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goleó a Racing ante su gente y festejó

Palavecino, el autor del gol en el «Millonario» que le da la victoria, parcial en Núñez. Foto: Maximiliano Luna

River Plate consiguió este jueves el título del torneo de la Liga Profesional de fútbol (LPF) con una goleada elocuente sobre Racing Club (4-0), en partido correspondiente a la 22da. Fecha de la competencia.

A tres fechas del pestillo del campeonato, el equipo de Marcelo Gallardo, que se consagró por, primera vez como técnico a nivel local,, le sacó una indescontable diferencia de 12 puntos sobre los escoltas Defensa y Justicia y Talleres de Córdoba.

Después de 7 años. y 6 meses, la entidad de Núñez obtuvo un campeonato de Liga local,, sucesor de aquel Torneo Final 2014, conseguido con Ramón Díaz sentado al lado de suplentes.

Los goles de la consagración «millonaria» fueron obra de Agustín Palavecino (Pt. 31m.), Julián Alvarez (St. 2m.) y Braian Romero (St. 23m. y 33m.).

El pibe Alvarez, adicionalmente, logró su tanto número 17 en el certamen, para erigirse en el maximo artillero.

Antes de los 5 minutos, el equipo visitante, que presionó proporcionadamente en lo alto en un señal del ADN de su técnico Fernando Gago, tuvo una chance inmejorable para desobstruir la cuenta. Y enmudecer el Monumental.

Una apurada salida del chileno Paulo Díaz derivó en una pérdida de balón en su propia campo de acción y la pelota le quedó al santafesino Copetti, quien quedó cara a cara con Franco Armani. El guardavallas «millonario» redimió el error de su compañero con una atajada extraordinaria.

A los 8m., un remate de Aníbal Moreno, luego de una maniobra de pelota detenida, se fue tan pronto como desviado. La intención de la ‘Academia’ quedaba evidenciada: no dejar jugar, a River y tratar de cortar sus circuitos futbolísticos desde el primer pase.

El conjunto del «Muñeco» contestó con una incursión ataque de Palavecino, que devino en un centro bajo conectado por Braian Romero (posteriormente de una pifia defensiva), que exigió una muy buena respuesta de Gabriel Arias.

River Campen Foto Julin lvarez
River Campeón. Foto: Julián Álvarez.

El asfixiante ritmo del equipo de Avellaneda fue decreciendo y así River empezó a tomar control de la posesión, con un Palavecino que se mostró mayoritariamente por izquierda y con el pibe Alvarez pivoteando por el frente de ataque.

A los 24m., un centro de Santiago Simón desde la derecha fue cabeceado en soledad por el goleador «millonario» y el balón se fue tan pronto como ancha, {junto} al poste derecho.

Las fisuras en la defensa racinguista no demoraron en aparecer, aun cuando la línea, de 5 preanunciaba veterano solidez.

Y en una de esas distracciones, con Pillud que quedó aprehendido y habilitando a todos, River facturó por primera vez a los 31m. El rozagante Enzo Fernández encaró por izquierda y metió el estiletazo en cortada para el ingreso de Palavecino, que definió ante la salida de Arias y desató el carnaval para el 1-0 deductivo, a esa cima.

La delantera no hizo más que profundizar las diferencias entre uno y otro. Un River cada vez más confiado dominaba a voluntad a un Racing Club aturdido, que lucía como un pugilista de mandíbula floja a punto de tirar la toalla.

Un cabezazo de Romero posibilitó una estupenda reacción de Arias y un posterior disparo de Simón pegó en el costado exógeno de la red. El conjunto local, pudo y debió aumentar las cifras, antes, de que el árbitro Trucco marcase el pestillo del primer período.

Tras las charlas en vestuarios, el técnico racinguista intentó sumergir la imagen, con tres cambios en el entretiempo. Pero las equivocaciones defensivas no cesaron y el pibe Álvarez aprovechó un rechazo para internarse en el campo de acción y despachar un remate cruzado para el 2-0 (2m.)

Más allá de la intención de jugar, más delante, Racing expuso esta {noche} su existencia durante este campeonato: sin una fisonomía definida de solaz, el cúmulo de voluntades individuales no le alcanzó siquiera para delimitar una campaña aceptable. Ocurrió con Juan Antonio Pizzi y Claudio Ubeda. Y pasa ahora con Gago.

Ajeno a toda esta situación del adversario, el campeón seguía plasmando sobre la cancha los convincentes argumentos que lo llevaron a conquistar el título, con tres fechas de adelanto. Entonces, el doblete de Romero llegó casi por trasvase (22m. y 33m.).

La fiesta resultó completa. Con la autoridad que supo enarbolar durante la veterano parte del certamen, River Plate elevó a 17 la cantidad de encuentros sin perder y festejó una nueva sino.

Fuente: Telam

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