Aunque la medida le trajo mucho ruido en el mercado, logró revertir la postura vendedora de principio de mes y compró dólares con los bancos fuera de diversión
Tras cuatro días de tendencia vendedora, el viernes el BCRA volvió a comprar: fueron cerca de u$s210 millones y redujo a menos de u$s30 millones las ventas del mes, entregado que llevaba «quemados» cerca de u$s230 millones en un principio de noviembre difícil.
Pero este cambio de tendencia no es mágico, sino que tiene su explicación en las medidas que tomó el día jueves el directorio del Banco Central a fin de demarcar la Posición Global neta en moneda extranjera del sistema financiero.
Gracias a eso, a pesar de que fue una etapa en la que siguió presente la cachas demanda de importadores, se pudo compensar ese ambiente con una veterano cobertura por parte de los exportadores en una rueda en la que se operaron cerca de u$s650 millones en total.
El BCRA pudo volver a comprar dólares gracias a la última traba para los bancos que aplicó ayer.
¿Cómo hizo para volver a comprar?
«La modificación de tendencia se debe exclusivamente al cambio normativo que hizo el BCRA», confirma en diálogo con iProfesional el economista Jorge Neyro. Y respecto de esa intrepidez, evalúa que se tráfico de otra medida temporal (porque termina a fin de mes) para tratar de moderar la presión sobre las reservas. Así, observa que, aunque sirve en este momento para detener la pérdida de reservas por las intervenciones en el mercado de cambios, es una medida con poco finalidad a mediano plazo
«No creo que esto cambie mucho la cuestiones estructurales del mercado y siquiera modere la intervención en los dólares financieros, que es otra de las canillas por las que está drenando reservas el BCRA», indica.
En igual sentido opina Lucio Garay Méndez, analista de EcoGo, cuando señala que «el resultado de hoy es la primera respuesta luego de la regulación de ayer emitida por el Banco Central». Y es que explica que, al demarcar la posición de dólar contado que pueden tener los bancos, lo que se hace es volver a regular la demanda de dólares y eso se ve reflejado en el MULC.
Cabe rememorar que, en presencia de la delicada situación de las reservas del BCRA y la elevada demandas de intervención en el mercado de cambios que está teniendo por estos días por el desbalance existente entre importaciones y exportaciones, la entidad dispuso que los bancos tengan que sostener la posición integral en moneda extranjera hasta fin de mes.
Esto implica que no podrán modificar su solvencia en dólares (es opinar, todos los activos, pasivos, compromisos y demás instrumentos y operaciones por intermediación financiera en dólares o vinculados con la cambio del tipo de cambio en moneda extranjera) durante 26 días.
Una serie de medidas temporales
«Los bancos que querían hacerse de dólares, no podrán y así quitaron presión sobre la demanda, mientras que aquellos que habían aumentado su posición con respecto al mes pasado, tuvieron que deshacerse aumentando la propuesta de dólares», explica Garay Méndez.
Sin retención, el economista director del Centro de Estudios de Economía y Política (CEPA) agrega otro ambiente secreto y es que, desde el BCRA, deben observar todavía que «hay cierta estacionalidad en los pagos de importadores, que se concentran a principios de mes, correspondientes a las regulaciones de hace algunas semanas, que deberían ir normalizándose a títulos promedio más bajo, disminuyendo la demanda«.
En octubre y noviembre el BCRA viene aplicando medidas temporales de refuerzo al cepo.
Lo cierto es que, tal como indica Neyro, «el BCRA viene usando todas sus herramientas para cuidar las reservas y, a la vez, sostener el dólar oficial y los financieros regulados y bajo control», entregado que en agosto ya había esforzado normas restrictivas para controlar la operatoria del CCL y el MEP contra bonos nacionales intervenidos por la entidad a fin de compendiar sus exigencias de intervención.
Así, la entidad que preside Miguel Gracia Pesce viene demostrando que, cuando la situación se pone caliente tiene fortuna para poner paños fríos y seguir cuidando las reservas, aunque sea con medidas transitorias, pero que le dan pequeños respiros y que no afectan siempre al mismo sector de la bienes.
Recordemos que las regulaciones previas a las de ayer que menciona Zeolla afectaron a los importadores durante octubre entregado que se les limitó la posibilidad de superar operaciones entre el 5 y el 30 del mes pasado. Cuando la situación se empezó a complicar porque vieron que la producción empezaba a sufrir, y con ella la recuperación económica, el Central cumplió su palabra de relajar ese margen a fin de octubre y comenzó un noviembre complicado, nuevamente con cachas pérdida de reservas durante los primeros cuatro días.
Ahí, otra vez resolvió ajustar el cepo, pero en esta ocasión, por el banda de los bancos. En uno y otro casos, las medidas van en igual sentido, compendiar la tendencia de cobertura de cara a las elecciones por parte de distintos sectores económicos. Y, si mantiene otra vez su palabra, en vistas de que la organización comenzó a darle los resultados esperados y es posible que siga así en gran parte del mes, las trabas se levantarán a fines de noviembre de cara a un diciembre en el que la balance de la cosecha de trigo y poco de soja le podrá servir como alivio para conservarse hasta el año que viene en un escenario. ya más certero, entregado que habrán pasado las elecciones legislativas, aunque todo hace prever un verano complicado en el frente cambiario.
Por el momento, lo concreto es que, con estas regulaciones que limitan el comunicación al mercado de cambios para las entidades financieras, «el Banco Central cerró el espita de dólares vía MULC», tal como señala Garay Méndez, pero no es menos cierto lo que advierte respecto de que, «a su vez, va generando pequeños daños colaterales que presionan las expectativas que se generan en los mercados de tipos de cambios paralelos«.
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