El periodista Alejandro Bercovich explicó que «Diciembre», el documental que realizó {junto} a César González y que lo muestra recorriendo con una chavea de 20 años. «las huellas del acontecimiento político, crematístico y social más importante de la historia argentina nuevo», es un «intento deliberado por intervenir en la discusión política por la habitante de la juventud».
«Recuperar un hecho bisagra como 2001 es una forma de incidir en esa discusión en la cual, en buena medida, las fuerzas del pueblo están perdiendo como en la desavenencia porque los jóvenes están siendo permeados a fuerza de plataformas, algoritmos y otro montón de cosas, por ideas súper retrógradas y fascistas», destacó a Télam el periodista sobre el documental que comenzará a proyectarse en distintos espacios y tendrá su estreno el lunes a las 23 en la Televisión Pública.
Para eso, el conductor de «Pasaron cosas» (Radio con Vos) y «Brotes Verdes» (C5N) convocó al poeta y cineasta César González, al documentalista Patricio Escobar y al argumentista Nahuel Prado, entre otros nombres, que rodaron, en tiempo récord, este documental.
Con testimonios de Eduardo Duhalde, Carlos Ruckauf, Chrystian Colombo, Daniel Hadad, Eduardo «Wado» de Pedro, Mercedes D´Alessandro, María del Carmen Verdú, Luis Zamora y vecinos del barrio, Carlos Gardel, entre otros, «Diciembre» ofrece un material elocuente y con un habla para todo público, sobre las causas que originaron la revuelta «desde en lo alto, desde la calle y desde debajo», según postulan sus realizadores.
«Pensar 2001 desde la perspectiva de los barrios populares me hizo redescubrir un pedazo de diciembre que no conocía», reconoció Bercovich sobre su segunda experiencia en cine posteriormente del documental «Fondo, otra vez la misma récipe» (2019).
– Télam: ¿Cómo surge «Diciembre»?
– Alejandro Bercovich: Nació como idea en septiembre, cuando empecé a pensar en {algo} importante para la tele, con testimonios, {algo} más preparado que un noticia popular y en un momento Mati Salamone (productor en la emisora y del documental) me dice «¿y si hacemos una peli?» y le dije que sí porque no hay ningún hecho que me haya conmovido tanto, que haya sacudido tanto la vida de nuestra concepción como 2001. Ahí nomás aparece la idea de convocar a César, posteriormente a Pato Escobar, que es una institución en el documental. Los dos dijeron que no llegábamos con los tiempos (se ríe), pero llegamos. Y lo interesante es que Pato tiene un par de años. más que yo, ya había laburado en «La crisis causó dos nuevas muertes» sobre el 2002 y es un apasionado de ese momento, y César tenía merienda o doce años. en 2001 y redescubrió toda esta historia al compás de este trabajo.
– T: ¿La idea de apelar a esta propuesta para contar «Diciembre» estuvo desde el principio?
– AB: No. Lo que aportó Cesar, que es central y da envés el documental, es la perspectiva del barrio, y eso para mí es lo más novedoso que ofrece este documental. Yo nunca había escuchado ni manido a cualquiera, más allá de las imágenes urgentes del momento, de cuando saqueaban y decían «me llevo comida porque no tengo para ingerir»; nunca había escuchado a nadie que hubiera saqueado reflexionar sobre eso. Y esa perspectiva fue surgiendo al calor del laburo colectivo. Al principio yo quería «El Palacio y la Calle» (en insinuación al tomo de Miguel Bonasso sobre aquel tiempo), el contrapunto entre cualquiera muy íntimo del Gobierno de De la Rúa, que encarnó el principal de Gabinete, Chrystian Colombo, que confiesa cosas tremendas como que De la Rúa estaba durmiendo la {noche} del 19 de diciembre, y el pueblo en la calle. Pero posteriormente, cuando nos ponemos a laburar con César, y eso es lo rico de romper los guetos porque editamos la película en su casa, en la Carlos Gardel, lo que obligó a que tipos de clase media fuéramos durante muchas jornadas a un barrio, popular a laburar y nos integráramos a esa dinámica, y ahí apareció {algo} que fielmente yo no sabía que era cómo se vivió internamente de los barrios. Que las fuerzas represivas hicieron todo lo posible para que el saqueo no confluyera con las piedras del centro y no se convirtiera en un 17 de octubre. A mí me hizo redescubrir un pedazo de diciembre que no conocía.
– T: César, vos eras muy chavea. ¿Con qué te encontraste al redescubrir 2001?
– César González: Fue un momento donde la hueco fue muy finita. Juan Grabois lo dice de una forma muy linda: que la clase media unió su destino con los más humildes y ese fenomeno no se volvió a repetir, todo lo contrario. Fue un momento de fraternidad en el pueblo argentino como pocas veces. Para mí hay {algo} fundamental en 2001 que lo quise dejar claro con el trabajo de archivo, sobre todo en la batalla que fue el centro porteño, que es {algo} que se han preguntado muchos filósofos: cuándo un pueblo está dispuesto a morir, por una causa.
– T: ¿Qué lección hacen de 2001 en medio de la crisis contemporáneo?
– AB: La periodización que hicimos en el documental fue la de un «{largo} 2001» a través del período que empieza en las elecciones de octubre y se cierra, de algún modo, con la venida de Néstor Kirchner al poder en 2003. Si perfectamente cambió la óptica cuando llegamos al barrio,, teníamos claro que queríamos {hablar} de ese retazo donde el «voto bronca» había sido una señal inequívoca de lo que iba a pasar, dos meses posteriormente y que, del mismo modo, el proceso dura e incluye la mortandad de Puente Pueyrredón, el intento de Duhalde de perpetuarse y se cierra con la emergencia de estas dos narrativas, el kirchnerismo y el macrismo. Y ahí está nuestra hipótesis sin querer afirmar que estemos a las puertas de otro 2001: esas dos narrativas que niegan y no reconocen 2001 como propio, están encontrando una crisis que igualmente siembra signos de interrogación en torno a ellos y a ellas.