Estefanía Pasquini, la esposa de Alberto Cormillot, se mantiene verdaderamente muy presente en las redes sociales y cada vez que aparece causa conmoción.
En este caso, la mujer del agradecido médico volvió a provocar un fuerte, impacto al {hablar} del gran drama que enfrentan ella y Alberto Cormillot todos los días: los malos hábitos de víveres de los argentinos.

Para evitar que, con la venida de los días más calurosos, la {gente} rompa su dieta y coma mal, la esposa de Alberto Cormillot, con mucha dadivosidad, compartió lo que considera la opción ideal.
«Hoy no solo les dejo menú semanal, (con y sin carnes), sino que les armé una comida a la {noche} para reciclar al otro día haciéndole algún añadido, por lo tanto, vas a estar organizado con lo que necesitás en tu heladera sin comprar de más o lo que no se necesita», escribió la pareja del nutricionista.
Y agregó: «Espero les sirva y como siempre les digo: ¡el menú sirve para todos! Quieran descabalgar, proseguir o aumentar, ya que esto depende de las cantidades y de lo que hagan en el día».
Estefanía remarcó: «Sirve para persona con diabetes, ¡sí! Todos los hidratos van acompañados de vegetales que aportan fibra y bajan su índice glucémico».
Pasquini señaló: «¿Sirve para personas que tienen divertículos? (otra pregunta que recibo muy a menudo). Les relato que sí: hoy se sabe que no hace errata sacar ningún alimento en personas que padecen esto. A menos que notés alguna intolerancia individual, pero de no ser así, no saqués alimentos por sacar».
La nutricionista todavía dijo: «¿Sirve para embarazadas? ¡Sí! Cociná todo y lavá todo muy acertadamente, y si hay dudas, hay un posteo de lo que no puede una embarazada,. Dicho lo cuál, ¡tengan un muy hermoso día!».
La fuerte, consejo de Estefanía
Días a espaldas, la esposa de Alberto Cormillot aprovechó para compartir sus pensamientos sobre otra cuestión que la inquieta muchísimo.
«Ojalá se ponga de moda soltar todo esto. Finalizar con prejuicios de todo tipo, cuerpos, mandatos sociales y otros. No vamos a poder cambiar el mundo pero si empezamos a enderezar algunas cuestiones y a cambiar nuestras formas de mirar la vida», esribió la mujer.
Y agregó: «Al menos cambiamos nosotros, nos sentiremos mejor y que el otro ponga el ojo donde quiera porque es su tema, no nuestro».