El Circo de Aire, un clásico para disfrutar a cielo abierto en las noches de Villa Gesell
VILLA GESELL.- Muchos que hayan veraneado en Villa Gesell los últimos años recordarán con devoción al Circo del Aire, la compañía que cada verano levanta su estructura al aire libre en el predio municipal ubicado en la Avenida 3 y Paseo 113 para convidar todo su humor, acrobacias, música y teatro en vivo sin carpa y a la gorra. Un espectáculo maravilloso que parece sacado de La Strada de Fellini.
Quienes circulen por allí en estos días, descubrirán entre la copa de los pinos las candilejas que dibujan la palabra aire, al igual que el cartel donde se anuncian las funciones diarias, a las 21.30 y 23 horas.
Por tratarse de un espacio abierto y muy amplio, en las temporadas “regulares” el Circo del aire convoca unos 250 espectadores por función. Su capacidad no se vio restringida en tiempos pandémicos, aunque fue ajustada a un protocolo por el cual las gradas están más distanciadas, los espectadores se agrupan en burbujas y el ingreso es con barbijo y alcohol en las manos.
La función comienza desde el momento de la fila, y una vez que los artistas acomodadores acompañan a cada familia a ubicarse en las gradas, los presentadores/payasos Martín Orchessi y Martín Fratini serán los encargados de brindar su amable bienvenida al público, y entre juegos, sketches y gags de humor darán paso a una reprise tras otra siempre en un marco de música y fiesta cirquera.
La función dura poco más de una hora, tiempo en el que también desfilarán por la pista la acróbata Nadia Verón y su rutina aérea con aro; el acróbata Osvaldo Ortiz, tercera temporada en el Circo del Aire y los talentosos acróbatas Alejandro Aquino y Martín Puyol, que este año se incorporaron al Circo del Aire con un arriesgado número de báscula, suerte de subibaja que les sirve de plataforma de lanzamiento para impulsarse y tirar increíbles saltos voladores que harán aullar al público, al ritmo de un swing de los años 20 que remite al circo tradicional, cuando la función alcanza su punto más alto.
Luego será el turno de una reprise de improvisación muy bien lograda por Orchesi y Fratini y hacia el final del show, llegará un nuevo número de acrobacia moderna a cargo de Nadia Verón y Osvaldo Ortiz junto a Alejandro Aquino con intervenciones de Martín Puyol hasta desembarcar el último gran acto de pasar la gorra para lograr que el público deje su colaboración monetaria con una sonrisa, saludo final y despedida a cargo de María del Aire y el elenco en su conjunto.
“Dudamos un montón si hacer las funciones este año, pero cuando supimos que podíamos hacerlo con estos cuidados elegimos venir más allá de todo. Esa es la elección que hacemos cada año. Elegimos hacer un circo, elegimos ser muchos, elegimos trabajar a la gorra, elegimos tener una buena infraestructura con luces y sonido; principalmente elegimos hacernos ese regalo a nosotros y al público mientras estamos vivos, fuertes, jóvenes, con ganas y empuje. Lo hicimos con un espíritu muy aventurero, siempre con la felicidad bajo la manga, que es la gran aliada de este proyecto”, cuenta María del Aire, creadora, productora y directora artística del Circo del Aire, que este año cumple su 12° temporada consecutiva en la Villa.
Experiencia en acrobacia
Se sabe, los circos siempre atesoran buenas historias, y el Circo del Aire no es la excepción. Formada como artista en la escuela de Circo de Río de Janeiro, María del Aire se ha perfeccionado también en España y Argentina indagando en las técnicas de acrobacia aérea, tela, cuerda, trapecio, trapecio a vuelo y cuerda marina. Formó parte del Circo da Madrugada (Brasil/Francia); Circovachi (Argentina); Las artes del cielo (España) y participó en varias agrupaciones independientes y circos tradicionales como Orlando Orfei (Brasil/Argentina), Le Cirque (Brasil/Argentina), Circo du Paris (Argentina), Circo Nikita de Moscú (Perú) o Voltf Cirken (Perú). Es mamá de Nati Bordesio -su hija mayor acróbata hoy devenida fotógrafa- e Indala, que desde los 4 años hace trapecio y acrobacias varias en el circo.
Más allá de la temporada de verano, durante el resto del año el Circo del Aire es un espacio de creación, investigación y entrenamiento ubicado en el barrio de San Telmo. Una casa de artistas abierta para el desarrollo de las artes escénicas que funciona como una cooperativa de trabajo (y de vida). Un espacio con talleres, de intercambio y de expresión. Allí también funciona una sala preparada para obras de circo, acrobacia aérea, clown y de teatro.
“Además de ofrecer un espectáculo de circo para toda la familia, queremos mostrar otras formas de consumir o de crear espectáculos y cultura. Al finalizar cada función siempre le digo al público: Este espacio es de ustedes, y depende un poco de ustedes que esto siga existiendo. Todo lo que tenemos de infraestructura sale de la gorra, no hay nada que hayamos comprado con un dinero que no sea de la gorra, del cual una parte nosotros lo invertimos en infraestructura. El Circo del aire fue creciendo junto con el público que lo fue apoyando. Acá todos sabemos que no es venir a hacer tu número y listo. Es estar en un estado de presencia en todo momento, es crear junto a otros, y es formar parte. El Circo del Aire se fue creando a sí mismo año tras año”, concluye su directora.
Dónde verlo. En Av. 3 y Paseo 113 (Villa Gesell). Funciones todos los días, a las 21.30 y 23. Entrada a la gorra. Facebook: /Circo-del-Aire Instagram: @circodelaire
Alejandro RapettiConforme a los criterios deMás información
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Fuente de la noticia (La Nacion)