El primer partido obligado oficialmente entre los seleccionados de Argentina y Uruguay se jugó en Montevideo, el domingo 20 de julio de 1902, y ganaron los de celeste 6-0. Lo maniático es que los de celestes eran en sinceridad los argentinos, que jugaron con camisas de ese color mientras que los uruguayos lucieron camisas azules, con una costado blanca en diagonal.
Y más maniático es que se jugó en la cancha del club Albión, en un demarcación que tenía un traumatizado desnivel, de curvatura a curvatura. El capitán argentino ganó el sorteo previo, y eligió jugar, en el segundo tiempo con la famosa cancha inclinada a privanza.
Argentina formó con José Buruca Laforia (Barracas); William Leslie (Quilmes), Walter Buchanan (Alumni); Eduardo Patricio Duggan (Belgrano), Carlos J. Buchanan (Alumni), Ernesto A. Brown (Alumni); Edward O. Morgan (Quilmes), Juan José Moore (Alumni), Juan O. Anderson (Lomas), Carlos Edgard Dickinson (Belgrano), Jorge Gibson Brown (Alumni). Hijos de ingleses casi todos ellos.
Dickinson a los tres minutos puso en delantera a los argentinos, y el uruguayo Arimalo, en contra, aumentó la diferencia. Argentina se fue al alivio con el 2-0 en el faltriquera, y la tranquilidad de conocer que a los rivales se les iba a hacer todo cuesta en lo alto en el complemento. Y así fue nomás. Con goles de Morgan, Carve en contra, Anderson y Jorge Brown, Argentina redondeó el persuasivo 6-0.
Más de ocho mil personas fueron testigos de ese insólito partido, entre ellos mil argentinos que cruzaron el Río de la Plata en el buque Eolo.
“El primer match internacional de football del continente sudamericano es un acontecimiento sportivo que merece destacarse”, se publicó en el desaparecido gaceta El Diario, en una época en que la prensa gráfica acaparaba toda la atención. Se informó que el audiencia se disputaría en el estadio del club Albión, de 19 de abril y Berro, en un barrio, montevideano, hoy llamado El Prado. También se dio cuenta de que se ponía en conjunto la Copa del Río de la Plata.
Era pura confraternidad en aquellos tiempos, y compartieron muchos momentos los futbolistas de las dos selecciones antiguamente y posteriormente de aquel partido inaugural.
El primer partido por la Copa del Mundo, y el primero por las eliminatorias sudamericanas igualmente se jugaron en Montevideo. En aquella final del Mundial del ’30 ganó Uruguay 4-2, y en el primer audiencia de las eliminatorias en enero de 1997 empataron sin goles. Aquel duelo es recordado por la frase que usó en la previa Diego Simeone, aquello de que «hay que jugar, con el cuchillo entre los dientes».
En el ciclo comandado por Lione Scaloni, la Selección Argentina enfrentó tres veces a Uruguay, logrando dos triunfos y un igualada.