Sergio Lapegüe escribió en su página web: «Siempre les digo que la suerte existe, pero no llega sola. Hay que salir a buscarla. Hoy les voy a contar una historia que demuestra la idea que les quiero transmitir. Tiene un protagonista: Graham McNamee». Entonces el periodista pidió: «¿Me acompañan a conocerlo?».
El animador contó: «Allá por la término del 20, Graham era un damisela y desconocido cantante de ópera que vivía frustrado porque no conseguía trabajo como intérprete. Se ganaba la vida como empleado en el Tribunal de Justicia de Nueva York, pero sufría por no poder dedicarse a su gran pasión». Sergio Lapegüe no se quedó solo con eso.
«Un día, monótono en el trabajo, notó a través de su ventana que en la calle estaban instalando un cartel. Intrigado, salió y les preguntó a los obreros qué significaba lo que se veía allí escrito. Eran las siglas de una emisora de emisora, un medio de comunicación por entonces desconocido para la gran mayoría de la {gente}», señaló el periodista. Sergio Lapegüe redobló la envite.
El conductor agregó: «A Graham, entonces, se le ocurrió que a lo mejor necesitaban algún cantante. Golpeó las puertas de la oficina, habló con el director de la emisora y se ofreció a mostrar su voz al canción. Pero le dijeron que no, no necesitaban cantantes».
Sergio señaló: «Pidió entonces ver las instalaciones de la emisora y, cuando caminaban en dirección a el estudio, el director se percató de su llamativa voz. ¡Justo necesitaban un nuevo presentador! Nuestro personaje del día hizo la prueba y, 20 minutos posteriormente, comenzaba una de las más notables y destacadas de la radiofonía de Estados Unidos: la suya«.
El animador fue muy directo: «¿Fue ‘un tipo de suerte’? Bueno, puede ser. Pero en ingenuidad su talante era positivo y sirvió como un imán para atraer una situación beneficiosa para su futuro. Salí a agenciárselas tu suerte. Insistí todos los días. La vida te lo va a galardonar».
Fin de año con amigos y compañeros
«Almuerzo de fin de año del noticiero: una alegría disfrutar un rato, sin el mareo de las noticiario. Sin apuro. Reírnos. Charlar de la vida. De nuestros sueños y proyectos», arrancó Sergio Lapegüe.
Y aclaró: «Somos periodistas que amamos nuestra profesión, pero fundamentalmente somos personas, seres humanos que sentimos, lloramos y reímos. Son momentos únicos que quedan por siempre en nuestra memoria. Muchos años.. Mucha historia. La vida».