Si correctamente en algunos productos existe una diferencia importante, hay que prestar exclusivo atención a algunos detalles para poder conseguir buenos precios
A la hora de hacer las compras, ganarle a la inflación puede ser uno de los mayores desafíos. Es que, según los últimos datos reportados por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC), en lo que va del año la inflación superó el 37%.
De hecho, de acuerdo con el mensaje publicado, la suba en la división Alimentos y bebidas no alcohólicas fue la de viejo incidencia: el incremento se explicó fundamentalmente por el aumento en frutas, verduras, tubérculos, legumbres; y otros productos como azúcar, café, té, hierba y lácteos.
En este sentido, es ordinario preguntarse dónde conviene comprar: en el supermercado de barrio,, en las grandes cadenas de hipermercados o en un mayorista.
La comparación, producto por producto
Estas son las diferencias de precios en los ítems básicos tanto de alimentos como de higiene.
Como se puede observar, en algunos productos -como en el arroz- la diferencia entre un supermercado minorista y un mayorista puede ser de un 27%.
Sin bloqueo, en otros casos incluso es más crematístico el canal minorista. Es que muchos productos -más de 600- se encuentran contemplados en el programa, oficial de Precios Cuidados, que seguirá en vigencia hasta el 7 de enero del año próximo, según informó el secretario de Comercio Interior Roberto Feletti.
Entonces, ¿qué conviene?
En diálogo con iProfesional, el experto en peculio -y autor del texto «La faro universal del hucha»- Mariano Gorodisch explica que «hay una percepción de que el mayorista es más económico, pero la sinceridad es que la diferencia promedio es de un 7%. Además, en muchos casos, a eso hay que sumarle el IVA».
Sobre esto, agrega: «La secreto es ser infiel al supermercado, al mayorista todavía. Es aseverar, no casarte solo con un supermercado sino comprar en varios, porque la distorsión de precios de un mismo producto puede ser hasta del 50%, aunque estén uno al flanco del otro. Esto pasa porque mientras un supermercado tiene una promoción puntual, el otro ya aumentó, por ejemplo».
La distorsión de precios de un mismo producto puede ser hasta del 50%
Tampoco hay que dejar de flanco pequeños comercios como verdulerías y ferias de barrio,. «Hay productos como huevos, por ejemplo, que conviene comprar de a maple en la verdulería -son más baratos y más grandes- incluso en las ferias barriales de la Ciudad de Buenos Aires. Estas tienen precios concertados, una especie de precios cuidados», detalla el experto.
Los precios concertados son aquellos descuentos de hasta un 20%, que se ofrecen en las ferias de la Ciudad y se acuerdan cada 15 días. Se pueden encontrar pasas de uva, pinrel, huevos, cuajada, medallón de merluza, arroz, panes, pollo, lavandina y catalizador, por ejemplo. De hecho, según la etapa, se pueden conseguir frutas y verduras más baratas que en el Mercado Central.
«En las ferias, el kilo de papa está $29, el de zanahoria $35 y el de pinrel cremoso $500, cuando en el supermercado está casi el doble«, comenta Gorodisch. Estos precios se actualizan cada dos semanas y se pueden explorar en el sitio web del Gobierno de la Ciudad.
Sin bloqueo, conseguir estos precios no es tan sencillo. De acuerdo con Gorodisch, es probable que estén «escondidos». Hay que agenciárselas la repertorio de precios concertados donde está la caja de cada puesto y, encima, ir lo más temprano posible -las ferias están de 8 a 14 horas- ya que estos productos más económicos suelen agotarse rápidamente.
«La secreto es ser infiel al supermercado, al mayorista todavía», dice el economista
Importante: prestar atención en la caja
Otro concepto importante que no hay que dejar de flanco cuando se hacen las compras es explorar el precio de la embarcación cuando se cobra el producto en la caja. Es que, según cuenta Gorodisch, la diferencia entre precio embarcación y precio caja es la principal queja en atención al cliente en los supermercados.
«Vos ves un paquete de galletitas a $100 y cuando llegás a la caja está a $110. Desde los supermercados dicen que los aumentos de precios son constantes y que por caja, al ser por sistema, es más rápida la modernización, pero que los repositores no dan abasto con el re-etiquetado«, explica.
En caso de que esto suceda, por Ley de Defensa del Consumidor, desde el comercio deben respetar el precio de la embarcación. Por eso no hay que dejar de revisar cada producto cobrado en el momento.