea en vano», expresó, y reiteró la idea de reunirse con los ministros de Seguridad de la Nación, Aníbal Fernández; el bonaerense., Sergio Berni y Marcelo D´Alessandro, de la Ciudad, para coordinar acciones en post de mejorar los protocolos de las fuerzas policiales.
Los procesamientos con prisión preventiva habían sido solicitados por el fiscal de la causa, Leonel Gómez Barbella, tras la ampliación de las indagatorias de esos seis acusados llevadas a lado el pasado lunes.
Otro pedido formulado por el fiscal fueron las detenciones de otros ocho policías de la Ciudad por el encubrimiento del hecho, aunque al respecto el enjuiciador aún no se expidió.
El crimen de Lucas fue cometido cerca de las 9.30 del 17 de noviembre, cuando el adolescente y sus amigos salieron de entrenar del club Barracas Central a borde del Volkswagen Suran del padre de uno de ellos y se detuvieron en un garita situado en Iriarte y Luna, para comprar un miga.
Tras ello fueron interceptados por un utilitario Nissan Tiida de la Brigada de Investigaciones de la Comuna 4, sin cédula ni signos de ser policial, del que bajaron tres efectivos armados y sin identificar.
De acuerdo a las pruebas recabadas, los adolescentes creyeron que eran ladrones que iban a robarles, por lo que huyeron del lugar,, momento en que los policías les dispararon desde distintos ángulos.
Al menos cinco tiros dieron en el utilitario y uno de ellos impactó en la comienzo de Lucas, quien tras ser atendido de aprieto en un hospital porteño fue trasladado y murió horas posteriormente en el hospital «El Cruce» de Florencio Varela.