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El Congreso adelanta el receso, con el peor registro de leyes desde 1983

El Congreso adelanta el receso, con el peor registro de leyes desde 1983

Si se ratifica el cierre parlamentario, en 2018 se dará un récord: será el período de menor cantidad de iniciativas aprobadas desde el retorno de la democracia Fuente: LA NACION – Crédito: Marcelo Gómez

Si se ratifica el cierre abrupto del año parlamentario, el Congreso confirmará un récord: 2018 será el período de menor cantidad de leyes aprobadas desde al menos el retorno de la democracia, en 1983.

Con mínimas posibilidades de que la Cámara de Diputados sesione la semana que viene y sin una convocatoria a extraordinarias en los planes del Gobierno, se sancionaron desde el 1° de marzo 36 leyes, 21 menos que el piso de 57 registrado en 1987, según datos de la Dirección de Información Parlamentaria del Congreso.

En los anteriores 34 períodos de sesiones -sin contar el brevísimo de 1983, en el que se sancionaron 21 leyes-, el promedio anual fue de 126 normas, con picos de 197, en 2014; de 183, en 1986, y de 166, en 2002. Detrás del piso histórico, los registros más bajos son los de 2005 y 1995, con 65 y 67 leyes.

Otro posible récord de este año legislativo es que de las 36 leyes solo 9 fueron iniciativa del Poder Ejecutivo, lo que representa un 25%. El más bajo se había registrado en 1997, con un 32%.

Aunque no marca un récord, la cantidad de sesiones de este año también es de las más bajas. El Congreso totalizó 27 sesiones. Sería la menor cantidad desde la asunción de Mauricio Macri. La cifra es, sin embargo, mayor a las registradas en los últimos dos años de elecciones presidenciales: 2015, con 23 sesiones, y 2011, con 24.

La escasez de actividad se profundizó en la segunda mitad del año, tras el debate por la legalización del aborto. La Cámara de Diputados estuvo más de tres meses y medio sin sesionar entre el 4 de julio, cuando se sancionó la llamada ley Brisa (de ayuda a los hijos de víctimas de femicidios), y el 24 de octubre, cuando se aprobó el presupuesto. En ese lapso, el recinto se abrió en cuatro oportunidades: dos para recibir al jefe de Gabinete y dos para sesiones especiales, pedidas por la oposición, que no reunieron quorum.

Diferencias con la oposición

En el tramo final del año, el oficialismo no fue capaz de reunir a partir de acuerdos con la oposición y quedó envuelto en disputas internas que llevaron a la suspensión de las últimas sesiones en Diputados y en el Senado. Quedaron en el tintero la reforma de la ley de bienes personales, promovida por el Gobierno, y los cambios en la ley de financiamiento de las campañas, un problema que la política no puede resolver.

Otro elemento central para entender los pésimos resultados cuantitativos de 2018 radica en un debate que significó un salto de calidad para el Congreso: la discusión por la legalización del aborto. El tema concentró las energías de diputados y senadores por 5 meses, e intensificó la actividad en las comisiones. A la vez, generó profundas divisiones internas en las principales bancadas que dificultaron el trabajo en los meses posteriores.

Entre las leyes aprobadas hay dos bloques bien diferenciados. En el primer semestre se sancionaron leyes promovidas por el Gobierno, como el régimen de subrogancias de jueces, la ley de mercado de capitales y la de defensa de la competencia. El segundo semestre se avanzó en leyes sociales, como la ley Brisa, la ley Justina (que agiliza el proceso de donación de órganos) y la de regularización dominial de las villas. Entre los proyectos que quedaron congelados figuran varios impulsados por la Casa Rosada, como las reformas laboral, electoral y del Ministerio Público.

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