El lunes pasado, la ciudad de Rojas ocupó el centro de la agenda mediática cuando sus habitantes protestaron frente a la comisaría municipal luego del femicidio de Úrsula Bahillo, la joven que había denunciado a su agresor y que, tras su última presentación en la policía el viernes 5 de febrero, fue asesinada a puñaladas.
Rojas se ubica al noroeste de la provincia de Buenos Aires, a 240 kilómetros de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, a la vera de la Ruta Nacional 188. Allí la actividad agropecuaria es protagonista de la economía local, así como la agroindustria y la siembra de cereales.
Un número importante de los 19.000 habitantes de Rojas se presentó en la noche del lunes en la sede policial para reclamar por la falta de una respuesta institucional a las denuncias que Úrsula Bahillo realizó en los últimos meses, cuando ya presumía su trágico final.
De acuerdo a la reconstrucción de lo que resultó el femicidio de la joven, su exnovio Matías Ezequiel Martínez, de 25 años y efectivo de la policía bonaerense con licencia psiquiátrica desde septiembre, la llevó en su auto hasta Guido Spano, al sureste de Rojas. Allí, en una zona de pastizales, se encontró el cuerpo de Bahillo con múltiples heridas de arma blanca.
El lugar donde encontraron el cuerpo de Úrsula
Tras un llamado al 911 de un tío de Martínez, al que le habría confesado lo ocurrido, los efectivos de la policía se dirigieron hasta el punto señalado en la comunicación telefónica y en el paraje Guido Spano encontraron el cuerpo de la joven.
