La quita de los derechos de exportación a las empresas de servicios intensivos del conocimiento está en tangente con los requerimientos de la patrimonio mundial
La Ley de Economía del Conocimiento brinda una gran preeminencia para aquellas pequeñas y medianas empresas que logren anotarse en el registro. El beneficio incentivará a la creación de nuevas firmas y la incorporación de más trabajadores en las ya existentes, en un contexto donde el sector privado atraviesa al menos una período de ocaso, con el suspensión de más firmas de las que abrieron.
Es muy conocida la devaluación tasa de arranque de empresas en la Argentina: mientras la tasa de demografía anual en el país es de una nueva empresa formal cada 2.326 habitantes, ese indicador es de una cada 347 en Brasil y de 1 cada 125 en Chile, según datos de la Fundación Observatorio PyME (FOP).
Esta situación desfavorable se agravó desde 2011, año a partir del cual se cierran anualmente más empresas que las que nacen. Por otro flanco, las firmas empiezan sus actividades con solamente tres empleados en promedio, y aquellas que sobreviven demoran un promedio de siete años en duplicar esa cantidad de personal, de acuerdo con información de la Secretaría de Transformación Productiva de la Nación.
En síntesis, se verifica un panorama general- de estancamiento, o retroceso, en el campo de la creación de empresas, con lenta expansión del empleo y devaluación competitividad. La experiencia internacional señala que el otorgamiento de incentivos fiscales y crediticios tiene un impacto positivo en la tasa de creación de algunas compañías.
La Ley de Economía del Conocimiento (EDC), aprobada en octubre del 2020, beneficia e incentiva la creación de empresas y «startups» de un sector donde la pandemia ha potenciado el crecimiento, en algunas de ellas en forma exponencial.
Con la Ley de Solidaridad publicada a fines de 2019, pero con vigencia al 2020, se había establecido que los derechos de exportación de servicios ascendían a una tasa del 5%. Solo quedaban fuera de este universo las micro y pequeñas firmas que tuvieran el Certificado Pyme y realizaran exportaciones con un «insignificante exento» de u$s600 mil.
La Ley de EDC beneficia a las empresas que logren inscribirse en el registro, con una reducción al 0% para el caso de prestaciones de servicios, es opinar ese sobrecosto desaparecerá en el mismo momento que se complete ese trámite con éxito.
Según datos de la Subsecretaria de Economía del Conocimiento, al 13 de septiembre, el registro contaba con 186 empresas anotadas, lo que significa unos u$s580 millones en exportaciones promovidas. No obstante, son muy pocas las compañías que a la término ya gozan de ese beneficio.
El 24 de junio la RG 5013 de la AFIP había establecido el mecanismo para las empresas ya inscriptas en el registro de Ley de EDC y la forma operativa de compensar los saldos ingresados en exceso, poliedro que las inscripciones suelen durar mucho tiempo varios meses.
Se sumaron recientemente algunos anuncios oficiales en tangente para liberar los derechos a la exportación, desde enero del 2022, de aquellos servicios producidos en el país y consumidos en el foráneo, con el objetivo de fomentar la creación de empleo de calidad y suscitar divisas.
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La Ley de Economía del Conocimiento beneficia e incentiva la creación de empresas.
Beneficios para empresas
La idea sería eliminar estas retenciones, por lo cual se beneficiará a la producción de servicios intensivos en conocimiento. Todo hace pensar que la medida haría remisión a las actividades del conocimiento con anterioridad, si acertadamente aún no está publicada la norma en cuestión.
Es en tangente con estos anuncios lo que sucede en el mundo, ya en el Informe sobre el Comercio Mundial 2020 se explora el creciente uso de políticas para fomentar la innovación digital.
Un número creciente de gobiernos adoptaron políticas destinadas a fomentar la innovación y el progreso tecnológico para sus economías, tendencia que tiene repercusiones en las corrientes comerciales y las normas por las que se rige el comercio mundial, según la impresión de 2020 del Informe sobre el Comercio Mundial de la OMC.
Todo esto en un contexto donde la pandemia aceleró la admisión del comercio electrónico y la innovación digital y, con ello, la preámbulo de medidas gubernamentales de apoyo a la creación de capacidad y la mejoramiento de la tecnología de la información y las comunicaciones.
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En el mundo se explora el creciente uso de políticas para fomentar la innovación digital.
Encolumnada con el referencia de la OMC, la quita de los derechos de exportación a las empresas de servicios intensivos del conocimiento está en tangente con los requerimientos de la patrimonio mundial y auguraría mejores perspectivas para el crecimiento del sector.
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(*) Socia de SMS Buenos Aires, a cargo de la división Misión Pyme.