Ricardo Zielinski: el verdugo de River al que no le gusta el morbo y que dirigió más de 400 partidos
Juan Patricio Balbi Vignolo SEGUIR
De un lado, Ricardo Zielinski, un técnico experimentado de 60 años con más de 25 de experiencia, pasos por 16 equipos entre el ascenso y la primera división y 457 partidos dirigidos. Del otro, Marcelo Gallardo, un exitoso entrenador de 44 años que triunfó en los dos clubes que dirigió y hoy todavía sigue compitiendo al máximo nivel en un ciclo que está cerca de llegar a sus seis años. Ambos son dos de los DT más respetados y valorados del fútbol argentino y este sábado protagonizarán el partido que puede definir la Superliga: Atlético Tucumán intentará aguarle la fiesta a River, que vuelve a tener enfrente a un viejo verdugo que no le trae los mejores recuerdos.
La vida de Zielinski como entrenador tuvo un antes y un después en 2011, durante su histórico ciclo en Belgrano de Córdoba de cinco años y medio. La recordada promoción que posibilitó el ascenso de Belgrano y mandó a la B a River lo marcó a fuego y forjó la imagen ganadora de un personaje que siempre será especial para el fútbol argentino.
Mientras en Núñez se lo mira entre la indiferencia y la bronca por aquel fatídico 26 de junio, en La Boca se lo aplaude cada vez que visita la Bombonera por el recuerdo de aquella tarde que marcó un antes y un después en el fútbol nacional. Y hoy todo el mundo xeneize vuelve a depositar una esperanza en él: necesita que su Atlético logre al menos empatar ante el Millonario en Tucumán para que el conjunto de la Ribera pueda salir campeón ganándole al Gimnasia de Maradona en la última fecha.

Más allá de eso, el "Ruso" nunca estuvo cerca de transformarse en una figura controvertida. Sin optar por un discurso burlón, lejos de entrar en polémicas o intentar ganarse a la hinchada con alguna declaración chicanera, el DT suele ser muy medido a la hora de enfrentar los micrófonos.
Así, después de lucharla mucho tiempo desde su debut en Ituzaingó como DT en el ascenso en 1994, durante los últimos nueve años se destacó y se afianzó en Belgrano y Atlético Tucumán, haciendo crecer al fútbol del interior. Y, más allá de un pequeño traspié en Racing, donde apenas en dirigió 14 partidos, se ha ganado un fuerte respeto de todo el ambiente del fútbol argentino en base a trabajo, bajo perfil y buenos resultados.
"Siempre hay un morbo en la Argentina que yo trato de no alimentar. Lo único que hicimos en 2011 con Belgrano fue ir a ganar un partido para lograr nuestro objetivo, sin dañar a nadie. River es una institución enorme. Sea River o cualquiera mi rival yo trato de ganarle a toda costa", suele reconocer el técnico en sus entrevistas al hablar sobre el partido que impulsó al máximo su carrera. Pero el morbo, por estos días de definiciones entre los dos equipos más grandes del país, solo crece y crece.
Antes de aquella promoción, la última vez de Zielinski en el Monumental había sido con Chacarita en 2009, después de lograr el ascenso a primera: perdió 4-3 en la segunda fecha del Torneo Apertura en una tarde recordada por un gran gol de Ariel Ortega y el regreso de Matías Almeyda al fútbol profesional después de tres años de retiro. Paradójicamente, luego Almeyda, junto con el Ruso, terminaron siendo dos de los protagonistas centrales del descenso y el posterior ascenso de River.

Tras aquella promoción hace casi nueve años atrás, hubo otros dos cruces decisivos entre Zielinski y River, ambos ya con Atlético Tucumán: la final de la Copa Argentina en diciembre de 2017 y los cuartos de final de la Copa Superliga en mayo de 2019. En el primero, festejó el equipo de Gallardo con un 2-1 en Mendoza en un duelo que terminó siendo fundamental, ya que al ser bicampeón de la Copa Argentina pudo ganarse el boleto para jugar a los tres meses la Supercopa Argentina que le ganó a Boca.
Pero, en el segundo, el conjunto tucumano se hizo fuerte en su casa para ser uno de los ocho equipos que pudo doblegar al River de Gallardo en cruces de eliminación directa: lo venció 3-0 en Tucumán y luego se quedó con la serie al perder 4-1 en el Monumental y hacer valer el gol de visitante. Así, el Decano le arrebató una de las 12 series que perdió de las 65 que disputó desde que se inició el ciclo del Muñeco, en 2014.
Por fuera del último recuerdo que genera ilusión tanto en tierras tucumanas como en La Boca, el historial entre ambos en torneos locales le hace un guiño al equipo de Núñez para mirar con optimismo hacia adelante: jugaron seis partidos, con cuatro triunfos de River y dos empates. Además, durante el ciclo Gallardo, se produjo una igualdad como local (2-2 en la Superliga 2017/18) y dos éxitos millonarios como visitante. El primero fue 3-0 en el Torneo 2016/17 con Pablo Lavallén como entrenador rival y el segundo fue 1-0 en la pasada Superliga, ya con Zielinski en el banco del Decano, al que arribó a mediados de junio de 2017.
Cerca de cumplir los tres años en un ciclo histórico para Atlético, y luego de quedar eliminado recientemente de la Copa Libertadores sin poder acceder a la etapa de grupos, el avezado entrenador ya se acostumbró a afrontar instancias decisivas. Pero, una vez más, River vuelve a cruzarse con su gran verdugo. Y tanto en Tucumán como en Boca esperan que parte de la historia se pueda volver a repetir.
Por: Juan Patricio Balbi Vignolo ADEMÁS
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