Claudio Mauri Comentar (0) Me gusta Me gusta Compartir E-mail Twitter Facebook WhatsApp Guardar 17 de agosto de 2020 • 10:18
Aunque se hayan tomado un par de días para la introspección y elaborar el duelo fuera de la escena pública, las autoridades de Barcelona igual deben salir al cruce de las esquirlas derivadas de la implosión del 8-2 que le asestó Bayern Munich. En el atardecer del domingo, voceros del club se comunicaron con medios deportivos catalanes para desmentir la información del sitio Esporte Interactivo, que daba cuenta de que Lionel Messi "buscaba una salida inmediata de Barcelona, disconforme con la planificación deportiva", y que la decisión ya se la había transmitido a los dirigentes. El medio citó una fuente cercana al capitán, según la cual "nunca había visto a Messi tan fuera del Barça como ahora"
Crisis en Barcelona: el entrenador Quique Setién fue despedido
¿Alcanza esta reacción del club para asegurar que Messi, a quien le queda un año de contrato, estará el sábado 12 de septiembre vestido de blaugrana para comenzar la Liga de España? La existencia del club catalán es por estos días un thriller en el que todo es provisional e inestable, salvo la destitución del director técnico Quique Setién, que anoche fue confirmada por el presidente Josep Bartomeu a la cadena Cope. El mismo camino que el entrenador cántabro seguiría el secretario técnico Eric Abidal, con quien Messi se enfrentó cuando le pidió nombres a la acusación de que en el plantel había jugadores que no se entrenaban a fondo.
Lo que quiera hacer Messi de su futuro, si es que lo tiene decidido, no traspasó los muros de su residencia de Castelldefels. Hermético en los momentos de euforia, el rosarino lo es mucho más ahora que debe asimilar la derrota más humillante de su carrera.

Estos últimos meses, de pandemia y de reanudación de la actividad futbolística, operaron como un tsunami sobre la realidad que venía parado Messi desde hace varios años. De repente, dentro y fuera de la cancha, el paisaje se transformó. Un movimiento del N° 10 a otro club implicaría una ingeniería económica que nadie puede asumir por la aguda recesión que causa el virus. Todos ajustan sus presupuestos, no es época de despilfarros. El diario inglés The Mirror informó que Manchester City estaría interesado. La cláusula de rescisión para llevárselo ahora es de 700 millones de euros, mientras que a partir de enero, Messi puede negociar su salida a otro equipo sin dejarle un euro a Barcelona.
Su aceptación de bajarse el sueldo durante la pandemia fue algo más que un gesto: fue un respirador artificial para un club ahogado económicamente para afrontar su contrato, de 99,6 millones de euros brutos al año, según informó L'Equipe, aunque otros conocedores de las finanzas del club cifran sus ganancias en 160 millones cada 12 meses.
Barcelona: habría una "limpieza" del plantel y están los apuntados para irse
Nadie, ni Manchester City ni París Saint Germain, denominados clubes-estados por la inyección monetaria que reciben de Abu Dabi y Qatar, respectivamente, se embarcarán en semejante operación. Tampoco habría manera de hacerlo sin violar el Fair Play financiero de la UEFA, que obliga a mantener una equilibrada ecuación entre los ingresos y los gastos.
La paliza del Bayern Munich le corrió el velo a otro desfase: el futbolista mejor pago del mundo tiene 33 años y en el estadio Da Luz caminó la cancha como un veterano, a contramano de la intensidad y de la velocidad en precisión que vienen mostrando los semifinalistas de la Champions League. El partido fue una vibrante película que a Messi le pasó delante de los ojos. Casi nunca pudo ser protagonista, justo él, que durante años entregó actuaciones memorables.
Con todo derecho, Messi les exige a los dirigentes de Barcelona un proyecto deportivo consistente y ambicioso, que le permita seguir ganando títulos. Para él es una afrenta a su orgullo competitivo cerrar una temporada sin títulos después de 13 años. La época dorada de Barcelona y de Messi fue cuando Txiki Begiristain y Andoni Zubizarreta ocuparon la secretaría técnica durante 12 años. En los últimos cinco, a partir del título de la Champions League 2015 como canto del cisne, ocho nombres se amontonaron sin un criterio claro en la comisión técnica.
Los clubes que son referencia en Europa apuntan a un perfil de futbolista -joven, dinámico, versátil y que no cueste una fortuna- que Messi no encarna por haber pasado los 30 años, ser caro y desligarse de tareas que son de implicación colectiva. En este derrumbe de Barcelona a Messi le cabe el papel de fiscal acusador hacia los desaguisados que cometió el club, pero negará la otra parte de la realidad si no hace una autocrítica e ignora hacia dónde va el fútbol, que en el alto nivel lo acaba de correr a un costado, lo dejó en la cuneta.

El diario El País cita las palabras que un representante que trabaja en el mercado alemán le escuchó a Guardiola: "Pep me avisó hace un tiempo que el fútbol que se venía era muy físico, de mucha velocidad, y que en Europa, si no corrías, con la técnica no te alcanzaba".
Jorge Valdano también observa un viraje respecto del juego de posición, posesión y presión de Barcelona que muchos intentaron emular: "Diez años después, los imitadores nos muestran versiones mejoradas de aquella matriz. Equipos que aumentaron la precisión en velocidad, lo que le pone acento a la técnica individual. Equipos con una gran movilidad, lo que pone en valor la preparación física. Equipos con un funcionamiento armonioso en el ida y vuelta, lo que nos habla de una mayor sofisticación táctica. Equipos convencidos que juegan con una enorme decisión, lo que nos habla de una buena mentalización".
Por eso, Messi deberá responderse más de una pregunta. ¿Está dispuesto a hacer el esfuerzo y los ajustes que necesitará para seguir siendo el mejor del mundo? ¿Quiere quedarse para liderar la renovación impostergable que necesita el equipo? Si levanta campamento, al margen de lo futbolístico, ¿encontrará alguna otra ciudad del mundo que le permita trasplantar la vida familiar que tiene tan arraigada en una Barcelona en la que se siente un habitante de toda la vida? ¿En su cabeza ya ronda la idea de bajarse de la alta competencia para que el fútbol pase a ser un complemento de una experiencia de vida en la MLS de los Estados Unidos?
El 8-2 de Bayern Munich, corolario de una decadencia que se veía venir, fue algo más que un resultado deportivo. Para Messi fue la constatación de que hay una nueva normalidad que lo interpela como nunca antes.
Por: Claudio Mauri ADEMÁS
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Lionel Messi FC BarcelonaFuente de la noticia (La Nacion)