El precio del blue no es lo más crítico del contexto flagrante porque su precio, en términos reales, está remotamente del récord del 2020. ¿Qué preocupa entonces?
El dólar blue vuelve a estar en el ojo de la tormenta: finalmente, tocó los $200.
Si adecuadamente retrocedió $1 durante la recorrido, con la última suba, el precio nominativo pasó a marcar un nuevo récord histórico, lo cual vuelve a crear inquietud en el mercado, habida cuenta que este el valencia de remisión que sigue siendo tomado como remisión en muchos sectores.
Cuando el dólar llegó a rozar los $200, los precios de muchos productos reflejaron ese valencia y nunca más se corrigieron a la descenso e, incluso, en muchos casos esa fue la pulvínulo de cálculo que se fue corrigiendo al acrecentamiento por la variación de los precios locales. Así que este nuevo récord vuelve a crear alerta por su impacto en el índice inflacionario.
Pero más allá de la transformación nominativo del blue, resulta interesante comparar los precios alcanzados en cada momento ajustados por la inflación, a fín de poder comparar la situación flagrante con lo sucedido en los últimos meses.
Y la conclusión de expertos es que la suba del dólar blue y el nuevo récord nominativo no es lo más grave del contexto flagrante. ¿Por qué? Básicamente porque su precio, en términos reales, todavía está muy remotamente del valencia que tenía cuando marcó el récord en octubre del año pasado. En otras palabras: el nuevo récord no se parece en ausencia al récord del año pasado.
Sucede que del simple ajuste de las cotizaciones surge que aquellos casi $200 de octubre pasado hoy equivalen a ausencia menos que $297, es asegurar unos 97 pesos por encima del precio flagrante.
En otras palabras, el dólar blue debería subir casi $100 para igualar, en términos reales, aquel pico histórico.

Ampliando el horizonte del exploración, si la observación se extendiera en el tiempo, y se toma como remisión el pico aprehendido en junio de 2002, en plena crisis post-convertibilidad, el resultado asimismo es amenazador, ya que el precio flagrante es casi nada superior que el de aquel momento, pues adecuado por IPC ronda los $199, aunque junto a aclarar que esa cotización correspondía al mercado único de cambios, pues el blue prácticamente no operaba.
Brecha del 100%: grave para la caudal
Más allá del precio del blue en sí mismo y de sus implicancias sobre los precios domésticos, el otro aspecto que preocupa es la brecha que lo separa del dólar oficial, pues luego de varios meses en los que no mostró mayores variantes, ha recobrado su tendencia alcista para ubicarse en torno del 92% frente al minorista y del 100% tomando como remisión el dólar mayorista.
Se negociación del anciano porcentaje en lo que va del año y prácticamente el doble del leve registrado en abril, cuando orilló el 50 por ciento.

En la historia argentina siempre hubo períodos en el que la brecha fue inscripción, incluso llegó a ocurrir el 400% en 1956, o superó el 250% en los años. ´70, como para citar algunos casos domésticos. Las características de estos sucesos se los debe encuadrar a los indicadores y al contexto de cada momento.
Justamente, los analistas consultados sostienen que el principal problema no es cuánto más pueda aumentar la brecha, sino cómo lo haga y el beneficio de maniobra que tenga el Gobierno para salir del problema.
«La caudal con la brecha del 30% pagaba unos costos determinados, y con una brecha del 90% tiene más distorsiones, como importadores que les empiezan a comprar cupos a otros. Es asegurar, se generan más distorsiones y comienza a perder relevancia el tipo de cambio comercial respecto al libertado, que pasa a ser remisión», resume a iProfesional Guido Lorenzo, Economista Jefe de LCG.
A ello, Mariela Díaz Romero, economista Senior de la consultora Econviews, acota que, con brecha flagrante la caudal «ya empezó a dar señales de agotamiento«.
Y completa su idea: «La brecha hace que el Banco Central pierda reservas interviniendo. Además, eso genera entonces expectativas de inflación más altas en el futuro, porque las mismas esperan un brinco cambiario. Una brecha del más del 80% es muy elevada».
Por eso, Díaz Romero resalta que cada vez que con el cepo hubo crisis cambiaria, «primero la brecha subió fuertemente. Y luego el Central intervino perdiendo reservas, hasta que se tuvo que dar el brinco cambiario, como pasó con Fábrega en 2014«.
Entonces, coincide que el problema que se tiene con la brecha asimismo impacta en las importaciones, correcto a que «algunas se las dolariza al libertado».
Roberto Geretto, economista superior del Banco CMF, afirma que esta elevada brecha, en el corto plazo, trae las «tentaciones» de imponer restricciones cambiarias.
«Esto radica en que, en caso de una corrida, se contiene la disparada del dólar oficial, a la vez que se puede realizar una política monetaria expansiva, permitiendo desmontar tasas de interés y/o aumentar la proposición monetaria, sin que la dolarización de portafolios afecte al tipo de cambio fijado por el Banco Central«, desarrolla este entendido.
Sin requisa, Geretto considera que en la medida que los desequilibrios macro que llevaron al dólar oficial a aumentar no se solucionen, «la brecha irá en aumento, y con ello las distorsiones en la caudal».

