¿A qué juega la selección de Scaloni? El manual táctico del entrenador interino
¿A qué juega la selección de Scaloni? El manual táctico del entrenador interino
A Lionel Scaloni le irrita perder el tiempo. A sus equipos, también. Prefiere convivir con el riesgo del error que protegerse en el confort de la posesión. Su propuesta apareció rápidamente en los amistosos de la selección frente a Guatemala y Colombia: recuperación alta, apertura a la puntas para ensanchar el ataque, desplegar hacia afuera al rival y verticalizar con velocidad. Atropellar al adversario, obligarlo a trastabillar. Y si no funciona, volver a intentarlo. Ganar por demolición.
Del más puro manual bielsista, buscó una selección agresiva. Contra Guatemala resultó sencillo reconocerla, contra Colombia la mejor versión s consumió en los primeros 20 minutos. Scaloni detesta la posesión improductiva y lo confiesa con una frase descarnada: "No quiero tener tanto la pelota en vano, sino para atacar. A todo el mundo le gusta tener la pelota. Lo fundamental es saber hacer daño con ella. Lo importante es que el jugador entienda que cuando recupera la pelota, la recupera para atacar y no por la posesión en sí". Y subraya el concepto como innegociable.
No se ata a los sistemas tácticos, convencido de que la diferencia la hacen los intérpretes. No lo hizo en la gira, pero si lo entiende necesario, defenderá con tres por ejemplo. Mutará del 4-3-3 al 4-2-3-1 y al 4-4-2 las veces que lo entienda necesario. "Las posiciones no son tan importantes sino ocupar ciertas zonas de la cancha. Después las fichitas se van moviendo", resume. Está convencido de que es el técnico el que se debe adaptar al jugador, pero no dejará de reclamarle compromiso al futbolista. Con el bien común por delante del proyecto individual, por eso insiste con que no hay nada por arriba de la selección. Entonces, si Paulo Dybala no termina de ensamblarse porque los ensayos fueron insuficientes, debe esperar entre los suplentes. "La camiseta está por delante de los nombres", aclaró anoche en New Jersey. Y pareció una advertencia.

Claro que Scaloni tendrá que ampliar su radar y su ingenio: algo también debe fallar en la conducción si pasan los partidos y Dybala no se hace un lugar. No se puede ser inflexible con los jugadores de categoría. Y convendrá que los distintos sean los primeros en hacer esfuerzos de adaptación. Scaloni aceptó que la 'Joya' es "especial" y habrá que buscar la manera de acoplarlo. Contar con una idea es esencial y Scaloni la tiene; no debería dinamitarla con ninguna rigidez de pizarrón. ¿Ejemplo? Maxi Meza: sobre la línea, casi como wing, pareció encorsetado. Su paleta ofrece matices más enriquecedores.
Scaloni no responde como un entrenador interino, se otorga una autoridad como si hubiese llegado para quedarse por mucho tiempo. Puede parecer precipitado y algo arrogante; quizá obedezca a su intensidad. Scaloni eligió un libreto y cree en él. Siente que solo puede convencer a los jugadores si él está persuadido. "Cuando robo la pelota le digo a mi jugador que sea vertical porque el rival estará teóricamente abierto y lo encontrará desarmado. Yo creo que un entrenador tiene que tener las cosas en claro y así se las debo transmitir a mis jugadores. A partir de ahí, uno gana con el 80% de posesión, otro gana con el 35% y otro gana haciendo transiciones", cuenta el 'Gringo' de Pujato. Él prefiere la aceleración. "Si mi equipo puede llegar en tres segundos al área contraria mejor, porque cuanto antes llegues, al rival lo vas a encontrar peor parado". Tanta explosión reclamará muchos ajustes.
Scaloni es el impulsor de un recambio imprescindible y de una idea reconocible. Eso huele a identidad. Se agranda la base de volantes con Exequiel Palacios, Battaglia, Ascacibar y los reposicionados Leandro Paredes y Lo Celso. Y eso se aproxima a un legado. Scaloni habla directo, juega directo. Le molesta perder el tiempo.