Mendoza: crearán un banco para ahorrar en vino
Una novedosa iniciativa oficial para asistir a productores viñateros, más allá de los créditos para acarreo y cosecha, se pondrá en marcha en Mendoza: se trata de la creación de un "Banco del Vino".
El objetivo de esta herramienta financiera es ahorrar en sobrestock de cada año con una renta vinculada a la inflación, menos el crecimiento del precio del vino. Sin embargo, en el sector hay reparos y dudan del éxito del instrumento.
Esto fue anunciado por el gobernador Rodolfo Suárez como parte del Plan Vitivinícola 2020 sobre financiamiento para el sector. Se trata de 1250 millones de pesos que permitirán mantener acotados los stocks vínicos para darle mayor previsibilidad y rentabilidad a toda la cadena de valor, según el gobierno provincial, atendiendo especialmente al productor primario.
Se focalizará en tres acciones de política vitivinícola. La primera será el crédito de cosecha y acarreo, a través del Fondo para la Transformación y el Crecimiento y del Banco de la Nación Argentina para productores vitícolas de la provincia de Mendoza (con un presupuesto de 850 millones de pesos). La segunda acción apuntará al Programa Anticipo de cosecha para productores y contratistas de uvas con destino a mosto (con un presupuesto de 400 millones de pesos), mientras que la tercera es la puesta en funcionamiento del "Banco del Vino".
De acuerdo con las autoridades del Ministerio de Economía de la provincia, la medida permitirá que los productores o bodegas que tengan vino, en forma voluntaria lo atesoren y queden "autobloqueados" a través del Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV). De esta manera, se les abonará una utilidad, como una especie de plazo fijo semestral, con el fin de que esos litros no se vuelquen al mercado de manera innecesaria y provoquen impacto negativo en el precio del producto.
El primer interés se pagará a mitad de julio y el otro a mitad de enero del siguiente año.
Esta iniciativa comenzaría a operar luego de concluida la cosecha y busca "inmovilizar" 120 millones de litros. "Una vez con los números cerrados de la elaboración, ver cuánto vino disponemos, cuál es el excedente que termina quedando, ahí se lanza el programa para tentar a los tenedores de vinos para que puedan ingresar a este esquema", explicó el jefe de Gabinete del Ministerio de Economía, Alfredo Aciar.
"Queremos generar un instrumento financiero de modo que se haga un colchón, una reserva que sería puesta por todos aquellos productores, elaboradores o bodegueros que quieran ahorrar en vino a cambio de una renta mínima que se le aseguraría, a partir de este instrumento, por parte del Estado", aclaró el funcionario.
El incentivo se "gatilla" en caso de concretarse el objetivo del corte mínimo de los 120 millones de litros. Caso contrario, el sistema no se dispara. "Mantendría los stocks vínicos acotados en niveles que sean lógicos, con un precio rentable para el productor, que es lo que estamos buscando para darle mayor rentabilidad al sector", destacaron en Economía.
Asimismo, desde el gobierno provincial indicaron que con la medida se pretende generar una reserva de vino para cuando se presenten problemas climáticos o sanitarios que inciden en la disminución de la cosecha. Se evitará, además, como ha ocurrido en algunas oportunidades, que se importe vino de países como Chile.
"Durante el período que se inmovilice el vino se pagará o asegurará una renta a la persona que inmovilice ese vino tinto, que estará en función de la evolución de la tasa de inflación general medida por el Indec menos lo que suba el vino tinto o el promedio del ponderado en el registro de la Bolsa de Comercio en ese mismo período", aclaró Aciar.
En diálogo con LA NACION, Gabriela Lizana, titular de la Asociación de Productores del Oasis del Este de Mendoza (Aproem), dio su postura sobre los alcances de la herramienta financiera, poniendo en duda el efecto que tendrá en el sector.
"La historia nos indica que cada vez que se ha pretendido sacar el supuesto sobrestock de vinos con intervenciones parciales del Estado, las medidas fracasan. Lo cierto es que ahora si no se llega a un volumen de 120 millones de litros la medida no se instrumenta. Los productores en general venden la uva ahora, por eso la medida difícilmente logre impactar en los precios de las uvas en el corto plazo. Y para quien tenga o haga vino difícilmente entre los sectores más débiles de la cadena se piense en guardar en el banco de vinos", indicó la productora.
"Estamos súper desfinanciados y lo que queremos es vender. Entonces habrá que ver quién utiliza la medida y, en ese caso después y apostando a que tenga efecto y levante un poco el precio, ver quiénes tienen vino para venderlo a mejor precio. El problema de nuestra industria es multicausal. Pero la falta de transparencia en la cadena y en el mercado de vinos opacan constantemente las medidas que se toman", explicó Lizana, quien mostró su preocupación porque aún se incentiva la reconversión a tintos y se sigue permitiendo la implantación de nuevos viñedos.
"La industria vitivinícola argentina está llena de incoherencias que potencian la concentración y la exclusión de pequeños y medianos productores y elaboradores de la cadena", concluyó.
Por: Pablo Mannino ADEMÁS
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Fuente de la noticia (La Nacion)