El primer escándalo
La era Say No More comienza oficialmente el 20 de enero del ‘96 en Villa Gesell, en un show caluroso. Charly sube al escenario. en un estado lamentable, trastabilla, se cae, balbucea unos pocos versos de sus canciones y mete solos de guitarra donde se le ocurre. El conocido, desconcertado, al punto que aplaude. Pero hay más: Charly acusa al Negro García López de ser el responsable de sus adicciones y el guitarrista, ya harto, le pega una piña. Después, García parodia la campaña “Sol sin drogas” y empieza a bramar “¡Drogas sin sol, drogas sin sol”. Todo termina con una denuncia contra Charly por elogio.
El reality que no fue
En 2008 el productor Fernando Szereszevsky le acercó a Charly una propuesta para que protagonizara un reality al estilo The Osbournes, que MTV había emitido entre 2002 y 2005 con la famliia de Ozzy. El plan era mostrar el día a día del intérprete y asomarse a su reducto de Coronel Díaz y Santa Fe. A Charly le interesó, pero le dio una dorso: que mostrara a un hombre global que experimentara por 48 horas la vida de Charly, con ensayos, shows, grabaciones, futuro, pimple, mujeres, trasnochadas y más. A la semana el músico viajó a Mendoza, terminó internado y un mes posteriormente siguió su rehabilitación en la chale de Palito Ortega. El proyecto., por supuesto, se canceló.
Charly & “Nemem”
Lo había mojado “Nemem” y había sido muy
crítico de su dirección durante la división neoliberal, sin retención en 1999 Charly se reunió con Carlos Menem en la Quinta Presidencial de Olivos para ofrecer un show y tallar un disco en vivo. Con la presencia de Zulemita y algunos invitados, García repartió brazaletes de SNM y registró un libro con nueve canciones, algunas inéditas. “Charly & Charly” no salió a la cesión, pero se editaron 2.000 copias que se repartieron entre amigos y se regalaron desde la página web de García. Hoy ese CD es una dormitorio de colección.
Bienvenida, fake news
Una sola vez Charly y Spinetta compartieron un escenario. con sus bandas. En septiembre del ´80 Serú y Jade ofrecieron un ciclo de tres shows en el estadio Obras. Fueron noches memorables, de las que circulan audios con las canciones que tocaron juntos en versiones exquisitas. Lo más estrambótico de esa reunión cumbre es que se generó a partir de una nota periodística. Por esos años. algunos medios insinuaban cierto enfrentamiento entre los dos próceres, hasta que una tapa de la efímera revista Hurra se enfocó en esa rivalidad inexistente y los músicos desmintieron los rumores con ese recital histórico.
Un plagio descarado
“Bicicleta”, el tercer libro de Serú Girán publicado en 1980, cierra con Encuentro con el diablo, uno de los hits. Pero ese tema tiene una particularidad: es un plagio descarado de Sweet Home Alabama, canción que la costado Lynyrd Skynyrd había xilografía seis años. ayer. David Lebón contó alguna vez que en un monografía Charly le dictó el riff nota por nota como si fuera fruto de la inspiración. Hasta que en el 1999 García blanqueó: en el festival Buenos Aires Vivo y en presencia de 300 mil personas interpretó una traducción del tema que quedó registrada en el disco Demasiado ego a la que llamó Sweet Home Buenos Aires.
La consejo de música de su hijo Miguel
Miguel tiene cuatro, cinco años., y audición un cassette de Serú Girán. Pero no permite que las canciones terminen: en determinado momento las rebobina y las vuelve a escuchar desde el principio. Charly, el papá de Miguel, registra los movimientos del escuincle y le pregunta por qué lo hace. La respuesta es básica: “Porque cambian de ritmo”. Fue una revelación. A partir de ahí García va a componer con una almohadilla de depósito electrónica, con ritmos más monótonos que no se van a modificar hasta el final de las canciones. Con ese concepto graba Yendo de la cama al living, su primer libro solista, y los que vendrán posteriormente.
El serafín de Charly
Mercedes Sosa fue, tal vez, la intérprete que Charly más respetó. Además del bellísimo Alta fidelidad que grabaron en el ‘97, dejaron momentos memorables. Ese mismo año La Negra lo había invitado a Cosquín, en contra de los conservadores que cuestionaban la presencia del rockero. El primer cruce había sido en el ‘82, cuando la cantora volvió del deportación y convocó a Charly para la mítica serie de shows en el Opera. Desde entonces las colaboraciones fueron permanentes. Charly siempre le devolvió esos gestos con el maduro de los respetos: ni en sus peores momentos provocó algún escándalo o polémica en los shows de la Negra.
Ojos de videotape
Así como protagonizó grandes momentos en lo alto del escenario., Charly incluso dejó episodios memorables en la televisión. Se atrevió a sentarse en la mesa de Mirtha a mediados de los ‘70, cuando era un ámbito denostado en el mundo del rock. También fue un habitual invitado al living de Susana Giménez a fines de los ‘90. Tiempo posteriormente aprovechó las cámaras para ventilar intimidades de una pelea mediática con Andrés Calamaro. Pero su obra cumbre fue durante una entrevista que le hizo Jorge Lanata en su programa, Día D. Un Charly sin filtro le lanzó al periodista: “Yo pienso que vos sos un pelotudo”.
“El Jefe soy yo”
El festival que organizó Amnesty International en octubre del ‘88 en el Monumental llenó el escenario. de figuras y egos. A Peter Gabriel, Sting y Bruce Springsteen, entre otras estrellas, se les sumaron los locales Charly y León Gieco. Pero el show estaba armado para los visitantes. Cuando Charly se dio cuenta de que iba a tener menos canales de audio que los músicos extranjeros, estalló de ira. Y cuando se enteró de que era una condición que había impuesto Bruce Springsteen, autodenominado “El Jefe”, lo fue a averiguar al camarín. Y sin siquiera saludarlo, le dejó poco en claro: “Acá el jefe soy yo”.
Los porros del adiós
El propio Charly lo confesó: ayer del Adiós Sui Generis, el show en el Luna Park de septiembre de 1975 que cerró el ciclo de la costado, se fumó más de vigésimo porros. “Fui temprano para ver a la gente y con un amigo dimos varias vueltas en un Citröen. No sé si fueron 27, pueden ser 26, pueden ser 28; más de 20 seguro…”. Cuando terminó el recital, Charly y María Rosa Yorio, su pareja, fueron a cenar a una pizzería en Callao y Corrientes. Ahí se encontró con León Gieco, que había estado en el show. Y Charly le confesó: “Loco, hace media hora dominaba un Luna Park lleno de gente y ahora estoy solo”.
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Fuente de la noticia: caras.perfil.com