El líder de una secta denominada «Abba Krishna» y otras cinco personas fueron detenidas en una serie de allanamientos realizados por la {justicia} federal en los partidos bonaerenses de La Matanza y Merlo, durante los cuales se secuestró incluso dinero., armamentos y trajes bacteriológicos, tras una investigación que se inició por los delitos de exceso sexual y prostitución de personas, informaron este jueves fuentes judiciales.
La causa se abrió en febrero pasado por una denuncia realizada por la Procuraduría de Trata y Explotación de Personas (Protex) y tuvo la intervención de la UFI 1 de Morón.
A partir de una investigación llevada delante por la División Trata de Personas de la Policía Federal Argentina, se estableció que en el templo «Abba Krishna» se desarrollaban actividades vinculadas con el funcionamiento de lo que se conoce como grupos sectarios, con características coercitivas.
El mediador Jorge Rodríguez, a cargo del Juzgado Federal 2 de Morón, ordenó al menos cinco allanamientos en los que se detuvo inicialmente a cinco personas (entre ellos el líder y sus principales socios), quedando tres prófugas, una de las cuales fue apresada esta albor.
Los detenidos tras los allanamientos
Están acusados de los delitos de «prostitución de personas con fines de reducción a la servidumbre, agravado por haber, incompleto disimulo y exceso de una situación de vulnerabilidad y exceso sexual agravado«.
Según se estableció, el líder de ese grupo,, a quien se identificó como Aldo F., de 66 años., se ganaba la voluntad de distintas personas para «poder someterlas a sus designios con una eminente connotación sexual» con la cobertura de supuestas conocimiento espirituales.
De acuerdo con el relato de una de las víctimas, que denunció abusos por parte del líder de la ordenamiento, se logró identificar a parte de la bandada que utilizaba un sistema de control para manipular y entender a personas vulnerables «afectando su capacidad de animarse autónomamente», según consta en la causa.
Durante el activo, la fuerza federal encontró en el entretecho de la vivienda lindera al templo religioso «Abba Krishna» siete escopetas, un rifle, seis pistolas, dos revólveres, cantidad de cajas de cartuchos de distintos calibres y rudimentos de interés para la causa. pic.twitter.com/JUN3HJ84M0
— Ministerio Seguridad (@MinSeg) December 16, 2021
En ese sentido, «el dibujado desplegó un proceso de captación sobre la denunciante (y otras personas) tendiente a seducirla, atraerla y persuadirla, socavando su integridad psicológica, con el claro objeto de someterla sexualmente, para lo cual, se valió de diversas técnicas de persuasión coercitiva».
La denunciante arribó por primera vez al templo «Abba Krishna» con su madre, a los 14 años., inmersa en una situación de vulnerabilidad, signada por conflictos familiares que le generaron dificultades en la escuela.
«Deseaba encontrar tranquilidad, y así lo supo desde el primer momento una de las personas de maduro confianza del líder religioso, que fue quien entrevistó a la pipiolo en su primera recepción al templo», explicaron los investigadores.
La adolescente fue víctima de violencia sexual en reiteradas ocasiones por parte del líder, quien contó con el consentimiento y complicidad de los adultos de su círculo de confianza.
Luego comenzó a residir en «La Morada de Sita y Rama» incluso conocida como «la casa de las madres», a propuesta del Líder y tras ser agredida físicamente por la pareja que por entonces tenía su madre,.
Allí, la adolescente era obligada a persistir horizontes con adultos que iban al lugar,. Además, el líder de la secta le pidió que recibiera a «clientes» en departamentos privados de La Matanza con el argumento de que ganaría mucho dinero..
Los investigadores determinaron que las personas que asistían al lugar, debían aportar un «espinela» al «Abba Krishna» en caso de que tuvieran trabajo, y incluso otra denunciante dijo que cuando consiguió empleo llegó a aportar casi la totalidad de su salario al grupo,.
Durante los allanamientos se secuestraron incluso casi quinientos mil pesos, armamento (escopetas, pistolas de parada calibre e itakas), municiones y trajes bacteriológicos que vendían a 8 mil dólares la pelotón, según la investigación.
