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Es argentina, viaja por el mundo hace 10 años y su blog es una Biblia entre mochileros

Valentina Ruderman SEGUIR

Cuando el New York Times publicó una crónica sobre Juan Villarino y lo nombró "el mejor mochilero del mundo", apenas mencionó a Laura Lazzarino. Un sinsentido ya que la viajera lejos está de ser solo una acompañante: hace diez años que recorre el mundo , 8 que es viajera full time y su blog se convirtió en un manual obligado para quienes deciden vivir viajando.

Laura pasó por 64 países y casi desde el principio plasmó todas sus experiencias por escrito. Los Viajes de Nena tiene un tono educativo pero muy cercano, y además de contar historias intrigantes de territorios a los que pocos se animan, ataca las dudas más comunes: cómo hacer para quedarse en Europa más de 3 meses o qué documentos se necesitan para entrar a cada región del globo. La comunidad que armó es enorme y hace un tiempo sumó Instagram, donde ya tiene casi 40.000 seguidores.

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"Hago viajes largos y vuelvo. Generalmente duran un año y medio, y después hago base acá durante otro año para escribir, laburar y juntar energía", cuenta a LA NACION desde su casa en Argentina, adonde volvió después de una temporada larga en África.

-¿Cómo fue tu primera experiencia en 2008?

Hice Buenos Aires-Salta en avión y después fui por tierra hasta Machu Pichu. El viaje duró 21 días y yo tenía 22 años. No abundaba tanto la información así que todo era una proeza, no había nadie que me dijera "te va a ir bien".

-¿Eras la única mochilera entre mochileros?

No se veían tantas chicas viajando solas, pero durante el viaje me di cuenta de que éramos bastantes. Supe que si podía vivir sola también podía viajar y volví con muchas ganas de seguir. Entendí que si me pasaba algo drástico, iba a poder enfrentarlo. Un año después me fui 3 meses desde México hasta Panamá en bus y me fue fantástico. La prueba del segundo fue ver si me bancaba pasar de tres semanas a tres meses.

-¿Cuándo te diste cuenta de que querías vivir viajando?

En el último viaje que hice sola a la India durante un mes. Fue la confirmación. Una de las preguntas más frecuentes que me hacen es "cómo te animaste" y la verdad es que no hay secretos. Hay que dar el primer paso, tratar de no tener todas las respuestas de antemano porque nunca se sabe qué oportunidades se van a abrir en el camino. Tenés que tener la seguridad y después ir resolviendo.

En Deadvlei, Namibia Crédito: Laura Lazzarino

-Es que muchos sueñan con "dejar todo" y mueren por tener la fórmula secreta.

Viajar es una fantasía muy colectiva. Muchos se lo imaginan de maneras distintas. Algunos lo ven como la solución para todos sus problemas, y no es así. Otros se imaginan que largan todo, ponen un bar en la playa y alcanzan la felicidad, y tampoco es así. A mi no me mantiene nadie ni fui tocada por una varita mágica. Yo hago lo que hace todo el mundo que es trabajar, solo que no es en una oficina. Vivo de los libros que vendo, de mi blog, tuve la suerte de escribir en medios desde que empecé entonces de a poco logré que la escritura fuera mi medio de vida. También es cierto que no necesito grandes sumas de dinero para vivir. No es una vida de lujos. El consejo principal sería que es mejor vivir sabiendo que lo intentaste y no funcionó, que preguntarte qué hubiera pasado. Siempre se puede volver.

-¿Qué fue lo que más cambió desde que empezaste?

El contexto. Internet no era lo que es hoy en día. Empecé a escribir un blog porque no estaba tan difundido viajar como un estilo de vida, todo me parecía un descubrimiento. Escribía lo que yo no encontraba en otro lado. Otra cosa que cambió fue el desafío. Ya sé que puedo vivir viajando, tengo la experiencia y la seguridad. Me preocupan otras cosas.

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Crédito: Laura Lazzarino

-¿Cuáles son las principales diferencias de viajar siendo mujer o viajar siendo varón?

Vivir siendo mujer es diferente a vivir siendo varón, y viajar es una extensión de eso. Te encontrás con lo bueno y lo malo. Hay mucha más receptividad cuando una es mujer porque se percibe como el sexo débil (salvo en algunos países europeos). Por lo tanto tienden a ser más hospitalarios. También tenés acceso a círculos íntimos. Nos pasó de estar con Juan en Sudán y yo la pasé mejor que él porque entré a un montón de ambientes lindos, a ver la preparación de la fiesta. Por el simple hecho de ser mujer. Trato de usar esa diferencia para disfrutar esas posibilidades.

-¿Y las cosas malas?

Tengo que tener muchísimo cuidado, tomar recaudos que si estuviera con Juan todo el tiempo no tendría que tener en cuenta. Pero nunca me he sentido limitada. Viajo a dedo sola y las dificultades son las mismas. La sororidad está cada vez más presente y se va dando el cambio de a poco.

Por: Valentina RudermanFuente de la noticia

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