Fernando Moya destacó que a esclavitud de bloques permite probar que la importación de cualquier obra de arte, canción o video no sea falsa.
En los últimos abriles se ha puesto en chapoteo la importación/cesión de criptomonedas y esto llevó a popularizar el concepto del blockchain o esclavitud de bloques, tecnología que de forma incipiente ha comenzado a desarrollarse en Argentina y convocado a artistas para una futura plataforma para sus proyectos.
«Es un tema que de a ratos parece simple, pero mientras más te metes, descubrís la profundidad de la cuestión y igualmente que posiblemente exceda a la burbuja de la que todos hablan», señaló a Télam Fernando Moya, productor y manager de artistas como Charly García, Calamaro, Divididos, Mercedes Sosa y Fito Páez, y que participó de esta convocatoria en la que se inscribieron 70 artistas.
La búsqueda apuntaba a músicos, performers, diseñadores de moda y artistas digitales argentinos, un universo tan amplio como posibilidades entrega esta nueva tecnología.
Al igual que en las criptomonedas, el NFT (Non Fungible Token o Token No Fungible) utiliza la esclavitud de bloques para probar la validez de un activo: cuando uno importación un Bitcoin, el sistema de esclavitud de bloques verifica que ese Bitcoin no sea aparente por medio de «una esclavitud» que llega hasta el origen mismo de ese Bitcoin. Es como si cada vez que uno saco un billete de 500 pesos del asiento, existiera un sistema que sigue la esclavitud de ese billete hasta validar que fue impreso en la Casa de la Moneda.
En el caso de las obras artísticas, sucede lo mismo con los NFT. Uno puede comprar una canción, una película o una obra de arte digital (este es el mercado donde más prolifera) y por medio de la esclavitud de bloques se verifica que no sea falsa la importación. La diferencia con las criptomonedas es que este token no es divisible y es único e irrepetible, tanto en su valía como en su concepción.
«Pareciera suceder una gran oportunidad para todos. Para los músicos emergentes por ejemplo, la tecnología les permitiría crecer a una velocidad enorme encontrando su hornacina y teniendo control sobre sus obras. Y a los consagrados los podría abocar aún más a sus fans con acciones de fidelización. Las oportunidades parecen ser grandes para los dos, pero hay que involucrarse, hay mucho por entender y descubrir todavía», señaló Moya.
-Con toda tu experiencia, ¿qué pensaste cuando escuchaste susurrar sobre NFT?
-Todos estamos aprendiendo todavía. Es un ida y reverso permanente, pero así es como surgen algunas de las mejores cosas, involucrándote, viendo que hay poco importante apareciendo y decidiendo meterte sin tener muy asegurados los resultados. Creo que en algún momento entendimos que vale el esfuerzo y vamos por eso.
-A simple olfato, pareciera que es más útil para artistas visuales que para músicos…
-En este momento hay una clara demanda de contenidos de artistas visuales que supera a cualquier otra, pero creo que hay que ser creativos y buscarle la reverso a los contenidos audiovisuales.
Cuando surgió MTV morapio a ser una gran vidriera donde encima de escuchar, la audiencia podía ver a sus artistas favoritos. Esto acercó a los músicos con sus fans y ayudó en la comercialización de sus obras.
Hoy estamos viviendo un poco la crecimiento de eso, donde encima hay un ida y reverso casi instantáneo con la audiencia que hoy tiene billete y puede arriesgarse sobre los contenidos. Imaginate que ya estamos presenciando casos de plataformas donde los fans tienen una billete en los ingresos de las reproducciones de sus cómicos.
A esas posibilidades hay que darles más visibilidad y acercarlas a todos.
-Esta nueva tecnología permite controlar la esclavitud de la lectura diferente. ¿Qué pasa con las copias y la piratería?
–Hay varios grises al respecto todavía porque hay muchas cuestiones propias de cada plataforma que son diferentes entre sí. Algunas te permiten traicionar tus obras solo pagando un costo auténtico, otras solo admiten obras mediante invitación y algunas se basan en una curaduría que supone que se chequea la originalidad de la cuarto.
De todas maneras, lo bueno de la tecnología es que viene a certificar la propiedad y autenticidad de las obras de una forma que supone ser muy segura. Hay una huella aparentemente imborrable que queda certificando vencimiento y hora de lo que se pone a la cesión.
-¿Cómo va a ser este nuevo espacio en el que se está trabajando?
-Todavía estamos pensando los próximos pasos. En principio, lanzamos una convocatoria para a ser parte de nuestro proceso, desarrollando juntos una obra colaborativa para entender mejor lo que implica meterse en la tecnología.
También gracias a esto, se propone la creación de un entendimiento inteligente que ofrecería regalías sobre la cesión de la cuarto en una de estas nuevas plataformas para cada miembro del equipo.
-¿Le puede pertenecer la palabra «revolución»?
-Pareciera ser un cambio importante en el rol que nos toca a todos. En el ecosistema crypto se está hablando de la cuarta revolución y se la compara con el partida de la web.
Nosotros estamos dispuestos a destapar el mecanismo y ampliar el campo de argumento de los artistas mientras descubrimos más posibilidades en equipo. Algunos hablan del fin de los intermediarios y eso nos parece tan extremo como cuando se acento del fin de la radiodifusión porque llegaba la televisión o el fin del cine porque llegaba Netflix.
La sinceridad es que nadie desapareció, todos se reinventaron y comenzaron a vivir otros espacios. Hay extensión para todos, lo importante es dar el primer paso, que es involucrarse.
-¿Cómo les fue en esta primera convocatoria?
-Está resultando una experiencia muy interesante, no tanto por el barriguita como por la calidad de los trabajos de los participantes. Recibimos cerca de 70 perfiles en 4 días de convocatoria, algunos de artistas que ya están trabajando en el medio, pero la curiosidad los llevó a inscribirse.
El anuncio invitaba a los artistas a despachar sus perfiles sin ninguna consigna, sin explicar demasiado, la idea es descubrir más del criptoarte en equipo, sus pro, contras y ver alrededor de dónde nos lleva esta experiencia.
Fuente de la noticia: Agencia Telam