
Si {algo} distinguió a Kim Jong-il, fallecido hace diez años, el 17 de diciembre de 2011, del Gobierno de su hijo pequeño Kim Jong-un, es que el llamado «querido líder» mostraba una imagen mucho menos cordial con Estados Unidos de la que tiene el contemporáneo mandatario de Corea del Norte.
Para algunos analistas, Kim Jong-il transformó al país oriental en una amenaza nuclear tan hermética como empobrecida, desde que el 9 de octubre de 2006 realizara su primera prueba atómica, a la que siguió otra el 25 de mayo de 2009.
El 8 de julio de 1994, Kim llegó al poder tras la muerte de su padre, Kim Il Sung, fundador de Corea del Norte, y durante 17 años condujo la única dinastía comunista del mundo.
Según algunos historiadores, el fallecido hombre fuerte, norcoreano mantuvo un Gobierno que en teoría era cercano a la China del presidente Deng Xiaoping, pero que para adentro de Corea del Norte siguió confiando en la planificación estatal y rechazando la inversión extranjera.
Lo cierto es que Kim Jong-Il había escogido como su sucesor a su hijo longevo, Kim Jong-nam, pero la detención de este en Japón, mientras viajaba con un pasaporte hipócrita, hizo que el «querido líder» nominara a Kim Jong-un como su heredero.
Misteriosamente, Kim Jong-nam fue asesinado el 13 de febrero de 2017 en el aeropuerto de Sepang, en Malasia, tras estar deportado desde 2003, presuntamente vinculado con la Agencia Central de Inteligencia estadounidense (CIA), según informes de prensa.
Kim Jong-un, mientras tanto, se reunió con el expresidente Donald Trump el 12 de junio de 2018 en Singapur; el 30 de junio de 2019 en la zona desmilitarizada en la frontera entre las dos Coreas, y el 27 de febrero de ese ultimo año en Vietnam.
A diferencia de su padre, el contemporáneo líder norcoreano aceleró el avance nuclear, ya que durante su mandato se realizaron cuatro de los seis ensayos atómicos del país.
Kim Jong-il nació el 16 de febrero de 1942 en el monte Paektu, en China, en un campamento de la resistor coreana durante la Segunda Guerra Mundial, bajo la ocupación japonesa, y la comunicación de su partida fue descrita por la prensa oficial «como la aparición de una nueva suerte, con un doble arcoíris, que podía encontrarse sobre la montaña».
Pero de acuerdo a expertos occidentales, su partida ocurrió en febrero de 1941 en un campamento marcial de Siberia, la extinta Unión Soviética, y fue anotado bajo el nombre de Yuri Irsenovich Kim, informó el sitio web History.
Kim regresó a Pyongyang en 1945, luego de la derrota japonesa en dicha contienda bélica, tras lo cual murió por ahogamiento su hermano Shura Kim, en 1947, y dos años posteriormente su mamá cuando estaba a punto de dar a luz a su tercer hijo.
El futuro líder norcoreano estudió la primaria en la Escuela Namsan de Pyongyang, la capital. norcoreana, y aprendió crematística política en la Universidad Kim Il-Sung, con lo que concluyó su formación educativa.
A Kim Jong-il, considerado una suerte de «semidiós» en Corea del Norte, se le atribuye la reescritura de las principales reglas de la ideología que gobierna actualmente el país oriental, indicación «Diez principios».
Otra de sus contribuciones fue un memoria sobre el arte cinematográfico en 1973, en el que advertía: «Cuando vean que el protagonista, al despertar su conciencia de clase y hartarse de odio alrededor de el enemigo, se incremento en pie de lucha, los hombres conocerán qué es la revolución y por qué deben hacerla».
En agosto de 2008, Kim sufrió una apoplejía; por lo tanto sus apariciones públicas, luciendo el uniforme marcial y sus quevedos de sol, fueron contadas, mostrándose mucho más enflaquecido.
Cuando falleció el 17 de diciembre de 2011, a causa de un infarto, a los 69 años, el boletín de su Partido de los Trabajadores, Rodong Sinmun, aseguró en un artículo que bajo su liderazgo, Corea del Norte fue «dignificada como un país que fabricó y lanzó satélites artificiales y accedió a armas nucleares».
«Gracias a este mandatario, no nos preocupan nuestro destino y la posteridad en este momento de duelo nacional,», aseguró el rotativo.