River-Boca: la primera reventa fue la propia mudanza
River-Boca: la primera reventa fue la propia mudanza
La mudanza de la segunda final de la Copa Libertadores 2018 a Madrid no fue suficiente para liberar al partido de determinadas batallas. Incluso el propio traslado generó una dinámica de fastidio intrínseca al nuevo escenario: cómo acceder a los tickets. Ante la imposibilidad de conseguirlos, más allá de que esta vez la Conmebol extrañamente fue clara en su comunicación, el asunto pasa por cómo moderar la furia al observar los valores que se pagan en reventa.
Se tratará de un partido jugado por equipos argentinos, organizado por sudamericanos e implementado por europeos. Hay una particular combinación explícita de desconfianza, costumbres y modos de atravesar el proceso de adquisición de tickets. La principal diferencia es que las únicas entradas que se retirarán físicamente en Madrid serán las que compraron los hinchas argentinos en la Argentina, un proceso a cargo de los clubes previa identificación de cada comprador.
La mayoría de los tickets para el partido en el Santiago Bernabeu serán aquellos descargados en los teléfonos móviles de por lo menos 40 mil espectadores (supuestamente divididos en 20 mil de River y Boca) que habrán sido identificados durante todo el camino digital que atraviesa cada una de las entradas. No es menor la diferencia, porque explica mucho sobre cómo es el fútbol en la Argentina y en Europa: la manipulación de entradas físicas es la que facilita la oscuridad de la que sabiamente desconfía el fanático y habilita a los negocios millonarios de los barras. El problema es doble: las impresoras, además, no preguntan si lo que despiden por su bandeja son entradas verdaderas o falsas.
El fútbol argentino, también el Sudamericano, deberá alguna vez hacerse amigo de esa transparencia. El otro costado del proceso digital de la compra y venta de tickets para los espectáculos deportivos es el mercado de la reventa, que puede llevar a esas deseadas butacas a precios astronómicos. Los 9 mil socios del Real Madrid saben que la reventa, cuando suben los precios, no habla de otra cosa que de la salud de un espectáculo deportivo. Y si deciden que su prioridad para comprar tickets luego deriva en enviarlos al circuito de reventa, tal vez sea por la exhibición de una pasión desatada, sin límites, que emana desde Buenos Aires desde hace más de 30 días. El mundo no ve otra cosa que gente desesperada por ver ese partido y eso es motivo suficiente para que suban los precios.
La pasión del hincha hace el resto. Se lo explicó a LA NACION Mike Lorenc, director de ticketing y eventos en vivo de Google, cuando visitió la Argentina en el marco de la SportsMediathon: "Influye en todos los aspectos. Google trabaja con Ticketmaster. Nosotros diseñamos sistemas de machine learning que permiten saber cuándo un comprador de un ticket es casual, cuando lo hace sostenidamente y cuando es un fanático incondicional. El machine learning nos permite identificar cuando la compra de un ticket la hacen las computadoras de plataformas de reventa que son las que disparan los precios. Ahora bien: si un comprador hace una búsqueda intensa de entradas, la inteligencia artificial lo identifica y lógicamente registrará su interés extremo en ese evento. El precio subirá".
River-Boca quedó sometido a las leyes del mercado del fútbol europeo. La primera "reventa" la hizo la propia Conmebol con su pecado original: mudar el partido al Santiago Bernabeu.