Lange, sobre el futuro de la Argentina: «Pondría un plan de educación a 30 años, intocable»
Claudio Cerviño SEGUIR
Hombre de mundo por su actividad y su profesión (arquitecto naval), Santiago Lange tiene una mirada profunda sobre la Argentina y sus necesidades. Y también es versátil: da charlas en las empresas y hasta colaboró como asesor con el equipo de polo de Ellerstina , uno de los mejores del mundo.
-¿Qué te gusta de la Argentina?
-Principalmente que es mi lugar, mi país, nuestra gente. Uno se siente cómodo acá. Amo vivir en la Argentina. Es mi lugar, así de fácil.
-¿Y qué no te gusta?
-Que podríamos ser mucho mejores que lo que somos. Eso me da pena. Nos sobran recursos, desde humanos hasta físicos del país, y me da mucha impotencia no tener la nación que podemos tener.
-¿Qué harías para cambiarlo? Imaginá que tuvieras el poder para concretarlo.
-Primero, apostaría por la educación, ciento por ciento. Es el inicio de todas las cosas. Pondría un plan a 30 años, intocable, de la educación. Y después trataría de generar mucha paciencia. Hay que tener paciencia porque hay ciertos valores fundamentales que se están perdiendo, y cambiarlos lleva tiempo. Hay gente a la que se le acabó la paciencia y tiene razones para ello, pero si no pasamos por esa etapa, nunca vamos a cambiar.
-En estos años estás dando charlas en las empresas, una nueva experiencia.
-Es espectacular. Me baso en un menú: formación de equipo, planificación. Depende lo que necesite la empresa, por ese lado encaro. Trato de contar historias. Es un lindo ejercicio. Aprendo, conozco gente súper interesante. Me retroalimenta. Este año ya les hablo de Tokio 2020 porque nos lleva a debatir lo que hay que cambiar, las pequeñas decisiones que uno va tomando. Ojo, no es una charla de autoayuda. La gente a veces saca conclusiones que ni uno mismo había sacado sobre esa experiencia.
-Y también pasaste por otro deporte. Conociste el polo de alto handicap desde dentro en tu etapa con Ellerstina.
-Sí, fue una experiencia inolvidable, me dejó excelentes relaciones y pude tomar contacto con la base de un deporte que tiene cierta comunión con el yachting. Ambos dependen de una máquina. El polo, de una máquina viva, que es el caballo, un mundo fascinante por su psicología y su preparación. Y nosotros dependemos de una embarcación, que es un objeto, pero a la vez son determinantes factores vivos, como el viento y el mar. Trabajé muy a gusto con los Pieres y con esa gran organización.
Por: Claudio CerviñoFuente de la noticia (La Nacion)