
Miguel Angel Solá, que tiene una billete en la coproducción (Foto: Mirafilm)
La realizadora Valeria Selinger estrena este jueves en salas locales “La casa de los conejos”, filme basado en la homónima novelística autobiográfica de Laura Alcoba, al que define como un “humilde homenaje a los muertos en esta historia, la historia de Argentina y a las personas que aún hoy carecen de identidad real”.
“Es una ficción basada en hechos y en personajes reales. Una película que habla de una infancia que se sitúa en un contexto histórico duro y particular. Propone un esclarecimiento acerca de cómo un niño puede llegar a visualizar o vivenciar ciertas situaciones de vida complejas”, reflexionó la cineasta, radicada en Francia desde los 90, en una entrevista con Télam.

Selinger, debutante en largometraje de ficción, durante el roaje (Foto: Mirafilm)
La trama aborda la historia de Laura, una niña que a sus ocho años. debe instruirse a conducirse en la clandestinidad unos meses antaño del conmoción de Estado de 1976 y durante los primeros años. de la dictadura cívico marcial hasta su deportación en Francia, dos años. más tarde.
Me acuerdo del eslogan “el silencio es salud” o que me contaran que en Europa se sabía que en Argentina se asesinaba y torturaba gentío. El marido de mi mamá estuvo en el (centro clandestino de detención) Pozo de Banfield, en torno a de mi padre había gentío que teníamos que esconder
Trailer «La casa de los conejos»
Con su padre detenido, la pequeña debe huir cercano a su causa buscada por las fuerzas represivas, acostumbrarse a usar nombres falsos y a cambiar de residencias hasta que ambas se instalan en la «casa de los conejos», en La Plata, donde viven Diana -embarazada de tres meses- y su marido Cacho.
Al no poder asistir a la escuela, la chica pasa los días en esa casa donde funcionaba una imprenta clandestina de Evita Montonera. La Diana con la que convive es Diana Teruggi, quien por entonces estaba embarazada, de Clara Anahí, la nieta desaparecida de “Chicha” Mariani, una de las fundadoras de Abuelas de Plaza de Mayo (fallecida en 2018).
“Me interesó reflejar el silencio y cómo una niña puede dejar de lado su inocencia y vivir como si fuera un adulto. Explorar sobre infancias truncas, que no se desarrollaron de un modo tradicional o del que impone la sociedad. Eso lo viví en carne propia y ese aspecto es el que más me intereso de esta historia”, explicó la cineasta.
“También el contexto que es sumamente importante y está relacionado con el abuso a los derechos humanos en la historia argentina, algo que desgraciadamente muchos países comprenden por tener historias que pueden llegar a parecerse”, agregó Selinger.
«Me acuerdo del eslogan “el silencio es salud” o que me contaran que en Europa se sabía que en Argentina se asesinaba y torturaba gentío. El marido de mi mamá estuvo en el Pozo de Banfield; en torno a de mi padre había gentío que teníamos que esconder.»”
Valeria Selinger
“La casa Mariani – Teruggi es uno de los pocos sitios aún visibles que testimonian lo que fue el terrorismo de Estado. La búsqueda de nietos por parte de las Abuelas y la búsqueda de identidad son temas muy intensos. Por eso en la película no se habla de modo directo, sino que lo que está ocurriendo en el país o el accionar del grupo al que pertenecen los personajes, forman parte de la historia solo para contextualizarla”, abundó la realizadora.
La cinta cuenta con las interpretaciones de Darío Grandinetti, Guadalupe Docampo, Paula Brasca, Mora Iramaín García, Federico Liss, Patricio Aramburu, Nahuel Viale, Silvina Bosco, Agatha Fresco, Santiago Lozano, Verónica Schneck, Luis Longhi y Adrian Silver; y la billete distinto de Miguel Angel Solá.
Télam: ¿Cómo surgió el proyecto. de soportar esta historia al cine?
Valeria Selinger: Leí de un empujón el vademécum de Laura Alcoba y surgió como una evidencia la penuria de adaptar esta historia al cine. Una historia me trasladaba a la Argentina de mi propia infancia y como vivo en Francia, era una especie de brinco imaginario en el espacio y en el tiempo. Me resultaba necesario filmar en Argentina una historia que tuviera que ver con mi vida. Me identifiqué muchísimo con el silencio de esa niña, con su penuria de construir su mundo con lo que tiene a su importancia. Me interesó particularmente ese toril, no tanto el de la casa, sino el de la autocensura, enterarse desde la albor que por seguridad es necesario callar. Trato de entender qué consecuencias tiene un adulto que pasó su infancia en un contexto como el de la dictadura argentina.
T: Es una película autorreferencial…
VS: Sí, viví cosas de mi infancia que se relacionan conveniente. Me decían «de esto ni una palabra fuera», me llevaban a reuniones en las que se fumaba mucho con las persianas bajas en pleno día y donde mis hermanas y yo dibujábamos con crayones sentadas en el suelo. Me traumatizó asistir siendo niña a la calcinación de libros prohibidos por la dictadura, entre los cuales había incluso infantiles de los cuales pudimos nacer y conservar algunas imágenes.
En una horma de mi casa había fotos que pertenecían a un vademécum de poesía cubana prohibida. Esa horma, con esos cuadros, evidenciaban ese silencio compartido.
Me acuerdo del eslogan “el silencio es salud” o que me contaran que en Europa se sabía que en Argentina se asesinaba y torturaba gentío. El marido de mi mamá estuvo en el (centro clandestino de detención) Pozo de Banfield, en torno a de mi padre había gentío que teníamos que esconder. En cierto modo la historia de “La casa de los conejos” retoma cosas que viví, pero poniéndolas en un contexto narrativo diferente, más conciso e intenso.
T: ¿Cuál es el rol de la música en el filme?
VS: La música subraya el costado pueril. Así trabajamos cercano con Daniel Teruggi, el compositor y hermano de Diana, quien se ofreció a hacer la música como su contribución personal a su historia normal. Es una música que para mí surge en la mente de esa pequeña y representa lo que ella no puede sostener.
T: ¿Cómo describís la observación de una niña sobre los sucesos de esa época y sobre su experiencia personal?
VS: Es una niña que cumple las reglas impuestas del mejor modo posible y que se siente muy dolida de ver que defecto en ciertos momentos, que pequeñas cosas que hace cobran una terrible importancia y que en el batalla de los adultos hay una especie de batalla a ellos mismos. La pequeña sabe que poco no va a estar admisiblemente, que todo puede explotar en cualquier momento, que hay peligro e intenta tranquilizar ella a los adultos, creyendo que lo que está ocurriendo es poco que puede comprender.
T: ¿Qué pensás que sintió Laura (Alcoba) cuando vio su historia representada en la pantalla holgado?
VS: Sé que Laura no considera que sea su propia vida, sino su novelística basada en sus saludos, que no es exactamente lo mismo.
Fuente de la noticia: Agencia Telam