En los últimos 80 años. de la historia argentina, la brecha cambiaria asimismo fue amenazador y llegó a ser de 400%.
Brecha inscripción y distorsiones
Para tener una idea de la dimensión de los problemas que puede causar, los economistas consultados por iProfesional creen que los artículos de una brecha cambiaria amplia no sólo es una «simple» cuestión financiera del país, sino que asimismo en el corto plazo impacta en la calle y en el día a día de los argentinos.
«Una inscripción brecha desincentiva la depreciación de exportaciones al tipo de cambio oficial, e incentiva rebasar cualquier tipo de importaciones. También, distorsiona la valor de capital, ya que por más que se ofrezcan mayores tasa de plazos fijos, el público, seguirá demandando los u$s200 por mes para ganarle a la brecha con el dólar oficial«, resume Geretto.
Como ejemplo, cita que, a pesar del cepo al dólar, el Banco Central no ha podido acumular reservas de guisa sistemática, «habiendo reservas netas por menos de u$s10 mil millones, niveles considerados bajos».
Además, se sostiene que con estrictos controles cambiarios es muy difícil para el país atraer inversiones, tanto de capitales de corto plazo como de desprendido plazo en el sector actual.
De esta guisa, afirma que, si adecuadamente no hay un número exacto para determinar qué es una brecha tolerable, en niveles menores al 20% podría ser «convivible» para la caudal, pero ciertamente la flagrante de más del 90% «no es sostenible».
¿Cuánto puede durar esta brecha tan elevada? Para Bour, «asaz, ya que mientras no se genere más proposición de divisas esa brecha va a subir. Podemos tener todo el período de Alberto Fernández en esta situación, probablemente creciente aun con un acuerdo con FMI«.
Al entender del economista de FIEL, si el acuerdo con el Fondo Monetario no llega a ser verosímil para los argentinos y los acreedores, puede crecer «mucho más» la brecha si se aumentan las restricciones.
«Por ahora, ni el Ministro Guzmán ni el Presidente dan ninguna señal que permita aspirar a reducción de brecha, pero eso depende sólo de ellos», concluye Bour.
La conclusión es que la caudal argentina podría actuar con una brecha más inscripción, el gran problema es que cada vez se acumularían más distorsiones y trabas que impedirían un funcionamiento fluido de la actividad. Y, por consecuencia, empeorarían cada vez más la situación.
Por ejemplo, en Venezuela la brecha cambiaria alcanzó el 6.300% en 2015 y la caudal siguió funcionando hasta el presente sin colapsar, pero con un sinfín de obstáculos y carencias.
«La caudal podría actuar con una brecha tan inscripción de, por ejemplo, 400%, pero los costos serían muy elevados y crecientes, al estar tan disociado el tipo de cambio comercial respecto al otro tipo de cambio libertado», resume Lorenzo.
Algunos sostienen que lo más complicado son los saltos abruptos que puede haber, en la brecha cambiaria, es asegurar, cuando no hay previo aviso de esta subida y de un día para el otro el dólar blue y Bolsa se despegan del oficial.
«Los planes que genera una estabilidad sintético y efímera, sustentados en medidas de carácter populistas, suelen tener esta característica: de un día para otro, sin que ausencia en particular ocurra, el mercado toma nota y en manada actúa en consecuencia», afirma el analista de mercados Marcelo Trovato.

La brecha cambiaria ronda el 80% y su tendencia a ser más amplia ya está inquietando al Gobierno y a economistas
Causas de una brecha elevada
Para comprender por qué la brecha cambiaria llegó a estos niveles preocupantes, es necesario entender que nuestro país sufre una grave crisis de confianza que se comenzó a preparar con anciano intensidad en los últimos años..
«El problema raíz de nuestro país es el abultado dita fiscal. La Argentina gasta más de lo que le ingresa. Sin requisa, nuestros políticos, en vez de escoger un camino no recesivo (desmontar el consumición público,) deciden apelar a las mismas recetas: mayores impuestos, inyectar pesos en la caudal o endeudarse», resume a iProfesional Natalia Motyl, economista de la Fundación Libertad y Progreso.
Y concluye: «Todo esto provoca distorsiones en la caudal que afectan los fundamentals económicos en el desprendido plazo. El resultado es una caudal débil, indefenso a los shocks exógenos y con una crisis de confianza cada vez más problemática, que requiere de forma urgente un programa, integral de medidas económicas».
Te puede interesar
Por eso, Motyl finaliza que, cada vez que se intentó posponer en el tiempo las reformas estructurales que necesita nuestro país para poder crecer, «se alejó más de un tentativo programa, gradualista de medidas y se llegó hoy en día a una instancia en el que el único camino es aplicar una política de shock«.
Fuente de la noticia: iprofesional.com