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Antes de la final, las miradas estaban encima de jugadores determinantes como Robert Lewandowsky, Neymar, Serge Gnabry y Kylian Mbappé. Pero quien también apareció y fue uno de los pilares de esta sexta conquista de Bayern Munich fue su arquero: Manuel Neuer. El arquero de la selección alemana fue uno de los jugadores vitales que tuvo el equipo bávaro en el triunfo sobre PSG por 1-0 y se convirtió otra vez en el verdugo de los argentinos.
Al igual que en la final del Mundial de Brasil 2014, Neuer dejó con las manos vacías a los jugadores de nuestro país. Tal como sucedió hace seis años en el Maracaná, esta vez en Lisboa lo sufrieron Ángel Di María, Leandro Paredes y Mauro Icardi, que no tuvo minutos, pero lo vio desde el banco. Y ni qué hablar de Lionel Messi, que en los cuartos de final de esta competición lo sufrió en la histórica goleada de Bayern Munich sobre Barcelona (8-2).
El partido de Neuer frente a PSG
Fue el cerrojo del arco del campeón. En los peores momentos por los que pasó su equipo durante la final, apareció con un par de atajadas cruciales. Con las manos, con las piernas, con su presencia y hasta saliendo desde abajo. Neuer demostró una vez más por qué es uno de los mejores arqueros del mundo.
Neuer, de 34 años, conquistó este domingo su título 21° con Bayern Munich, club al que llegó hace nueve temporadas, en 2011, proveniente de Shalke 04. En concreto, el capitán consiguió 8 Bundesligas, 5 Copas de Alemania, 4 Supercopas de Alemania, 2 Champions League (la primera en 2012/13), una Supercopa de Europa y un Mundial de Clubes de la FIFA.
Fuente de la noticia (La Nacion)
